18.05.2024 |
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JOSÉ ALBERTO LÓPEZ

Un «peleón» al frente del Racing

El club cántabro confirmó a primera hora de la tarde la contratación de José Alberto López, con pasado en el Sporting, el mirandés y el Mälaga l Ayer completó su primer entrenamiento y hoy será presentado
José Alberto, dirigiendo ayer su primer entrenamiento. / REAL RACING CLUB
José Alberto, dirigiendo ayer su primer entrenamiento. / RRC
Un «peleón» al frente del Racing

Hace poco más de dos años, José Alberto López Menéndez publicó un libro titulado ‘El triunfo de un peleón del fútbol’. Con ese título explicó en pocas palabras cómo se define a sí mismo y resumió cómo había resultado la apuesta que un buen día hizo por ser entrenador de fútbol. Nadie le ha regalado nunca nada y, comenzando por lo más bajo, llegó a entrenar en Segunda División, donde a partir de ahora lo seguirá haciendo defendiendo los intereses del Racing. Él ha sido el elegido por Mikel Martija, él ha sido el hombre que superó el cásting que realizó el director deportivo a lo largo de la jornada del lunes. Él debe ser quien haga reaccionar a un equipo que parece haber perdido su esencia.

Desde ayer por la tarde está en ello porque el entrenador asturiano dirigió su primera sesión a las cuatro y media, apenas hora y media después de que el Racing hiciera oficial su contratación hasta el próximo treinta de junio. No está especificado en el comunicado de la entidad, pero en el caso de conseguir la permanencia, tendrá derecho a seguir un año más. El objetivo del club verdiblanco era que el sustituto de Fernández Romo comenzara la semana de trabajo al frente de sus nuevos jugadores y, en ese sentido, lo consiguió. Salió beneficiado por la cercanía del lugar de residencia de José Alberto, que es asturiano de Oviedo y que tiene cuarenta años, casi tantos como partidos ha dirigido en Segunda División (cuarenta y uno). El sábado en Cartagena lo igualará.

El nuevo técnico verdiblanco tiene la ventaja de conocerse al dedillo la plantilla del Racing y la de sus rivales. Porque, por encima de todo, dedica su tiempo a ver fútbol. Desde que fuera cesado el pasado mes de enero del banquillo del Málaga, se ha convertido en un asiduo de todos los campos de Segunda División de la zona norte, incluído El Sardinero. Sobre todo, porque sabía que en cualquier momento alguien iba a llamar a su puerta. Confió en que hubiera sucedido el pasado verano y con la posibilidad de comenzar de cero un proyecto pero se ha tenido que conformar con coger un tren en marcha, con todo lo que eso supone.

A su favor está que la apertura del mercado invernal está a la vuelta de la esquina y que, además, los dueños del club tienen asumido que va a haber que rascarse el bolsillo para fichar. Dan por hecho que habrá tres o cuatro incorporaciones que conllevarán también algunas salidas. Es ley de vida. Lo mejor es que, además, el Racing mantiene margen en el límite salarial porque ni mucho menos se gastó en verano todo lo que podía haber gastado. Las cuentas que presentó el consejo de administración en la junta de accionistas y sus beneficios previstos se van a ver alteradas empezando por el cambio de entrenador.

José Alberto López no llegará solo. Lo hará con Pablo Álvarez. El racinguista con cierto pasado lo conocerá bien porque formó parte de la mejor temporada de la historia del club, la de la clasificación europea a las órdenes de Marcelino. No era un fijo en las alineaciones pero sí un asiduo en cada partido. Alternó algunas titularidades con apariciones desde el banquillo para ocupar cualquiera de las dos bandas. Dejó buen poso y ahora llega como hombre de confianza del nuevo técnico verdiblanco. Por ahora, será su único acompañante. No tiene un preparador físico y, de partida, va a comenzar con el que lo venía siendo en el Rayo Cantabria, que es Daniel Salvador. Él fue quien estuvo en el entrenamiento y, si conecta bien con José Alberto, no es descartable que se quede.

DESDE ABAJO. La trayectoria del nuevo entrenador del Racing tiene los suficientes argumentos como para llamarse a sí mismo un «peleón del fútbol». Le viene al pelo. Como todo futbolero, lo primero que quiso ser fue futbolista pero se tuvo que retirar con veinte años, cuando jugaba en Tercera División, por un ataque reumático. Quien sí hizo carrera fue su hermano Dani, que dibujó una larga trayectoria saltando entre la Segunda B y la Segunda División en equipos como el Numancia, el Salamanca o Las Palmas.

Fue en el 2008 cuando José Alberto se incorporó a las categorías inferiores del Sporting para dirigir a los equipos infantiles. Un lustro más tarde, le surgió la posibilidad de ejercer como técnico de Tercera en las filas del Covadonga pero, tras esa aventura, de nuevo le abrieron las puertas del Sporting para hacerse cargo de un equipo muy jugoso como es el juvenil de División de Honor de un club que cuida la categoría, como el es sportinguista. Y las cosas le fueron bien. Tanto es así, que en el 2016 le pidieron que se hiciera cargo del Sporting B. Lo cogió en Tercera División y se quedó a punto de dejarle en Segunda.

Fue durante esta etapa cuando le llamaron de las oficinas del club para ofrecerle un contrato verdaderamente profesional. Por aquel entonces, él combinaba su pasión, que era el fútbol, con la profesión que le daba de comer, que era la de trabajador nocturno en el almacén de Ikea. No fue una decisión sencilla pero logró una excedencia que le permitió tirarse al vacío con red. Dio rienda suelta a su sueño y le ha ido bien porque ha convertido la labor de entrenador en su profesión.

Aquel filial del Sporting se quedó a punto de ascender a Segunda División. En la segunda eliminatoria del playoff, se cruzó con el Elche de Pacheta, con el que perdieron 2-1 en la ida y 1-2 en la vuelta. Nunca podría haber ascendido porque el primer equipo estaba en la categoría de plata, pero el fútbol que desplegaba aquel filial ya había empezado a llamar la atención. Todos se conocían ya el nombre de José Alberto. Éste contaba con el talento de jugadores que apuntaban alto como los exracinguistas Cayarga, Traver o Isma Cerro, además de Pedro Díaz o Cristian Salvador. Le cogió bien la medida al Racing porque con él se cruzó en tres ocasiones ganando las tres. Si no hubo una cuarta fue porque le reclutó el primer equipo.

Sustituyó a Rubén Baraja después de un partido en el que el propio público de El Molinón comenzó a corear su nombre para pedir al presidente que se atreviera a dar la alternativa al entrenador del filial. Lo hizo con el equipo a tres puntos del descenso. Al acabar la temporada, estaba a 16, en novena posición. Eso le valió la renovación en el cargo aunque la siguiente campaña no la terminó. Le destituyeron y su sitio lo ocupó Djukic.

Hasta ahora, su única temporada completa al frente de un equipo ha sido con el Mirandés en la campaña 2020-21, la que tan condicionada estuvo aún por la pandemia. Le fue bien porque terminó en décima posición. Al verano siguiente, le contrató el Málaga pero sólo aguantó 24 jornadas. Tras un 0-5 en La Rosaleda ante el Ibiza, fue cesado. Fue en enero de este mismo año. Durante todo este tiempo, se ha dedicado a ver fútbol y a esperar la llamada que, finalmente, llegó el pasado lunes.

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