06.05.2024 |
El tiempo

DEPOR - RACING.

El gran partido tendrá que esperar

El Racing consiguió ayer convencer al Comité médico de la Federación de la necesidad de aplazar el encuentro de Riazor a pesar de no haber detectado nuevos positivos | Todo el equipo deberá estar confinado hasta el miércoles

La expedición racinguista volvió con las maletas para casa. / Hardy
La expedición racinguista volvió con las maletas para casa. / Hardy
El gran partido tendrá que esperar

No se juega. El partido más esperado no se disputará esta tarde, sino en una fecha aún por determinar. Finalmente, el Racing consiguió el objetivo que había perseguido desde el viernes por la mañana y sus jugadores no emprendieron viaje hacia La Coruña tal y como tenían previsto. Ni siquiera se llegaron a subir al autobús por mucho que todavía no tuvieran la certeza del aplazamiento, algo que se produjo algunas horas más tarde. Los responsables del club tenían tan clara la situación que entendieron que la historia no podía terminar de diferente manera. Y así sucedió. Los futbolistas se quedaron en sus casas y allí tendrán que seguir hasta el próximo miércoles, ya que, a cambio del citado aplazamiento, tendrán que pagar un confinamiento de siete días.

En el club intuyen que los positivos de Soko y de Íñigo van a dar lugar a un brote porque ambos convivieron intensamente con sus compañeros durante un puñado de horas antes de que los dos conocieran su positivo. Sin embargo, cuando los integrantes de la plantilla llegaron ayer a las instalaciones Nando Yosu a las nueve de la mañana, los resultados de la nueva ronda de antígenos dio un pleno de negativos. Dio igual. Dentro entendían que era cuestión de tiempo que fueran saliendo más casos porque, de hecho, ya había más jugadores con algunos síntomas compatibles con la enfermedad.

El equipo completó el entrenamiento con normalidad y, tras el mismo, todos los futbolistas disponibles más los del filial que iban a entrar en la convocatoria se prepararon para emprender el largo viaje. El autobús estaba esperando fuera pero los expedicionarios no llegaron a subir porque les habían pedido que esperaran. El teléfono echaba humo en ese momento. Los responsables del transporte lo tenían todo listo, el material estaba en el maletero y los jugadores y técnicos uniformados de viaje y con sus almohadas, sus auriculares y su cara de largo desplazamiento ya en plano, pero el motor no se llegó a poner en marcha.

Cuando el inicio del viaje parecía ser cuestión de minutos, comunicaron a todos los que estaban a punto de partir que no lo harían. Víctor Alonso, director general del club, había estado en continua comunicación con la Federación Española para explicar la situación y ponerse a su disposición para aportar toda la documentación que necesitaran para confirmar que todo el relato que salía de Santander no era ficción. Y desde la comisión médica, que es, en definitiva, la que tiene la sartén por el mango, le trasladaron al dirigente verdiblanco que iban a enviar al juez único de Competición la recomendación de aplazar el partido. Una vez sabido esto, en el Racing dieron por hecho que el encuentro iba a ser aplazado y por eso mandaron a todos los futbolistas a sus casas.

A partir de ahí, hubo unas cuantas horas de total incertidumbre. Los futbolistas estuvieron en todo momento pendientes del teléfono y del grupo de WathsApp aguardando noticias y a la espera de confirmar si podían echarse en el sofá a descansar y ponerse una película o tenían que volver de manera precipitada a La Albericia para coger el autobús. Esta última opción estuvo vigente hasta primera hora de la tarde y supuso un peligro para el Racing, ya que habría obligado a precipitar todos los planes y a llegar ya tarde a La Coruña. Sin embargo, el final no fue ese.

En desacuerdo. La incertidumbre se hizo grande al llegar desde la ciudad coruñesa el desacuerdo del club con el posible aplazamiento. El argumento lo tenían fácil, ya que no entendían que sólo dos positivos pudieran servir para aplazar el encuentro y sospechaban que era la manera de librar las importantes bajas con las que Fernández Romo iba a afrontar el encuentro. El día anterior se había decidido aplazar el partido entre el Valladolid Promesas y el Real Unión pero, en ese caso, se habían detectado once casos en el club irundarra. Nada que ver. Lo que sucede es que el Racing argumentó el peligro patente de que hubiera un brote dentro de su vestuario y que éste se agravara ante la perspectiva de un viaje en autobús de seis horas.

Desde la Federación tampoco parecían proclives al aplazamiento. No les gustaba nada la idea por el precedente que establecía la situación y porque, además, eran conscientes de la repercusión que iba a tener el partido de Riazor entre dos históricos como el Deportivo y el Racing en un domingo sin Primera División. De hecho, como había recordado el día anterior Borja Jiménez, el entrenador del equipo gallego, probablemente no fuera casualidad que se hubiera programado ese partido justamente hoy. Sin embargo, será otro día.

La noticia cogió con el pie cambiado no sólo a los aficionados coruñeses que aguardaban con ansia la fiesta preparada para esta tarde en Riazor, sino también a muchos seguidores racinguistas que ya estaban en la carretera cuando llegó la confirmación del aplazamiento. Para ellos también fue un contratiempo porque habían hecho planes, habían reservado alojamiento y lo tenían todo listo para vivir en vivo y en directo el mejor espectáculo que se podía ver en la categoría. Sin embargo, ha primado la posibilidad de que el coronavirus se expandiera entre los futbolistas, técnicos y trabajadores que están en la órbita del equipo y sus familiares.

El primer signo de alarma lo dio Soko, que dio negativo en antígenos el martes pero que el miércoles, durante los pocos minutos que jugó contra el Racing de Ferrol, sufrió mareos e incluso vómitos. Fue después cuando dio positivo. Al día siguiente, Íñigo dio negativo por la mañana y por la tarde, con algunos síntomas, dio positivo. Ambos jugadores habían compartido entrenamientos y vestuario con sus compañeros y, teniendo en cuenta la facilidad de transmisión de ómicron, fue fácil concluir que la detección de más casos iba a ser cuestión de tiempo. Esta intuición cogió más fuerza al conocerse también más positivos en el equipo ferrolano que se había medido al conjunto cántabro el miércoles y que también ha aplazado el encuentro que debía jugar hoy contra el Rayo Majadahonda.

En su comparecencia de prensa del viernes, Fernández Romo se encargó de adelantar la petición que habían trasladado a la Federación para que se aplazara el encuentro. Entendía que la salud y el bienestar de los profesionales y de los suyos estaba por encima de cualquier partido y por la misma dirección terminó transitando el comité médico de la Federación y, por lo tanto, el juez único de competición, que fue el encargado de decretar el aplazamiento.

En su resolución, Rafael Alonso Martínez, que es como se llama el susodicho, decretó también que, ante las sospechas fundadas de que surgiera un brote en el vestuario verdiblanco, todos sus integrantes realizaran una «cuarentena de siete días desde la detección del primer caso el día 26». Es decir, que el contador empezó a contar el pasado miércoles y, por lo tanto, hasta el próximo miércoles o incluso ya el jueves no podrán volver a reunirse los futbolistas para entrenar en las instalaciones Nando Yosu. Al menos, los que no vayan dando positivo estos días, ya que quienes caigan en las garras de ómicron empezarían a contar desde su detección particular.

Lo cierto es que el confinamiento de una semana es todo un contratiempo para el Racing porque, de hecho, su próximo partido está programado para el próximo sábado en Los Campos de Sport contra la Cultural Leonesa. Apenas dispondría de entrenamientos para prepararlo tras algunos días en casa, por lo que podría estudiarse la posibilidad de trasladar el encuentro al próximo domingo. Para entonces, confía en contar con Íñigo y Soko si se han recuperado sin mayores problemas del coronavirus pero Marco Camus podría seguir causando baja por la rotura de fibras que sufrió el pasado miércoles, algo que dependerá de su evolución en los próximos días, mientras que quien seguirá totalmente descartado es Unai Medina. De hecho, está por ver si podrá jugar contra el Deportivo cuando se encuentre una nueva fecha para este envite porque el juez de Competición conminó en su escrito a encontrar «una nueva fecha lo más cercana en el tiempo». No pone que sean los clubes los que tengan que ponerse de acuerdo, sino que será la Federación quien diga qué día y a qué hora se juega. Será entre semana y eso limitará la posibilidad de que el Racing esté acompañado en la grada. El espectáculo perderá brillo, pero corren tiempos difíciles.

El gran partido tendrá que esperar
Comentarios