20.04.2024 |
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Que el motor arranque de nuevo

El Racing vuelve por fin a la competición recibiendo este mediodía al Badajoz, que llega con entrenador nuevo y sumido en serios problemas | Como cuenta con las bajas de Medina y Cedric

Miquel Parera salvó a su equipo en los dos últimos partidos. / Hardy
Miquel Parera salvó a su equipo en los dos últimos partidos. / Hardy
Que el motor arranque de nuevo

Hoy parece que sí, que habrá partido, que los casos de Covid que pueda haber en uno y otro lado no van a impedir que por fin el balón eche a rodar. Casi veinte días hace que no lo hace. La última vez también lo hizo en Los Campos de Sport y el Racing ató una segunda victoria consecutiva. Parecía que la cosa iba bien. El equipo no jugaba un pimiento y no mereció ganar ni aquel día ni en Las Gaunas, pero lo hizo. Es buena manera de librar los malos tiempos a la espera de otros mejores. Quizá estos empiecen hoy. Es lo deseable intuyendo que, una vez que la maquinaria se vuelva a poner en marcha, ya no se detendrá tan fácil. En el fondo, todos queremos creer que lo peor de la pandemia ya ha pasado.

El Racing va a disputar en los próximos siete días tantos partidos como los que ha jugado en los dos meses anteriores. Se dice rápido. Así es complicado adquirir velocidad de crucero. La primera vuelta ya quedó muy atrás pero sólo se ha jugado un partido de la segunda. Ante tanto parón, da la impresión de que el conjunto cántabro disputó un torneo apertura antes de Navidad y que está empezando ahora el de clausura. Lo que sucede es que los puntos se arrastran y hoy comenzará a rodar el balón con seis puntos de desventaja respecto al liderato. Hay mucho que remontar.

Y para ello apenas se puede fallar. Menos aún, en Los Campos de Sport. Los dos aplazamientos consecutivos que sufrió el Racing, unido al absurdo parón por la Supercopa y el habitual por la Navidad y el Año Nuevo van a hacer que el equipo tenga que apretar el acelerador y que, posiblemente, tenga que jugar cinco partidos en quince días. No está acostumbrada la plantilla a jugar cada tres días y eso demandará administrar esfuerzos.

Hoy el partido es contra el Badajoz pero tampoco es cuestión de engañarse: desde hace semanas se está hablando del partido de Riazor. Por muchas razones. La más importante de todas es porque allí se medirán los dos primeros clasificados, por lo que se pondrá en juego buena parte de las esperanzas de terminar campeón. La segunda, porque ambos son clubes históricos y con una gran masa social detrás, lo que hará que se registre una gran entrada que gire en torno a los veinte mil espectadores. La tercera es porque se ha hecho esperar más de lo recomendable. A todos los aficionados se les quitó el caramelo de la boca apenas 24 horas antes del día que se debía haber jugado y eso, además de generar cierta polémica por el motivo del aplazamiento y las suspicacias que provocó, ha hecho que crezcan las ganas de llegar a ese día señalado en rojo.

Lo que sucede es que antes hay que jugar otro partido. Y esto es peligroso. Antes o después de una gran cita suelen pasar cosas extrañas. Y no debería porque si el Racing no gana hoy no disfrutará como de verdad se puede disfrutar de la experiencia de Riazor. Si gana, acudirá, como mínimo y a la espera de lo que haga hoy el Deportivo contra la SD Logroñés, con la intención de ponerse a tres puntos con un partido más por disputar. Es decir, que se jugaría depender de sí mismo, dar un golpe de autoridad y prácticamente garantizarse seguir en la pelea por el ascenso directo. Perder quizá fuera lo contrario.

Pero eso llegará el miércoles. Hoy quien viene es el Badajoz y hay que ganar. Más aún, porque se trata de un club en un estado calamitoso en todos los sentidos, con un polémico máximo accionista que ha ido dejando ruinas allí por donde ha pasado que, de golpe y porrazo, se cargó todo el proyecto a principios de semana. Echó al entrenador, a su ayudante y al director deportivo para fichar a un técnico que apenas ha entrenado nunca en España, que no conoce la categoría, que apenas conocía a sus futbolistas hace siete días y que poco conoce al Racing. Además, los jugadores suman tres meses sin cobrar y no hay visos de que lo vayan a hacer a corto plazo, por lo que es fácil ponerse en lo peor.

Uno no sabe nunca si la ruina de su rival le beneficia o no. La teoría dice que sí, pero la práctica dice que no hay que fiarse. Un león herido es siempre peligroso y puede sacar un zarpazo en cualquier momento. Y el Badajoz tiene potencial para ello porque todos sus problemas no le impiden tener una colección de futbolistas a tener en cuenta. Hay mucha calidad ahí dentro y no hay que fiarse. Menos aún, cuando Fernández Romo no tiene pistas sobre lo que se puede encontrar. Ha pasado de conocer mejor de lo que se conoce a sí mismo al entrenador, ya que era su buen amigo Óscar Cano, a tener a un desconocido delante. Todos los apuntes que tenía los ha tenido que tirar y se ha quedado con el conocimiento de los jugadores, que tampoco es poco.

No sabe el Racing ni cómo ni con quién va a aparecer el Badajoz y, a su vez, tampoco sabe él mismo cómo va a responder tras tanto tiempo sin jugar. Durante el mismo, se ha reforzado con dos futbolistas que tienen toda la pinta de ser titulares. Arturo ya jugó un cuarto de hora contra el Racing de Ferrol pero aquello le supo a poco. Por su parte, Javi Vázquez llegó días después y está listo para ser titular. Es posible que los dos lo sean. El lateral zurdo lo hará en detrimento de Simón Luca, que ha pasado así de jugar seis partidos a buen nivel a ser devuelto al filial. Ya no aparece ni por los entrenamientos. Política de cantera lo llaman. En el caso del jugador murciano, es posible que incluso deje en el banquillo a Soko. Contra el Racing de Ferrol ya empezó ahí para permitir a Yeray estrenarse como titular. Es posible que aquel día estuviera pensando en reservar al camerunés para el partido de Riazor, que era otros cuatro días después. Pero al final no fue. Será dentro de tres días a partir de hoy.

Con quienes no podrá contar Fernández Romo son con Unai Medina, que está lesionado, ni con Cedric, que es el único positivo que, al menos a día de ayer, se conocía en el vestuario verdiblanco. El punta fue titular contra el San Sebastián de los Reyes pero no lo fue ni contra Logroñés ni contra Racing de Ferrol. Según la alternancia que parece llevar el técnico, hoy le tocaría, pero estará en casa. Eso sí, mañana habrá cumplido ya los siete días de confinamiento y podrá entrenar ya para preparar el partido contra el Deportivo. En principio, hoy comenzará el técnico madrileño con Manu Justo pero tampoco habría que descartar a Harper. Juegue quien juegue, lo interesante sería conseguir que entraran en juego para que no se vayan con gesto de impotencia.

Más le duele al entrenador la ausencia de Unai Medina, a quien le gustaría recuperar para La Coruña, pero va a ser complicado. En principio, le tocará a Mantilla ejercer de lateral mientras que más dudas hay en el medio centro que acompañe a Íñigo o en el inquilino de la banda izquierda, donde pocos tendrían dudas teniendo en cuenta el estado de forma del que disfruta Marco Camus, pero no hay que descartar a Bustos. Con todo, por mucho que Fernández Romo asegure una y otra vez que sólo piensa en el siguiente partido, hay que tener en cuenta que la alineación de hoy va a estar condicionada por la que tenga pensada para el miércoles. No hay que engañarse.

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