Cantabria, tierra de exquisita repostería y maestría en la creación de hojaldres inigualables, ha visto cómo su tradicional roscón ha evolucionado y se ha reinventado a lo largo del tiempo. En las pastelerías de la región, los artesanos han asumido el desafío de darle una vuelta de tuerca a este clásico navideño, utilizando el hojaldre como protagonista y creando versiones únicas que conquistan los paladares de grandes y pequeños por igual.

En la región, la tradición se fusiona con la innovación, y el roscón no es la excepción. Los pasteleros han incorporado la esencia de Cantabria en cada detalle, desde el hojaldre que caracteriza a la zona hasta la cuidadosa elección de ingredientes locales que dan vida a variantes únicas de este manjar festivo.

Los clásicos que no pasan de moda:

A pesar de las nuevas interpretaciones, las pastelerías cántabras no olvidan las raíces. Los roscones de bollo o estilo croissant siguen siendo un deleite para aquellos que buscan sabores más tradicionales. La fusión de lo clásico con lo contemporáneo crea una oferta diversa que satisface todos los gustos.

En cada rincón de España, la Navidad se viste con un aroma cautivador a mantequilla y agua de azahar, gracias al protagonista indiscutible de la temporada: el roscón de Reyes. Lo notable es que el consumo del roscón ha dejado de limitarse a las fechas navideñas, desestacionalizándose para deleitar los paladares durante gran parte del año. Aunque las ventas alcanzan su punto álgido los días 5 y 6 de enero, en las panaderías artesanas, donde los maestros panaderos y pasteleros cuidan con esmero cada detalle.

El secreto de un roscón excepcional reside en la calidad de sus ingredientes, especialmente en la harina y la levadura que permiten una fermentación de la masa madre durante 24 horas. Huevos, azúcar, leche, mantequilla, ralladura de cítricos y el distintivo toque de agua de azahar se combinan para dar vida a esta delicia. Esta esencia, obtenida de la destilación de las flores del naranjo amargo, imprime al roscón un aroma único y fragante.

El roscón de Reyes tiene una historia rica y curiosa, con orígenes que se remontan a las celebraciones de los esclavos romanos. Aunque dista mucho de su asociación moderna con la llegada de los Reyes Magos, ha evolucionado con el tiempo. Desde los higos, dátiles y miel de antaño hasta los rellenos modernos de nata, crema o trufa, el roscón ha sido testigo de cambios que han enriquecido su tradición. El adorno del roscón también ha evolucionado, desde almendras y azúcar mojado hasta la incorporación de frutas confitadas como símbolo de nobleza. Incluso, la moneda original introducida por Luis XV en Francia se transformó en España en un haba y una figurita de cerámica.

Así, el roscón de Reyes no es solo un bollo navideño, sino una experiencia sensorial que captura la esencia de la temporada festiva, uniendo tradición, sabor y la maestría de los artesanos que lo crean con dedicación y pasión.

Estas son los lugares en los que podéis disfrutar de los mejores roscones de la región:

1. La Casa Azul en Pesués: Una parada obligada para quienes buscan un roscón que resalta la calidad del hojaldre cántabro como de los roscones de bollo tradicionales con rellenos de nata, crema o trufa.
2. Confiterías Santos, Vega, Pastelería Blanco y Pastelería Zapata en Torrelavega: El lugar por excelencia del hojaldre de la región, y en navidad una de las mejores opciones para poner el broche de oro a las navidades.
3. Confitería Romanos en Suances: Un festín de opciones que van desde lo tradicional hasta audaces combinaciones con croissants como ingrediente principal.
4. Pastelerías Gómez en Santander y Maliano: Su roscón, acompañado de delicias navideñas, se ha ganado un lugar destacado en las celebraciones de Reyes.
5. Panadería Peter&Pan en Cartes, Santander y Los Corrales de Buelna: Con establecimientos repartidos por toda la región, ofrecen una opción deliciosa para aquellos que buscan un roscón auténtico.
6. Pastelería Rego en Liérganes: Con su roscón encargado, aseguran una experiencia dulce que deja a los clientes encantados.
7. La Marcelina en Santander: Sus roscones de hojaldre rellenos son un capricho que vale la pena probar, garantizando que querrás repetir la tradición año tras año.
8. Tahona Cántabra en Pomar de Valdivia: Especializada en roscones secos y rellenos de diversos sabores, ofrecen opciones para todos los gustos, desde nata hasta trufa.