China ha iniciado un proyecto ambicioso para ampliar su presencia militar en el hemisferio occidental, específicamente en Cuba. Esta estrategia, denominada Proyecto 141, representa un esfuerzo por contrarrestar la influencia de Estados Unidos en la región. Según fuentes de la Inteligencia estadounidense, el objetivo es fortalecer la red de apoyo logístico y militar en todo el mundo.

El Proyecto 141 se enmarca en la iniciativa del Ejército Popular de Liberación de China para expandir su influencia global. Además de Cuba, China ya ha establecido bases militares en países como Yibuti, Camboya y Tayikistán, con planes de expansión en Tanzania, Gabón, Guinea Ecuatorial y Mozambique.

Las actividades en Cuba incluyen la formación de oficiales cubanos en técnicas de represión de disturbios y protestas masivas. Según fuentes cercanas al asunto, estas actividades se llevan a cabo en tres regiones militares de la isla, con centros de entrenamiento ubicados estratégicamente en Guantánamo, Ciego de Ávila y cerca del aeropuerto internacional de Rancho Boyeros en La Habana.

Estos centros de entrenamiento, aunque modestos hasta ahora, están destinados a preparar al Ejército cubano y radicalizarlo ideológicamente. Se estima que decenas de soldados cubanos han recibido entrenamiento por parte de militares chinos, y se espera que esta cifra aumente en los próximos meses.

Según informantes, la presencia militar y de Inteligencia china en Cuba se ha incrementado en los últimos años, con oficiales chinos confinados y una notable inversión económica por parte de China en la isla caribeña.