A finales de año creó tres laboratorios nuevos para la unidad

BARCELONA, 12 (EUROPA PRESS)

La Policía Científica de los Mossos d'Esquadra actuó en 2021 en Cataluña en 20.467 delitos contra el patrimonio --robos con fuerza en la calle y en viviendas, y robos en tiendas, entre otros--, mientras que en 2020 los agentes intervinieron en 16.394, han explicado fuentes policiales a Europa Press.

Respecto a los delitos contra las personas --homicidios, agresiones o abusos sexuales y secuestros, entre otros--, el año pasado actuaron en 1.781 (frente 928 el año anterior), mientras que en otros delitos, como incendios y vandalismo, actuaron en 1.600 el pasado (984 en 2020).

La División de la Policía Científica (DPC) se divide en tres áreas: el Área Central de Identificación --inspección ocular, informática forense, identificación lofoscópica, fotografía y audiovisuales, balística--, el Área Central de Criminalística --documentoscopia, química forense, genética forense-- y otra área que engloba la oficina técnica, el grupo de calidad y el registro.

A finales de año se crearon tres nuevos laboratorios dentro de la escalera de apoyo de la DPC, formados por personal facultativo: el Laboratorio de Genética Forense (LGF), el Laboratorio de Química Forense (LQF) y el Laboratorio de Informática y Electrónica Forense (LIEF).

NOVAS TECNOLOGÍAS

La Policía Científica ha tenido que actualizarse con nuevas tecnologías, ya que años atrás utilizaban reglas, metros y trigonometría para analizar los escenarios del crimen: "Poníamos hilos de diferentes colores con escuadra y cartabón en diferentes direcciones, y esto nos aportaba una hipótesis para ver lo que había pasado", ha explicado uno de sus agentes a Europa Press.

Actualmente cuentan con cámaras y nuevas tecnologías para entender los escenarios de diferentes delitos donde trabajan, como las cámaras 'Full spectrum', que son 16 cámaras Nikon que convirtieron, y que se cedieron a las diferentes unidades de la Policía Científica.

La conversión de estas cámaras consistió en retirar el filtro UV/IR que todas las cámaras tienen instalado delante del sensor, y de esta forma los colores de las fotografías son más vivos.

La retirada de estos filtros permite que las cámaras puedan ver lo que es imposible de ver con el ojo humano, como detectar restos biológicos en tejidos, incrementar la efectividad del examen visual en procesos de detección lofoscópica, restos de pólvora o sangre, y detección de tintas.

También trabajan con el escáner Faro, para entrar virtualmente en el escenario y crear puntos virtuales para medir con precisión milimétrica --con un margen de error de pocos milímetros cada 10 metros--, recrear escenarios en 3D y hacer simulaciones, y está especialmente diseñado para utilizar en exteriores e incorpora un receptor GPS que permite un fácil posicionamiento e imágenes con detalle y alta calidad.

Entre otras herramientas, también tienen la cámara 360, que permite crear un tour virtual de la escena y que con programas de edición específicos permite realizar vídeos de 360 grados con diferentes sensores geométricos de temperatura o velocidad.

Estas nuevas tecnologías permiten crear un archivo dinámico que se entrega al juez antes de los juicios para que analice e inicie un tour virtual por la escena del crimen y pueda interactuar con el escenario con fotografías, breves descripciones de la inspección ocular o informes.