24.04.2024 |
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RACING 2-0 SPORTING

Fiesta completa en El Sardinero

El Racing se quedó con los tres puntos ante el Sporting gracias a los goles de Mboula y Matheus  | El equipo verdiblanco salió mejor al campo y sacó provecho de un loco inicio que le dejó ganando 2-0 a los 23 minutos

Los jugadores verdiblancos celebran la victoria muy necesitada ante el Sporting de Gijón en El Sardinero. / laliga
Los jugadores verdiblancos celebran la victoria muy necesitada ante el Sporting de Gijón en El Sardinero. / laliga
Fiesta completa en El Sardinero

El Racing no está acostumbrado a que acaben bien partidos como el de ayer, con el ‘no hay billetes’ colgado del mostrador de las taquillas y la expectación desbordada por los cuatro costados por el sabor a derbi que tenía la cita. En días así, el gozo se ha solido caer al pozo y el equipo ha venido pecando de miedo escénico, pero ayer se creció. Hubo fiesta en El Sardinero desde un loco arranque de partido del que supo sacar máximo partido el conjunto cántabro. A los 23 minutos ya ganaba 2-0 y, a partir de ahí, consiguió llegar a la meta sin sufrir y sin sentir el aliento de su rival en el cogote.

De hecho, lo más normal es que el resultado hubiera sido mayor. Tuvo ocasiones de sobra el conjunto cántabro para haber incrementado la renta comenzando por un mano a mano de Matheus a los tres minutos de la contienda o un cabezazo al palo de Germán en el 39 tras un saque de córner en corto y un medido centro de Saúl. Tanto sacó de quicio el Racing al Sporting, tan pronto logró poner de cara la contienda, que obligó a Abelardo a hacer un doble cambio a la media hora para cambiar de sistema, abandonar la línea de tres centrales y pasar a jugar 4-4-2. De poco le sirvió. Quiso tener más mordiente pero no la encontró. El equipo verdiblanco aprovechó sus momentos más inspirados para ponerse por delante y, a partir de ahí, recuperó los apuntes de sus mejores momentos de la primera vuelta para hacerse fuerte en su campo y conseguir llegar en paz hasta el final.

Los primeros once minutos de partido fueron una auténtica locura. Ambos equipos se subieron a una montaña rusa que sólo tenía bajadas y caídas al vacío. Ambos se mostraron tremendamente verticales y con una gran facilidad para presentarse en el área rival en pocos pases. El medio campo no existía. Lo devoraron. El encuentro fue en esos instantes iniciales un ida y vuelta que cambió el balón de fútbol por la pelota de tenis por su gran capacidad de viajar de un lado a otro del verde. No había descanso.

A los dos minutos, Pombo ya había rematado dos veces a portería y en el tercero estuvo a punto de suicidarse el Racing. Quiso salir jugando en corto e incluso arriesgando. Parera le cedió en corto a Íñigo dentro del área y, cuando éste quiso buscar una salida con un pase vertical, estampó el balón en Milovanovic, lo que hizo que rebotara y se quedara a milímetros de entrar en la portería. No daba la sensación el conjunto cántabro de mostrarse muy seguro en esas acciones en las que intentaba comenzar el cuento con coherencia. Todo su talento bajaba a ayudar y fue habitual incluso ver a Pombo, tremendo partido el suyo, en posiciones de lateral, muy lejos de donde es verdaderamente peligroso.

Cuando la acción salía bien, se encontraba el Racing unos grandes aclarados que aprovechó para, en un par de pases tras salir de la cueva, presentarse a las puertas del premio. Se aprovechó el conjunto cántabro cuando se presentaba en campo contrario de la gran separación entre líneas de su rival e incluso de la distancia que había entre los centrales cuando les cogían con el pie cambiado. Y fue así como llegaron los goles. El primero fue una tremenda arrancada de Mboula, que incluso salió de una encerrona de tres rivales para, ya dentro del área, amagar con centrar primero para rematar con la zurda después. Cuéllar despejó de partida pero el rechace lo coló para dentro el catalán. El segundo fue un pase de Dani Fernández desde zona de tres cuartos que cazó Matehus en la frontal. Primero controló y luego fusiló. Fue un golazo.

El primer tanto frenó el ritmo del partido. Ambos comenzaron a controlar más y mejor la pelota con acciones más largas. Parera seguía iniciando en corto pero para que, generalmente Germán, enviara rápidamente en largo. Parecía absurdo, pero así seguía el equipo cántabro encontrando aclarados atrás por lo adelantadas que tenía las líneas el Sporting con el fin de presionar alto. Pero el Racing amagaba con pasar en corto para, finalmente, hacerlo en largo. No quería arriesgar más. No le hacía falta.

Matheus no sólo marcó, sino que remató más que nunca. Más allá del mano a mano que perdonó al inicio del encuentro, en el segundo tiempo se aprovechó del toque de corneta que intentó lanzar el Sporting. En el descanso realizó Abelardo otro par de cambios y comenzó a acumular la posesión de manera más clara, pero al Racing le parecía bien. Se sintió resguardado y con metros para correr. A la contra pudo haber matado el encuentro pero por momentos faltó físico para que quien avanzaba con el balón encontrara aliados por delante. En su portería, sólo un gran remate en plancha de Yoni tras un medido centro de Rosas que acabó en la madera pudo haber apretado las cosas.

El fin de fiesta contó con el debut liguero de Yeray en El Sardinero, que nada más entrar firmó un duro remate marca de la casa al que respondió bien Cuellar, y también con la reaparición de Cedric. Casi se cae al campo. Sólo faltó un gol suyo, pero lo cierto es que casi no tocó pelota. Apareció cuando el Sporting, por fin, sí fue capaz de atrincherar al Racing. Y rondó el gol. José Alberto metió en el campo a Pol Moreno y Fausto Tienza para jugar. Parera se tuvo que lucir ya en el descuento. El también fue protagonista ayer.

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