El Racing no jugó con fuego, no apuró los plazos ni estuvo hasta última hora aguardando la posibilidad de incorporar a un último futbolista que reforzara su plantilla con vistas a los diecisiete partidos que le quedan por delante. Quedaron lejos los tiempos de Pernía en los que uno tenía que estar atento a la llegada de la medianoche como si alguien se fuera a convertir en lobo. Ayer Mikel Martija cenó tranquilo, con la confianza de haber acertado con sus dos únicas incorporaciones y de haber cumplido con las prioridades que tenía apuntadas en su libreta en diciembre.

No hubo movimientos de última hora. Sí anunció el Racing un fichaje ayer pero fue a primera hora de la tarde. Y no tuvo demasiada importancia dicha el movimiento porque ya se daba por hecho. Lo conocía hasta el más despistado. Se trataba de la incorporación de Roko Baturina, que ya había pasado el reconocimiento médico el lunes y que ayer ya acudió a las instalaciones Nando Yosu a entrenar. Eso sí, no lo hizo con los que serán sus nuevos compañeros. Se los presentaron y tuvo un primer contacto con ellos, pero después se quedó en el gimnasio.

No quiso mostrarlo el club porque, de hecho, la operación todavía no estaba completamente cerrada y no querían correr el peligro de pillarse los dedos. Ha sido una incorporación que ha demandado mucho intercambio de documentación pero por fin quedó todo cerrado y el club pudo inscribir a su nuevo jugador. Hoy ya entrenará con todos. Lo hará, además, en Los Campos de Sport y después será presentado de manera oficial. Va a ser la primera vez que juegue en España y posiblemente necesite de intérprete, pero es croata y hay que estar preparado para que se lance a decir algunas palabras en castellano. Tienen esa facilidad y ese don.

En el Racing se daban por satisfechos con los fichajes de Baturina y de Marko Sangalli y de las salidas de Marco Camus y Alfon. Se van dos y llegan dos, por lo que quedan en nómina el mismo número de futbolistas que disputó la primera vuelta. Ni siquiera ha hecho falta negociar la posibilidad de que Bobadilla cediera su ficha a alguna incorporación porque sigue quedando una libre. Siempre lanzaron el director deportivo y el entrenador el mensaje de que no iban a fichar por fichar y que sólo iban a subir a bordo a jugadores que entendieran que mejoraban lo que había o que pudieran añadir competencia. Y, en ese sentido, a pesar del debate que ha suscitado el delantero balcánico, consideran que han logrado el objetivo.

Son unos objetivos de mínimos porque, de partida, el Racing tenía unas esperanzas más altas, ya que echó la caña a Karrikaburu primero y a Villalibre después. Sin embargo, el club verdiblanco no es, hoy en día, un destino apetitoso para jugadores que pueden elegir donde ir. Son ya muchos años puenteando entre Segunda y Segunda B. Por eso hubo que salir al mercado extranjero en busca de gol. Martija y José Alberto han estudiado a Baturina y creen que puede ayudar a acabar con la sequía goleadora que tanto ha mermado la marcha del Racing.

Una vez cerrados el delantero y el extremo, los técnicos verdiblancos se mantuvieron pendientes del mercado esperando alguna opción de última hora de un medio centro que ayudara a reflotar una sala de máquinas a la que la está costando generar fútbol. Sin embargo, no se toparon con lo que buscaban y tenían claro que no iban a gastar dinero por gastar. De este modo, ha quedado masa salarial disponible. Se queda en la caja fuerte esperando mejores momentos, momentos en los que fichar por el Racing vuelva a ser apetecible.