Metro a metro, día a día, las fuerzas rusas continúan su avance desde las líneas del este de Ucrania hacia el oeste, mientras las fuerzas ucranianas adoptan una estrategia táctica de repliegue. El empuje principal desde Avdiivka amenaza con romper las líneas ucranianas, aunque el alto mando ucraniano mantiene su confianza en estabilizar el frente y contener el avance ruso.

Durante una rueda de prensa conjunta en Kiev con el secretario general de la OTAN, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski destacó las condiciones necesarias para frenar el avance ruso. "La primera condición es que los socios (de Ucrania) aprueben a nivel bilateral apoyo financiero", afirmó Zelenski. Subrayó que este apoyo financiero debe ser paralelo al suministro continuo de armamento, evitando lapsos como el sufrido a finales de 2023 y comienzos de 2024 con el bloqueo del paquete de ayuda militar adicional en el Congreso de Estados Unidos. La tercera condición es que la ayuda financiera cubra las necesidades específicas de las fuerzas armadas ucranianas, independientemente de los intereses geoestratégicos de terceros.

Zelenski declaró: "Se ha cumplido el primer punto, que era el más difícil de alcanzar. Hay un paquete aprobado, hay apoyo financiero y podemos contar con ese dinero". Sin embargo, expresó su preocupación por el segundo punto: "Todavía no veo nada positivo en ese aspecto", refiriéndose al retraso en la entrega de municiones y otra ayuda militar al campo de batalla. Reconoció que las entregas están en marcha, pero a un ritmo insuficiente para equilibrar la abrumadora superioridad rusa en el campo de batalla.

El presidente ucraniano también mencionó una cuarta condición, que implica permitir al Ejército ucraniano usar las armas recibidas de sus socios según considere necesario. Sin embargo, esta condición ha generado reticencias entre los aliados de Ucrania, que temen el empleo de estas armas para atacar objetivos dentro de las fronteras de Rusia. A pesar de ello, el alto mando ucraniano considera esta medida crucial para desmantelar la maquinaria militar rusa, cuyos centros de producción y líneas de suministro se encuentran más allá de las fronteras.