En una jornada marcada por la participación histórica de los ciudadanos portugueses, el Partido Socialdemócrata (PSD) liderado por Luís Montenegro se ha destacado en las recientes elecciones legislativas, marcando un significativo giro a la derecha en el panorama político del país. Alternativa Democrática (AD), la coalición de centroderecha, ha emergido como la ganadora indiscutible con un 30,13% de los votos, lo que podría traducirse en hasta 91 escaños en la Asamblea de la República.

Por otro lado, el Partido Socialista (PS) ha experimentado un notable declive, pasando del 41,1% de apoyo recibido hace dos años a tan solo un 28,72%. Este desplome podría significar la pérdida de hasta 50 diputados de los 120 con los que contaba, lo que evidencia una clara demanda de cambio por parte de la población portuguesa tras ocho años bajo el gobierno socialista de António Costa dimitido por corrupción.

La sorpresa de la jornada la ha dado Chega!, el partido de derecha liberal aupado por André Ventura, que ha confirmado su meteórico ascenso al alcanzar casi el 20% de los votos. Este resultado posicionaría a Chega! con más de 40 escaños, consolidando su influencia y potencialmente determinando la gobernabilidad del país.

La elevada participación electoral, que ya superaba el 51,96% a media jornada, refleja el compromiso de los portugueses con el futuro político de su nación, desafiando incluso las adversas condiciones climáticas. La jornada electoral ha estado caracterizada por largas colas en los colegios electorales, lo que subraya la determinación de los votantes de hacer oír su voz.

Ante este escenario, Luís Montenegro emerge como el probable próximo primer ministro de Portugal, aunque la formación de un gobierno estable podría depender del apoyo de Chega!, lo que añade una capa de incertidumbre al futuro político del país. Esta elección no solo representa un cambio en la dirección política de Portugal sino que también refleja las tendencias políticas más amplias a nivel europeo, donde la derecha y la derecha liberal están ganando terreno.

La dimisión de António Costa por la corrupción y la transición de liderazgo dentro del PS a Pedro Nuno Santos han marcado un periodo de inestabilidad y cambio para el partido socialista, que ahora debe reflexionar sobre su futuro y el de Portugal. Mientras tanto, el PSD y Chega! se preparan para una nueva etapa en la política portuguesa, con el desafío de responder a las expectativas de un electorado claramente inclinado hacia el cambio.