Incluso Fernández Romo dio por fin la impresión ayer de dar por hecho el ascenso porque es una realidad prácticamente matemática. «Ahora dependemos de ganar un solo partido para ascender más allá de lo que hagan los demás equipos y eso es significativo», recordó. Habla bien, sobre todo, de lo bien que ha hecho las cosas el Racing en la segunda mitad de la competición. Ayer sumó su octava victoria consecutiva tras «haber ido a por el resultado desde el minuto uno» y sufriendo más de lo esperado, ya que, como recordó el técnico madrileño, el resultado «parecía cerrado con 0-3 pero ellos lo volvieron a abrir dos veces con buena actitud». Y eso es algo que no le gustó demasiado. Siempre busca la perfección y quizá gracias a eso está donde está.

«Es verdad que hemos conseguido un estado muy bueno en todo porque cuando hablamos de fútbol hablamos también de personas, de vestuarios, de que te llevas bien y de que estamos ganando, pero no se nos pueden olvidar los méritos que hacemos cada semana y que venimos haciendo desde la pretemporada», destacó Fernández Romo. De ahí que entienda que «lo más significativo», en su opinión, es estar «cerca de alcanzar el objetivo por el que han estado trabajando desde el primer día los jugadores y el staff técnico». De hecho, están más cerca de lo que se podrían «haber imaginado» pero, aún así, el discurso es el mismo y hoy mismo volverán a entrenar y a preparar el duelo contra el Celta B, que se puede convertir en la fiesta del ascenso.

Todo ello, siempre que el Deportivo al menos puntúe en Talavera, ya que, en caso de perder, el salto de categoría se daría hoy mismo. Reconoció el entrenador del Racing que no tenían nada preparado si sucediera pero tampoco cree que costara nada hacerlo: «Para las cosas buenas, nos organizamos todos echando leches». No se lanzó a mostrar sus deseos sobre cómo querrían que se desarrollaran los acontecimientos. «Soy muy soso, ya lo sabéis», bromeó.

Dio valor ayer el técnico verdiblanco a esa fe que siguió teniendo hasta el final el Rayo Majadahonda, que «cambió a los tres atacantes para meter tres aceleradores y fue difícil frenarles». Pasaron cosas muy rápidas y, de hecho, recordó que «Bustos y Borja iban a haber salido con 0-1 pero rápidamente se pasó al 1-3 y luego al 2-4». «Fue una cosa rarísima y los últimos minutos, cuando crees que el resultado sí que está ya cerrado, ves que no se acaba. Es el partido que más largo se me ha hecho en años», apuntó.

No le extrañó a Pablo Torre los tres goles que anotó y cómo los había anotado porque siempre ha destacado de él «la personalidad con la que juega». «Parece un futbolista de 27 o 28 años y está en edad juvenil», resumió. De ahí que se lanzara a tirar un penalti a lo Panenka: «Es lo que ha sentido y lo ha hecho así. Ha sentido que quería tirar ese penalti de esa manera de la que sólo pueden tirar los buenos. Y era el 0-1 y un gol importante para el equipo, por lo que me alegro por sus tres goles y por que siga su progresión».

Se volvió a mostrar Romo «encantado» con ese sentimiento racinguista que volvió a hacerse evidente en las gradas. Es un sentimiento que sabe que «aumenta muchas veces cuando las cosas van saliendo bien» pero aprovechó para recordar que si se «prioriza ese sentimiento a pesar de que en el fútbol a veces las cosas salen bien y otras regular, siempre vamos a estar más cerca de los objetivos, que unos años serán más brillantes y otros años menos». De este modo, llamó a «valorar lo que ha ido pasando este año». «Cuando veo lo que éramos y lo que somos ahora, veo que es una barbaridad y se me ponen los pelos de punta», destacó.