18.05.2024 |
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LEVANTE VS RACING, CORRESPONDIENTE A LA JORNADA 9

Duelo de alta tensión en Valencia

El Racing visita esta tarde (18.30 h.) el campo del Levante, al que, a pesar de contar con una de las plantillas más potentes de toda la categoría, no le están saliendo las cosas | La ausencia de Sekou condiciona el ataque verdiblanco

Matheus y Parera, durante un entrenamiento de esta semana. / RRC
Matheus y Parera, durante un entrenamiento de esta semana. / RRC
Duelo de alta tensión en Valencia

Uno nunca sabe cuándo es mejor medirse a uno de los equipos más potentes de la categoría, si es más conveniente cruzarse con él cuando las cosas le van bien y mira a todos desde su azotea o cuando está herido. El Racing no va a poder elegir. Le va a tocar esto último porque esta tarde se enfrenta al Levante, donde todo huele a crisis inminente. Las cosas no le van bien. Tiene una plantilla como para pasearse en patinete toda la temporada pero no termina de arrancar. De hecho, si hoy perdiera, el conjunto cántabro se le pondría a sólo dos puntos, lo que da una buena medida de lo que se está jugando.

El Racing también se juega mucho. Llega a la novena jornada habiendo ganado un solo partido y con eso no vale. Lo saben todos. Ha tenido ráfagas de buen juego y mereció más en buena parte de los partidos que ha disputado, pero la moneda le sale siempre cruz cada vez que alguien la lanza. Parece que todo es cuestión de tiempo pero para ganar ese tiempo hay que quedarse con los tres puntos de vez en cuando. De ahí que la semana que emprende el conjunto cántabro, una trampa con tres partidos en seis días con dos de los desplazamientos más incómodos del curso incluidos, pueda resultar decisiva. No le sobra nada y al Levante tampoco, por lo que, por mucho que ni siquiera se haya alcanzado el primer cuarto del calendario, ya habrá muchas cosas en juego.

Sobre todo, además de los tres puntos, se pone en juego la estabilidad del proyecto. Nadie discute a Fernández Romo pero esta semana podrían cambiar las cosas si todas esas buenas sensaciones no empiezan a verse reflejadas en el casillero. Es injusto pero es fútbol. Y eso que, teniendo en cuenta los precedentes, lo aconsejable sería no tener demasiada prisa para dar volantazos. Rara vez salen bien. Por eso lo mejor será poner en marcha la maquinaria de verdad cuanto antes.

Para hacerlo, medirse a un Levante herido puede suponer un problema o una oportunidad. Suma tres jornadas sin ganar y viene de encajar un 3-1 en Andorra que ha escocido mucho. Tanto es así, que se ha puesto en el disparadero a Mehdi Nafti, un exfutbolista a quien el racinguista verdiblanco conoce bien. No se puede decir que sea un entrenador con espaldas cubiertas porque, en verdad, su fichaje ha sido cuestionado desde el primer día. Le pusieron al frente de un transatlántico con tremendas obligaciones cuando nunca antes había entrenado en Segunda División. La apuesta de Felipe Miñambres, que es el director deportivo azulgrana, fue arriesgada y, por ahora, parece que no le está saliendo bien. En el entorno ya se habla de que el técnico se la juega y esa puede ser un arma de doble filo para el Racing. Se va a respirar en el Ciutat de Valencia una tensión de la que el conjunto cántabro puede sacar partido. Si consigue hacer el partido largo, pueden aparecer los nervios e incluso el respetable puede empezar a transmitir su descontento. Todo parece una caldera cerca de hervir y de ahí se puede sacar alimento.

«Es difícil hacerles gol», avisa Nafti. El entrenador del Levante, Mehdi Nafti, no quiso profundizar sobre su difícil situación personal en el banquillo después de haber sumado un punto en las tres últimas jornadas y, sin embargo, remarcó que el vestuario se merece una victoria. «El vestuario tiene mucho amor propio, tienen ya ganas de ganar y no solamente tienen ganas, es que se lo merecen los chicos», dijo Nafti en la rueda de prensa previa al partido de esta tarde. «El ganar sí o sí para nuestro proyecto y nuestra ambición viene desde los partidos amistosos de pretemporada. Tenemos la obligación de ganar todos los partidos. A veces sale y a veces no, pero en ese sentido afrontamos y trabajamos el partido de la misma forma», agregó. El entrenador del Levante recalcó que su único objetivo es ganar para «volver a ver una sonrisa en la cara de la gente que sufre con el Levante» y no quiso hablar demasiado de su etapa en el equipo santanderino como jugador hace más de dos décadas. «La prioridad es mi equipo. Sabéis el cariño que le tengo a ese club pero lo único que me interesa es mi equipo», recalcó. Nafti admitió que el Racing pierde «en altura» con la baja de Gassama pero, por lo contrario, «van a ganar en dinamismo». «Es un equipo que ha conseguido un poco más de equilibrio en las últimas jornadas. Es complicado hacerles un gol y son verticales y buenos en las transiciones. También peligroso a balón parado», finalizó.

 

Lo que sabe el Racing es que el Levante va a salir con ganas de ganar, gustarse y transmitir un mensaje de tranquilidad a su afición. Por eso aguantar los primeros minutos puede resultar crucial para el conjunto cántabro. Le espera una oleada que necesita aguantar hasta que se vaya enfriando el partido. A partir de ahí, a jugar. Hay que tener cuidado con los leones heridos porque nunca sabe uno hacia dónde puede elegir sus últimos coletazos.

La plantilla del Levante cuenta con una nómina de futbolistas espectacular procedentes casi todos de Primera División. Incluso los ha habido internacionales. Si el pasado fin de semana se topó la defensa verdiblanca con Rubén Castro, hoy lo hará con Roberto Soldado. Y en el equipo están también hombres como Iborra o Campaña. Hay mucho futbolista peligroso al que no se le puede dar ni un espacio. En el fondo, el encuentro se puede parecer mucho al jugado en Ipurua porque allí fue el Racing también con la certeza de que no podía cometer errores y cometió dos que le costaron otros tantos goles y, sobre todo, echar por la borda todo su plan de partido.

Valencia es buen lugar para levantar el vuelo pero lo malo es que el Racing no lo afronta en su mejor estado de salud, ya que el pasado fin de semana perdió a un jugador importante. Sekou no podrá ser de la partida y es probable que se pase todo el mes de octubre en blanco. Es un contratiempo gigante porque el fornido delantero catalán se estaba encontrando a sí mismo, estaba siendo peligroso, estaba ganando duelos en el área, marcando goles y estampando balones al palo. Se había convertido en una clara referencia que fijaba a los centrales y les hacía jugar en tensión. Hoy no estará. Estará Matheus, que es un delantero bien diferente. Poco que ver.

Donde sigue habiendo problemas es en el lateral derecho. También el pasado fin de semana cayó Mantilla y sigue en el dique seco Unai Medina. Quien se ha recuperado es Dani Fernández pero ni siquiera ha completado todos los entrenamientos de la semana con sus compañeros de principio a fin. Por eso, aunque ha viajado, lo probable es que espere en el banquillo para volver a saltar al prado el miércoles contra el Zaragoza. De este modo, quien jugaría de partida sería Aldasoro, que ya se hizo cargo de ese rol el fin de semana pasado. No es su sitio y le costará brillar ahí, pero al menos es una oportunidad para él de aparecer en el equipo, ya que había quedado un tanto relegado al fondo de armario, allí donde sólo hay oscuridad.

El entrenador irá gestionando esta semana con tres partidos en función de las necesidades que vayan surgiendo. Viene el equipo de dejar la portería a cero, algo que incluso ha logrado en tres de sus últimas cuatro apariciones, por lo que es normal que vaya a dar continuidad en el centro de la zaga tanto a Pol Moreno como a Rubén Alves. En las bandas, al entrenador le gusta mucho Arturo y, al igual que ya le puso de inicio en Eibar, no sería descartable que vuelva a ir por esa dirección. Lo que sucede es que el precio a pagar es caro porque eso supone dejar en el banquillo a Iñigo Vicente. Y sentar a éste no es lo mismo que sentar a Marco Camus, que resulta mucho más fácil. Éste siempre está llamando a la puerta incluso jugando por banda derecha, que es donde le está costando sobrevivir y desde donde debe ganarse cada nueva oportunidad. Nadie sabe lo que podría dar de sí si, por ejemplo, algún día dispusiera de tantas titularidades seguidas como está teniendo Mboula.

Habrá mucho en juego y muchos nervios acumulados en los dos equipos, por lo que es fácil intuir un encuentro duro y quizá trabado. Las estadísticas dicen que son los dos equipos que más faltas hacen, por lo que el árbitro tendrá trabajo. Que lleve el silbato afilado y, a partir de ahí, sólo cabe esperar que si se equivoca esta tarde, por una vez le caiga cara al Racing. O que los balones dejen de estamparse contra la madera. En definitiva, que pase algo diferente para que el resultado también lo sea.

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