18.04.2024 |
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ONCE RAQUEROS Y UN BALÓN

Llamada directa con ilusión

El Racing de Santander, gracias a un gol de Íñigo Vicente, ha encarrilado su salvación en la Segunda División del fútbol Nacional al haber derrotado al Málaga, en el estadio de los blanquiazules. 
Aficionados desplazados a Málaga. / LALIGA
Aficionados desplazados a Málaga. / LALIGA
Llamada directa con ilusión

El tanto de Vicente hace soñar a los cántabros, que gracias al teléfono del mago de Derio, están en una llamada constante y directa con la ilusión. El Racing ha dado un golpe encima de la mesa y está encaminando la permanencia. Una alegría que se llevó ayer la parroquia verdiblanca, que está viendo cómo su equipo saca puntos muy importantes contra rivales directos.

Es la dinámica a continuar, pero estos resultados han de seguir. No hay que confiarse por estos buenos partidos. Ya se ha comprobado que esta liga es muy irregular. Si el Racing suma varias derrotas seguidas, lo nadado hasta ahora no va a seguir de mucho. Por ello, toca seguir en la lucha para no morir en la orilla. En cuanto al partido, la primera parte ha sido aburrida y ruda, porque los dos equipos eran conscientes de todo lo que se jugaban. Más incluso el local, ya que para ellos fue una auténtica final, que acabó en derrota. Ninguno de los dos conjuntos quería arriesgar. Los pases eran fáciles y directos, con plena seguridad de que iban a llegar a su compañero. El Racing ha dejado, en los primeros cuarenta y cinco minutos, que el Málaga tocase el balón y que ellos tuvieran la posesión del juego.

Victoria clave

El partido fue rudo y agresivo, cada jugador dejaba un recadito al rival para dejar clara la tensión del encuentro. Una tarde en la que el equipo costasoleño ha tenido algunas ocasiones de gol, pero que no fueron a más. Intervenciones del portero verdiblanco, Miquel Parera, o de los zagueros racinguistas han sido los causantes de que en la primer tiempo el Málaga no se adelantara en el videomarcador. Los blanquiazules iban a por el partido. Tenían ganas de meter pronto el primer gol que abriese la lata y quitasen, al menos momentáneamente, toda la presión que tenía el equipo en la jornada de ayer. De lo más destacable no fue ninguna jugada, claro ejemplo de cómo fue el partido, sino un gran golpe que recibieron dos jugadores en el minuto 7. Rubén Alavés, del Racing, y Esteban Burgos, del Málaga, sufrieron un aparatoso accidente al rematar el uno a la cabeza del otro para intentar hacerse con el balón.

Los dos cayeron al suelo, y de inmediato las asistencias sanitarias entraron al tapete de La Rosaleda, para atender a los jugadores que se habían hecho una brecha y que tenían el cráneo lleno de sangre. Tras comprobar que estaban bien, relativamente claro, ambos prosiguieron el partido. Volviendo de nuevo al juego en sí, la tónica seguía siendo la misma. Un partido aburrido, en el que nadie iba con la intención de perder algún balón o con el pensamiento de hacer una jugada maradoniana.

En el Racing, que ayer no pudo contar con su gran capitán, Íñigo Sainz-Maza, por acumulación de amonestaciones, el talento estaba en la parte ofensiva. Mboula, Pombo, Roko y Vicente intentaron hacer de las suyas, pero sin mucho éxito. Jugadas individuales que quedaban en nada, pero que dejaban sin respiración a más de uno en el feudo andaluz. El Málaga a lo suyo, a intentar meter el gol y con muchas ganas de jugar. Tuvo también varias oportunidades, pero no quedaron en nada. Los locales no encontraron la vereda de la portería rival. Con el tiempo reglamentario cumplido, los cuatro de añadido y el pitido final, concluyó la primera parte en La Rosaleda. Los 22 hombres van al vestuario a recibir las instrucciones de sus técnicos, no sin antes protestar al colegiado de la contienda sobre las acciones más polémicas.

Arranca la segunda parte. Minuto 45 y 40 después, Genaro Rodríguez le hace un entradón al 10 del Racing, Íñigo Vicente, y es expulsado de manera directa. Tarjeta roja y a la ducha de los vestuarios. Hecho clave en el partido. El Málaga, que no quería cometer errores, se queda sin un jugador en los primeros segundos del primer minuto de la segunda parte. El técnico del equipo de la costa del Sol, Sergio Pellicer, con la mirada perdida y encajando todavía esta acción, se le fue la pizarra al traste. El Racing tiene que aprovechar esta superioridad numérica en el campo. Queda toda una segunda parte con un jugador más. Se tiene que notar esa ventaja tan positiva, e inesperada. Tras esto, ambos equipos se tienen que recomponer. Los jugadores calientan en la banda y los entrenadores se rompen la cabeza pensando si mantener el esquema táctico o hacer una revolución. Yendo de nuevo al juego. El Málaga, pese a tener uno menos, siguió con la misma actitud que en la primera parte. Intentar generar ocasiones de gol, para meter un tanto que rebaje las pulsaciones de los aficionados locales.

El Racing, igual. El conjunto cántabro seguía a lo suyo y se mantenía firme en defensa. En ataque jugadas aisladas y alguna que otra contra con la que también poder abrir el marcador. Pellicer ya en el 57 realiza dos cambios en su Málaga. Uno de ellos es la salida de Burgos, que anteriormente recibió un golpe y tenía un vendaje en la cabeza. Con estas sustituciones pretendía ajustar ese jugador menos sobre el campo. El Racing seguía con su mentalidad, y tras una conexión entre Vicente y Roko Baturina, los cántabros meten el gol del partido. La jugaba que comenzaba con un pase del mago de Derio hacia el croata, que aguantó el balón y pivotó para asistir de nuevo al 10 verdiblanco. Un tiro con la varita de Vicente sirvió para adelantar al equipo de José Alberto, que junto con los jugadores del banquillo, celebró el tanto en el área técnica de la banda del estadio malagueño. El partido se ponía muy de cara para el Racing. Un jugador menos en el 45 y un gol en el 67.

Tres puntazos

Los intereses verdiblancos era un sueño, en una tarde se preveía que iba a ser un infierno para el conjunto montañés. La Rosaleda había vendido todas las entradas disponibles y la afición local sabía de la importancia de este partido. Sin embargo, el Racing sigue siendo el dueño de los infiernos. Si no que pregunten por Galicia. José Alberto tira de pizarra y en el 73 salen del prado Juergen Elitim y Baturina, que son sustituidos por Fausto y Matheus. El Racing, ya más relajado, empezó a disfrutar de la tarde en el sur. Pese al resultado, el Málaga seguía con la mentalidad del gol. Ahora con más ansia, y sobre todo nervios, por la adversa situación en el marcador. El tanto no entraba, ya que la portería cántabra era una puerta infranqueable y Parera el cerrojo que la custodiaba. El castillo de los verdiblancos aguantaba en el verde de la Rosaleda los golpes, sin mucha efectividad, de los malagueños. El rey en el norte también es duro y férreo en su defensa que, como dicen algunos, a veces es el mejor ataque.

En el 80 entra Sangalli, uno de los fichajes invernal del Racing que tiene un compromiso absoluto con el club y que celebra los goles del equipo como si se hubiese criado en Puertochico. Da gusto ver jugadores tan comprometidos con la entidad. Se va por tanto Vicente, el hombre gol del partido. Abandona el tapete cojeando debido a los golpes recibidos durante las jugadas anteriores. Las malas lenguas dicen que a los buenos solo hay una manera de pararles, que es a base de patadas. Rondando ya el 85, con cinco más el añadido para que termine el encuentro, el partido se vuelve loco y se abre totalmente. Un Racing crecido contra un Málaga desesperado por marcar. Todo lo que no se ha jugado en los 45 minutos de la primera, se está jugando en los últimos de la segunda. El Málaga lo intentaba hasta el final, pero sus ocasiones fueron en balde. No pudieron contrarrestar el resultado y con las caras largas en el banquillo, llegaron al final del partido. En el descuento la gente se iba del estadio y los que se quedaban eran para estar petrificados. Estaban viendo cómo su equipo se posiciona de manera directa para descender. Lloros en el graderío de La Rosaleda, porque su equipo está al borde del precipicio y con el abismo como castigo. Finaliza el partido y el resultado es ventajoso para el Racing, que se lleva de Málaga tres puntazos.

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