19.04.2024 |
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Mario Jorrín: «Cuando vas a entrar, se para todo»

Mario Jorrín debutó el pasado viernes con el primer equipo | Aunque llegó a La Albericia siendo central e hizo la pretemporada como lateral, se estrenó como extremo derecho | Noto que voy creciendo como jugador», reconoce

Mario Jorrín, en sus primeros minutos oficiales con el primer equipo del Racing. / Hardy
Mario Jorrín, en sus primeros minutos oficiales con el primer equipo del Racing. / Hardy
Mario Jorrín: «Cuando vas a entrar, se para todo»

Los caprichos del destino, sobre todo los futbolísticos, son inescrutables. Uno sabe dónde y cómo empieza pero nunca sabe a ciencia cierta qué va a terminar siendo de mayor. Ahí está el caso de Mario Jorrín para confirmarlo. El joven futbolista de Cabezón, de sólo 19 años, fue reclutado en su día por la factoría de La Albericia como central y en esa posición jugó hasta juvenil. A partir de ahí, su profesión pasó a ser la de lateral derecho. Sin embargo, su debut con el primer equipo llegó jugando como extremo por esa misma banda. Sucedió el pasado viernes por la noche, pasadas las diez y media. Estaba calentando junto a Marco Camus y Carlos Castro y entró junto a este último para sustituir a Soko, el hombre que había marcado dos goles. Ocupar el lugar donde había brillado antes un compañero nunca es fácil pero él estaba dispuesto a todo. Ese partido contra el Dux Internacional que para muchos habrá caído ya en el olvido a estas horas quedará guardado en su memoria para siempre.

Para Jorrín no resultó extraño que Guillermo Fernández Romo le llamara para jugar en el centro del campo, ya que era un puesto en el que ya había ensayado en los entrenamientos de las últimas semanas. No se lo esperaba porque a su lado tenía a dos futbolistas que ya habían jugado por banda este mismo curso, pero dejó de lado a Camus para que entrara él completando así el técnico las dos bandas con cuatro laterales (Medina y él por la derecha y Satrústegui e Isma López por la izquierda). Cuando por fin le comunicaron que dejara de calentar y se fuera a preparar para entrar, a él se le pasaron «mil cosas y emociones por la cabeza». «Fue algo espectacular», recuerda. Algo que, en definitiva, no olvidará nunca porque vio hecho realidad un sueño muchas veces repetido desde que con apenas quince años entró por vez primera en La Albericia con la bolsa de entrenamiento.

«En el momento en el que vas a entrar, se para todo y se te pasa todo por la cabeza, todo lo que has vivido y las veces que pensaste en la posibilidad de que sucediera», recuerda el defensor verdiblanco. Lo bueno es que, una vez que pisó el terreno de juego, todas esas sensaciones de estar viviendo un episodio fundamental de su vida deportiva se va difuminado y, al menos en su caso, se dedicó a «hacerlo todo lo mejor posible y disfrutar el momento».

Confiesa el canterano que, a pesar de haber entrado en la convocatoria, no tenía demasiada confianza en poder cruzar la barrera del debut. «La verdad es que no me lo esperaba y por eso fue una gran alegría debutar», confiesa. Más aún, cuando, además, sobre el terreno de juego disfrutó de «muy buenas sensaciones». A eso ayuda el hecho de que, a pesar de ser un futbolista con ficha del filial, conoce a los jugadores del primer equipo perfectamente después de haber completado prácticamente toda la pretemporada con ellos y de haber disputado varios amistosos. Ese trabajo previo de relación en todos los sentidos se nota.

Entrar a jugar con el primer equipo e, incluso, ser ya un habitual en sus entrenamientos es algo doblemente especial para un canterano que ha ido escalando posiciones. Afirma Jorrín que ese camino que ha llevado en las categorías inferiores ha estado cargado de «muchísimas experiencias» positivas que, además, ve ahora que pueden llevar a alguna parte. «Estoy muy contento por el progreso que estoy llevando porque veo que poco a poco voy creciendo como jugador», destaca.

No duda Jorrín es destacar a Pepe Aguilar, su entrenador en el juvenil de División de Honor, a la hora de buscar alguna figura clave a lo largo de todo este camino que ha llevado. «Es el que más me marcó porque, además, fue el primero que me puso de lateral derecho», recuerda. Y es en ese puesto desde el que ha conseguido saltar al primer equipo, lo que quiere decir que le ha ido bien. Se ha hecho fuerte en el mismo por pura capacidad de adaptación. De hecho, recuerda que cuando ejercía como central era ahí donde se encontraba más cómodo mientras que ahora, si le dan a elegir, se queda con la banda. Es desde ahí desde donde hoy en día explota las que considera que pueden ser sus «principales virtudes», que las detecta en «la velocidad y la potencia». Cualquiera que le ha visto jugar conoce su despliegue y contundencia. No teme a nada. Es fácil compararle con Mantilla.

Él es de Cabezón, un pueblo donde es sencillo ser conocido y cruzarse con cualquier vecino. «Noto que la gente me felicita», destaca. Y es que, tiene claro que llegar a jugar con el Racing siendo «de aquí, de un pueblo de Cantabria, es muy bonito y especial». Es fácil estar como en una nube porque ni él mismo se atrevía a pensar en la posibilidad de vivir lo que está viviendo en la presente temporada. «Nunca me pude imaginar, cuando empecé a jugar a fútbol, que fuera a debutar en El Sardinero con el Racing», confiesa. Sin embargo, ahí está. Y no es un punto final, sino sólo el comienzo.

Obviamente, para los jugadores que vienen por detrás, disfrutar de algo como lo que él mismo disfrutó el viernes pasado, que fue la misma experiencia que tuvo Dani Rodríguez el fin de semana anterior, les convierte en referentes. El único consejo que les puede dar Jorrín, que no hace mucho también estaba donde están ellos ahora, es «que sigan trabajando en el día a día y poco a poco para seguir creciendo». Y es que, tiene claro que «en esas edades lo que hay que hacer es jugar, equivocarte y aprender porque es así como irás creciendo». «Que no piensen ahora en lo que puede traer el futuro y que, sobre todo, vayan poco a poco», añade.

Todo ello, teniendo siempre presente que no se pueden dejar de lado los estudios, que es algo que no ha hecho él. En concreto, está estudiando un grado superior de condicionamiento físico por las tardes, después de entrenar por las mañanas. «Hasta cierto punto, se puede compaginar todo. Y creo que hay que intentarlo porque es muy importante seguir estudiando y no dejarlo todo porque, por muy bien que te pueda ir ahora, no sabes qué va a pasar después porque un día te lesionas y ya no puedes seguir jugando a fútbol», recuerda el defensor verdiblanco.

Dos días y medio de descanso antes de volver al trabajo mañana a las cinco

A una semana pasada especialmente corta con sólo cinco días entre un partido y otro le sigue ahora otra especialmente larga, ya que el Racing jugó el pasado viernes y no volverá a hacer hasta el próximo domingo. Concretamente, lo hará en el campo de A Malata contra el Racing de Ferrol a las cinco de la tarde. Los jugadores llevaron a cabo el sábado por la mañana el habitual trabajo regenerativo posterior a un partido y el cuerpo técnico les concedió dos días y medio de libranza, ya que no volverán a los entrenamientos hasta mañana viernes por la tarde a partir de las cinco. Harper y Manu Justo seguirán al margen y la incógnita está en saber si Bustos, tras retirarse con molestias en el duelo ante el Dux, podrá empezar la semana junto a sus compañeros.

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