En 2023, 110 personas dependientes fallecieron cada día sin recibir la ayuda correspondiente, según datos del Ministerio de Derechos Sociales a través del Portal de Transparencia. Esto se traduce en un total de 40.447 personas que murieron sin haber recibido la atención que necesitaban. Estas cifras ponen de relieve la urgente necesidad de mejorar el sistema de atención a la dependencia en España.

Es importante destacar que, de las más de 200.000 personas que fallecieron mientras estaban en proceso de reconocimiento de la situación de dependencia, el 92,24% ya habían sido evaluadas positivamente, lo que subraya la gravedad de la situación. Además, el 11,82% de estas personas, es decir, 21.993 individuos, fallecieron antes de recibir la ayuda a pesar de tener reconocido algún grado de dependencia.

Los datos revelan una gran disparidad entre las comunidades autónomas en cuanto al número de fallecimientos de personas dependientes antes de recibir ayuda. Cataluña encabeza la lista con 12.280 casos, seguida de Andalucía, Comunidad Valenciana, País Vasco y Canarias.

La tardanza en dar respuesta a las solicitudes es una de las principales preocupaciones, con un promedio de 324 días hasta la resolución de un expediente. Esta situación se ve agravada por los plazos excesivos en algunas regiones, como Canarias, Andalucía y Murcia. Aunque el Gobierno se había propuesto reducir la lista de espera a 170.000 personas para finales de 2021 y resolver los expedientes en un máximo de seis meses, estas metas aún no se han alcanzado.

A finales de 2023, había 204.755 personas pendientes de una resolución de grado o de prestación, y solo tres comunidades autónomas lograban resolver expedientes en menos de los 180 días máximos marcados. Además, más de 155.000 personas beneficiarias aún no habían recibido la prestación correspondiente, lo que refleja la magnitud del problema y la necesidad de una acción urgente para mejorar el sistema de atención a la dependencia en España.