06.05.2024 |
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RACING 0-1 OVIEDO

Caliente ambiente de derbi

Los Campos de Sport presentó el aspecto de los mejores días con más de 15.000 personas en las gradas y un intenso partido | Entre los más ‘radicales’ dominó el insulto mutuo

Las dos hinchadas lanzándose bengalas durante los disturbios en la calle Peña Herbosa. / ALERTA
Las dos hinchadas lanzándose bengalas durante los disturbios en la calle Peña Herbosa. / ALERTA
Caliente ambiente de derbi

Se agradecen partidos como el de ayer, pero es cierto que no son recomendables para menores de edad. Cánticos ofensivos, insultos, gestos indecorosos e incluso gresca en las calles. Si uno se fija en algunas caras de los presentes en las zonas del campo más calientes, las de los llamados radicales, percibirá odio. Y sólo porque el otro es del otro equipo. Es imposible de analizar. No trates de entenderlo, dirán algunos. Lo cierto es que el encuentro tuvo sabor a derbi, a un duelo histórico cargado de precedentes calientes. Como si ambos tuvieran deudas pendientes cuando tampoco se han visto demasiado en los últimos tiempos. Menos aún, en Segunda

Lo mejor fue que la grada tuvo un gran aspecto. El color azul dominó la curva que unía el fondo sur con la tribuna principal y, como se anunciaba un partido intenso fuera y dentro del terreno de juego, también hubo más racinguistas de lo habitual. Vistió El Sardinero como viste los días grandes, los días decisivos en los que se masca el dramatismo. Todo tenía ayer mucha más importancia.

Tras los conatos violentos con los que comenzó la jornada, el resto de la mañana, la hora de comer y la sobremesa se sucedieron con cierta normalidad aunque con mucha presencia policial. No se puede decir que hubiera un gran ambiente entre ambas aficiones porque, en verdad, lo que dominó fue el color azul por las calles del centro. No es el racinguista de realizar largas previas de los partidos.

Los seguidores azulones se acomodaron pronto en sus butacas y estaban todos ahí cuando su equipo salió a calentar. «Juegas en casa, Oviedo juegas en casa», les cantaban desde su esquina. Una buena ovación se llevaron los jugadores verdiblancos cuando aparecieron por vez primera sobre el terreno de juego vestidos de corto. Durante buena parte del calentamiento, se mantuvo la tranquilidad aunque los cantos iban, sobre todo, dedicados a las hinchadas rivales.

El speaker tomó la palabra para «agradecer la presencia de los aficionados del Oviedo y valorar la fidelidad a sus colores». Una vez dicho, se calló, como dando pie a que hubiera reacciones. Y la afición del Racing respondió pitando y la azulona entonando el ‘clásico’ «que sí, que puta Santander». Era un ‘juego’ en el que sólo participaban los más exaltados, lo que cambió cuando, por fin, con el partido cerca de comenzar, se entonó el «vamos Racing, vamos campeón» con las bufandas al aire en el que ya participaron todos los presentes. Había ganas de animar y no de insultar.

Una vez que comenzó el encuentro, lo que más centro la atención del respetable fue lo que sucedía sobre el terreno de juego. Hasta que en la recta final del primer tiempo hubo un amago de tangana en el área del Racing alrededor de un córner que se tardó algunos minutos en ejecutar por la que había montada ahí dentro. Ahí respondió ‘La Gradona’, que lo veía todo de cerca, retomando el insulto contra la ciudad y el equipo rival, lo que era replicado por el otro lado. También se pusieron a destacar a voz en grito el poco miedo que se tenían unos a otros.

El segundo tiempo comenzó con un par de acciones a balón parado para el Oviedo y, sobre todo, con el penalti y el gol. Y la afición visitante reaccionó como mala ganadora, achacando a los contrarios que ahora no se les oyera y, cómo no, volviendo al «que sí, que puta Santander». Esta gente anda escasa de canciones. En la recta final del encuentro y con el Racing apretando, los unos se olvidaron de los otros, pero de nuevo volvieron a tomarla con los perdedores cuando se pitó el minuto noventa en vez de celebrar su propio triunfo. O hicieron ambas cosas a la vez. A saber.

Disturbios, lanzamientos de objetos y bengalas por la mañana en Peña Herbosa. 

Lo cierto es que el día no había comenzado nada bien porque lo hizo de la peor manera posible. Quien decidió dejarse llevar y levantarse tarde, lo primero que se encontró en el móvil cuando abrió las redes sociales o las noticias fue que los hinchas más descerebrados de uno y otro lado habían convertido algunas calles centrales en un campo de batalla. En concreto, sucedió en la calle Peña Herbosa y alrededores llegando algún conato de los incidentes hasta Cañadío. Lo bueno es que apenas se prolongaron en el tiempo porque apareció la Unidad de Intervención de la Policía Nacional. Desde ese momento, los seguidores más provocadores del equipo asturiano fueron controlados y la jornada se acabó desarrollando con cierta normalidad, buen ambiente y dentro de una rivalidad que incluso se puede denominar normal en el contexto futbolístico.

Según la Delegación del Gobierno, fueron seguidores del Racing los que fueron a buscar a los del Oviedo, que habían optado por concentrarse en la calle Peña Herbosa. Lo raro fue que entonces no estuvieran ya escoltados por la policía, que suele ser la rutina en estos casos. Sobre todo, cuando el desplazamiento masivo de una hinchada visitante coincide con una supuesta rivalidad histórica que, en verdad, en este caso es de antes de ayer.

Es difícil saber si fue un encuentro fortuito, uno previamente programado o si se trató, directamente, del ataque por sorpresa de unos sobre otros, que es lo que denunciaron los seguidores carbayones. El caso fue que volaron algunas mesas de terrazas de negocios de hostelería de la zona e incluso también algunas bengalas. Según la policía, fueron medio centenar de personas los que participaron en los disturbios. Cincuenta tipos que quisieron arruinar lo que, en condiciones normales, debía ser una gran jornada de fútbol desde la mañana a la tarde.

Tras la intervención policial, los aficionados ovetenses afirmaron que se habían producido cortes quemaduras y magulladuras en algunos casos. Estos, además del mobiliario urbano afectado y las terrazas hosteleras que sirvieron como trincheras y armamento fueron los grandes perjudicados. Una vez que se calmó la situación, fue la policía la que se encargó de formar un cordón de seguridad y después de conducir a los aficionados ovetenses hasta Los Campos de Sport. Ya en los aledaños del mismo, desde un par de horas antes, había una gran presencia de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, de furgonetas antidisturbios e incluso de caballos. Al ser el encuentro declarado de alto riesgo por la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte, no sólo hubo efectivos cántabros, sino también procedentes de Asturias como refuerzo.

El Racing no dudó en expresar su condena «a los actos violentos» producidos por la mañana y recordó a sus aficionados «la importancia de que haya ‘fair play’ dentro y fuera del terreno de juego». «Todos queremos disfrutar hoy (por ayer) de un día de fútbol en El Sardinero», concluyó el club verdiblanco, que durante la semana ya había solicitado a su gente que se abstuviera de dedicar cánticos ofensivos al club contrario. Era difícil acotarlos porque se han escuchado en Los Campos de Sport contra el Oviedo incluso cuando ha jugado contra el San Sebastián de los Reyes.

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