Costa Quebrada, una ruta de más de 20 kilómetros en los que recorres Santander, Camargo, Piélagos, Santa Cruz de Bezana, Miengo, Polanco, Suances y Santillana del Mar, disfrutando de extensas playas, diferentes acantilados, calas, dunas, arcos o estuarios que no se encuentran ni en películas de ficción. Un escenario perfecto para disfrutar del mar, el sol, el deporte y la tranquilidad.

Un paisaje con una gran historia geológica que se remonta 125 millones de años atrás, Costa Quebrada se encuentra en un pliegue geológico y la erosión marina y el paso de los siglos han convertido esta zona en una combinación perfecta de plataformas de abrasión y acantilados

Los numerosos accesos a esta ruta, hacen posible empezar su recorrido desde cualquier punto, o desde uno de los extremos. Si se decide empezar por el oeste, encontraremos las dunas de Liencres, que si queréis una visión panorámica hay que ascender hasta la cima del monte La Picota, y si empezáis por el este, lo primero que encontraréis es el Cabo Mayor.

A lo largo de su recorrido, podrás visitar las playas de San Juan de la Canal, la playa de Covachos, la Arnía, Portio, Cerrias, Somocuevas, Madero, Canallave, Valdearenas, Usil, Roballera, o los Caballos. Numerosas playas para todos los gustos dependiendo si preferís un entrono más rocoso, aguas más tranquilas, espacios con más aglomeraciones o incluso si queréis hacer nudismo, alguna de ellas está disponible.

Ya llegando a Santander, se encuentra la isla de la Virgen del Mar, conectada con la península por un puente, aunque cuando hay bajamar se puede acceder a pie a través de una playa y que cuenta con acantilados marcados y calas. Además, ahí también podrás visitar la ermita de la Virgen del Mar, en un ambiente relajado rodeado de verde. Finalmente, cerca de aquí se encuentra uno de los lugares más representativos, el cementerio de Ciriego.

Atardeceres de película

Un paisaje natural que se mejora, si es posible, al atardecer. Cada vez son más las personas que deciden acercarse a Costa Quebrada para disfrutar de su puesta de sol que deja una imagen perfecta con los Urros de Liencres, unos grandes islotes de roca, y la playa de la Arnía a lo lejos. Relajarte con tus amigos, familia, pareja o en solitario en un entorno que llena de tranquilidad y te permite disfrutar de una de las maravillas naturales de Cantabria.