En un movimiento que ha desatado la polémica  a nivel nacional, el recién formado Gobierno de Pedro Sánchez ha captado la atención no solo por la purga de cuadros de Podemos, sino también por la sorprendente abundancia de miembros que lo conforman, una cifra que fácilmente duplica a la de varios gobiernos europeos. Este nuevo ejecutivo, conformado por 22 ministros, ha generado un debate sobre la eficiencia administrativa y la necesidad de una estructura gubernamental tan amplia.

Al realizar una comparación detallada con otros países europeos, España emerge como un caso excepcional en términos de la cantidad de ministros que componen su gobierno. Países como Países Bajos y Finlandia cuentan con 12 ministros, mientras que Bélgica se mantiene en 14. Alemania e Italia, potencias europeas reconocidas, poseen 15 ministros en sus respectivos gabinetes. España supera considerablemente a estas naciones y se sitúa en el mismo nivel que Suecia, que, aunque comparte el mismo número de ministros, plantea una comparación cuestionable dada la disparidad económica entre ambos países.

La denominación del gobierno de Sánchez como "progresista", "feminista" y "ecologista" adquiere relevancia en este contexto, ya que se plantea la pregunta de si la estructura gubernamental abultada refleja verdaderamente estas aspiraciones o si, por el contrario, se trata de un despliegue de exceso burocrático. Además, el presidente español se enfrenta a críticas sobre la necesidad de tantos ministerios y si realmente contribuyen al avance de las agendas que promueve.

No obstante, la conformación de este gabinete no solo ha sido objeto de controversia por el número de ministros, sino también por la incorporación de nuevas cara. Entre ellas se encuentran Elma Saiz, quien encabezará el ministerio de Seguridad Social; Ana Redondo, designada como ministra de Igualdad; Sira Rego, al frente del nuevo ministerio de Infancia y Juventud; Óscar Puente, asumiendo el cargo de ministro de Transportes; Jordi Hereu, quien dirigirá el ministerio de Industria; y Mónica García, designada ministra de Sanidad, entre otros.

En términos económicos, la conformación de este extenso gobierno no es solo un asunto de estructura, sino también de costos. Cada uno de los 22 ministros percibirá un salario anual de 79.415,16 euros, y este monto se suma a los gastos generales del gobierno. El gasto total anual en salarios alcanza la cifra de 1.857.885.96 euros, lo que ha suscitado cuestionamientos sobre la sostenibilidad y justificación financiera de esta estructura gubernamental.

En resumen, el nuevo gobierno de Sánchez no solo enfrenta críticas por la purga de cuadros de Podemos, sino también por el número abultado de ministros y los gastos asociados. La comparación internacional revela una situación sin precedentes en Europa, generando un intenso debate sobre la eficiencia y necesidad de una estructura gubernamental tan amplia.