El pasado mayo, la entonces candidata del Partido Popular de Cantabria a la presidencia de la región, María José Sáenz de Buruaga, presentaba el cartel electoral de sus campaña. La dirigente ‘popular’ apostaba entonces por una imagen lenticular que fusionaba los rostros del entonces presidente cántabro y líder del PRC, Miguel  Ángel Revilla, y del jefe del Ejecutivo nacional, Pedro Sánchez. «Son lo mismo». Este fue el leitmotiv de Buruaga durante toda la campaña, explicar a los votantes que PRC y PSOE, es decir Revilla y Sánchez, suponían las mismas políticas.

De hecho la propia Buruaga recordó que el partido de Revilla había coincidido con los socialistas tres de cada cuatro veces en el sentido de voto en el Congreso de los Diputados, pero apenas unas semanas después, la misma Buruaga pactaba su investidura con Revilla y tras poco más de 100 días en el Gobierno se lanza a los brazos del ‘revillismo’ para aprobar los Presupuestos de la región para el año que viene, olvidando su compromiso de «cambio» respecto a los políticas del  ‘socialregionalismo’.

Así Buruaga  ha decidido seguir por la línea del «continuismo», tal y como denuncia la portavoz de Vox en el Parlamento regional, Leticia Díaz, quien advierte de que con el acuerdo alcanzado por Buruaga y Revilla «las políticas no cambian, continúan los proyectos, da igual que estén asociados  la corrupción o no lo estén». Para Díaz, «Cantabria tiene un problema» y recuerda que en las pasadas elecciones autonómicas «se votó por el cambio» y recuerda «aquello que tanto repetía el Partido Popular de que Revilla y Pedro Sánchez son lo mismo, ahora necesitamos un triángulo, porque parece que Revilla, pedro Sánchez y Sáenz de Buruaga son los mismo», sentencia la dirigente de Vox.

El PRC coincidió con los socialistas tres de cada cuatro veces en el Congreso

Y es que, durante la campaña electoral, Buruaga puso todo su empeño en alejarse de la forma de hacer política de los regionalistas y su relación con el socialismo de Pedro Sánchez. «Si apoyas a uno, apoyas lo otro», rezaba la propaganda electoral del PP. Buruaga enfatizó entonces que el PRC, liderado por Revilla, había «entregado» a la región a los intereses del gobierno de Sánchez. Para respaldar su afirmación, destacó que el PRC había apoyado el 93% de los decretos del Gobierno de Sánchez, más que otros partidos como Compromis, Errejón y Más País, el PNV, el PDCAT, Bildu y Esquerra Republicana de Cataluña. Según Buruaga, el PRC había coincidido en el sentido de voto con partidos como ERC, Bildu y la CUP en múltiples ocasiones.

El Gobierno ‘frankenstein’

En sus declaraciones durante la campaña electoral,  Buruaga llegó a decir que las elecciones no se trataban de un lucha entre ella y Revilla, sino que representa una batalla contra lo que llamó «Gobierno Frankenstein», explicando que las políticas del PRC eran las mismas que las de Sánchez. En este contexto, Buruaga hizo hincapié en que solo un apoyo al Partido Popular evitaría que Cantabria terminase en manos de Revilla».

Y así fue, en las elecciones autonómicas, los cántabros dieron un fuerte apoyo al PP de Buruaga, en busca de ese «cambio» que Buruaga enarboló durante la campaña, pero parece que esta aspiración se ha desvanecido, tal y como resalta Leticia Días. Para la poprtavoz de Vox, Buruaga, ha priorizado la estrategia electoral por encima de los principios y compromisos con los ciudadanos, reviviendo lo peor de las prácticas políticas anteriores.

El Gobierno de Buruaga renunció a impulsar una comisión de investigación 

Según Díaz, «todas las cuestiones que enarboló el Partido Popular durante la última legislatura han caído en saco roto. Este acuerdo suena más a un reparto del botín y a taparse las vergüenzas, que al anhelo de liderar el cambio que necesita la sociedad cántabra. De repente, ha desaparecido el enchufismo de CANTUR, pues el PP no va a hacer nada al respecto; se ha devaluado, todavía más, la ya mínima bajada de impuestos, que se atrevieron a tildar de revolución; la utilización de fondos europeos para pagar las nóminas de personal, que denunciaron, ahora dicen que fue correcta. Sólo falta que este PP, diga que la red de corrupción de la Consejería de Obras Públicas nunca existió».

Corrupción en el Gobierno de Revilla

 Tampoco ha servido para impedir el pacto alcanzado entre PP y PRC el caso de corrupción destapado en la Consejería de Obras Públicas, que según las investigaciones policiales podría abarcar más de  20 años, todos ellos bajo el Gobierno de Revila. La presidenta del PP aseguro en su momento que iba a cumplir con sus «obligaciones de gobierno», y que no iba a «renunciar a controlar ni a investigar lo que haya que controlar e investigar» aunque la auditoría ordenada solo abarca cuatro años de las dos décadas en las que presuntamente funcionó la trama corrupta, y sin ni siquiera conocer los resultados de la auditoría que su Gobierno está realizando en la consejería investigada por corrupción y sin saber hasta donde alcanza, Buruaga ha cerrado dos pactos de con Revilla, quien era en última instancia responsable de lo que sucedía en su gobierno.

Buruaga pacta con Revilla sin conocer el resultado de la Auditoria en Carreteras

Y es que además, el Gobierno de Buruaga ya había renunciado a celebrar una comisión de investigación en el Parlamento en torno a la red corrupta que operó en la Consejería de Obras Públicas, atendiendo así a un petición expresa de Revilla, quien en una intervención ante los medios había pedido a Buruaga no «someter» al PRC «a la tortura de comisiones de investigación como si hizo el PP en 2011».

En esa misma rueda de prensa, Revilla pidió a Buruaga que no hubiese «represalias a los ayuntamientos», de forma que «la distribución de los fondos» se haga «de acuerdo a las necesidades», punto que también explica el interés del regionalista por influir en las cuentas regionales para el año que viene.

Un pacto de conveniencia. La historia del pacto entre Buruaga y Revilla estuvo marcado por la urgencia y la conveniencia.

Hace tres semanas, en Polanco, la líder del PP visitaba Polanco y se reunía a la alcaldesa regionalista del municipio, Rosa Díaz para presentar viviendas sociales, un acto que buscaba ser un paso inicial para acercarse a Revilla, quien como en su apoyo a la investidura de Buruaga, buscaba alejar a Vox de influenciar en las cuentas regionales. El deseo de ambas partes de aprobar el Presupuesto de Cantabria abrió las conversaciones entre el PRC y el PP, que se llevaron a cabo en apenas un par de reuniones.

Buruaga en marzo sobre la corrupción: «Revilla no es la víctima, sino el responsable»

En marzo, antes de las elecciones autonómicas en Cantabria, la presidenta del Partido Popular de la región, María José Sáenz de Buruaga, lanzó críticas contra el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, en medio de un escándalo de corrupción que sacudió la Consejería de Obras Públicas. En aquel momento, Buruaga argumentaba que los ceses tardíos de responsables involucrados se producían bajo la presión política y el desgaste electoral. En un tono enérgico, destacaba que los cántabros habían identificado claramente a Revilla como el responsable de la situación, no como la víctima, y cuestionaba la falta de reconocimiento de la responsabilidad política del líder regionalista: «Los cántabros han visto con total claridad quién es Revilla», «no es la víctima, sino el responsable», llegó a asegurar la entonces candidata del PP.