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El Diario de Cantabria

ONCE RAQUEROS Y UN BALÓN

Los errores, y los palos, penalizan

Alaves racing
Los errores, y los palos, penalizan

Los errores, pero también los palos y las ocasiones claras fallidas, penalizan y no suman puntos. Eso es lo que le ha pasado al Racing frente al Alavés, en un partido en el que el equipo de Vitoria pasó por encima al conjunto cántabro, al que le endosó tres goles.

La primera parte no podría empezar peor, en el minuto 13 Germán Sánchez quiere dar el balón a su portero, Miquel Parera, pero no con mucha fuerza. Fue entonces cuando el jugador del Alavés estuvo atento a ese despiste, cogió el balón sin controlar y lo acabó metiendo en el fondo de la red.

Otro fallo que tuvo el central fue a balón parado, una jugada en la que intentó despejar el balón, pero acabó finalmente dando un despeje para atrás. Una situación que no fue a más, pero que, de nuevo, está claro que los errores penalizan. El segundo gol, otro fallo en la zaga defensiva de los cántabros. Dani Fernández comete un penalti, que tras la revisión en VAR por el colegiado Dámaso Arcediano Monescillo, Salva Sevilla mete el tanto para los blanquiazules. La jugada, un auténtico popurrí en el que no se veía ni el balón. Un lío total en defensa, en el que Fernández pisó a un rival, al cual parece ser que lo le vió, porque le veía por la espalda y el jugador verdiblanco seguía la pelota. El tercer gol, de nuevo otro error de la defensa racinguista. Esta vez fue Satrústegui, que salió al campo tras la lesión del canterano Saúl por problemas musculares, le pilló el balón a traspié y el delantero Mamadoy Sylla también le cogió la espalda.

Tras la rescisión nuevamente del gol en el VAR, el tanto subió al videomarcador de Mendizorroza y completó la noche de goles por parte de los jugadores del Alavés. Una primera parte en la que el Racing jugó bien. Todo pasa por la cabeza de Jorge Pombo. Si él está bien, el equipo puede jugar y generar peligro. Tanto es así que el aragonés estrelló el balón en el larguero. Ay si hubiera entrado ese balón, el partido hubiera sido tan diferente.

Uno que ha estado desaparecido ha sido Íñigo Vicente, que cuando no está se nota que el equipo va a una marcha menos y le falta la magia que aporta este jugador en el que José Alberto confía y valora mucho.

Los palos y las ocasiones claras falladas restan puntos y te hacen perder partidos o empatarlos. El Racing ha tenido varias situaciones de gol, en las que la mala suerte se vuelve a cebar con los de José Alberto.

La segunda parte, en las antípodas de la primera. Un equipo sin alma, ni juego que vagaba al ritmo y compás de los vascos, que según pasaban los minutos iban conectando mejor e iban dando lecciones de poderío en el campo.

El Racing, que ha estado a merced del Alavés, no ha parecido el equipo al que nos tenía acostumbrados el técnico asturiano, que en el día de hoy se ha visto desbordado tanto en las áreas defensivas, como ofensivas.

Ya lo advirtió José Antonio en la rueda de prensa previa a este partido, en el que dijo que su equipo tenía que hacer un encuentro «perfecto» para poder ganar al Alavés. Ayer ha sido un día para olvidar, en el que los jugadores se tienen que recomponer y levantar.

Los ánimos y las expectativas eran altas, pero solo basta con mirar la clasificación. Mientras que el Alavés va cuarto, el conjunto verdiblanco se encuentra decimoctavo tonteando cada jornada con los puestos de descenso.

Ahora bien, el Racing tiene que recomponerse, levantar la cabeza y darla una sacudida para olvidar este partido y centrarse en el siguiente, que es contra el Tenerife. Un equipo que va únicamente un puesto por encima.

Ese sí que es un encuentro que tiene sabor a final. Ahí los de José Alberto tienen que ir a puntuar y a sacar los tres puntos en su propio campo, Los Campos de Sport, arropados por su afición. El vencer contra el Alavés se veía como «un milagro», pero el ganar contra el Tenerife tiene que ser una realidad, en la que todos tienen que ir a una y nadie tiene que dudar de este equipo. La duda se la dejamos a Santo Tomás.

El Racing tiene margen de mejora, las cosas poco a poco tienen que ir saliendo. En la primera parte ha habido destellos, que tristemente se han quedado en pólvora mojada según han ido pasando los minutos en la segunda parte.

MIL DESPLAZADOS

Una vez más, lo mejor del Racing es su fiel afición que ha cogido la manta y ha recorrido la carretera para acompañar a su equipo en su intento de conquista a Vitoria.

Más de mil racinguistas han ido a tierras vascas para dar color a la jornada deportiva, que se ha empañado por el resultado del partido. Los ‘sufringuistas’ no podrán volver a casa con una sonrisa.

Hace una semana le pasó lo mismo a los del Sporting, ahora le toca a los cántabros. Así es el fútbol. Los aficionados del Racing se citaron en la Plaza Labastida, un trocito de Vitoria que se tiñó de los colores verdiblancos por las camisetas, bufandas y banderas que portaban con orgullo los cántabros.

Después acudieron en corteo hacia Mendizorroza, donde con el frío de una noche norteña, han visto cómo al equipo le han clavado tres goles. Ahora toca levantarse y coger fuerzas en la garganta para recibir al Tenerife. Volverán a ondear las banderas, racinguistas.

Los errores, y los palos, penalizan
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