BOXEO
‘La Vikinga’ se toma la revancha
Marian Herrería ganó a Karla Mérida en otro ajustado y disputado combate en el que llevó la dinámica e impuso su boxeo - Mariluz Peral lució bien en su debut ganando de manera clara
No estaba el título en juego, pero como si lo hubiera estado. Poco o nada habría cambiado. Tanto Marian Herrería como Karla Mérida lo volvieron a dejar todo en el ring y volvieron a brindar un gran y, sobre todo, intenso espectáculo que volvió a dejar con ganas de más. El duelo merecería un tercer episodio, que se cerrara la trilogía, pero toca esperar acontecimientos porque ya no hay nada más firmado. Aunque el sábado por la noche perdió, la boxeadora catalana sigue siendo la campeona de España y ahora toca esperar si la Federación nombra a ‘La Vikinga’ aspirante o no. A partir de ahí, también tocaría designar dónde disputar ese nuevo enfrentamiento, ya que, visto lo visto, puede ser decisivo.
El combate se pareció mucho al de enero: las dos boxeadoras respondieron a lo que se espera de ellas siendo la cántabra la que imponía su boxeo y quien llevaba la iniciativa, ambas firmaron asaltos muy igualados y difíciles de puntuar y, finalmente, la victoria fue para la que peleó en casa. Si el primer episodio había sido en Barcelona, esta vez fue en Revilla de Camargo, cuyo pabellón disfrutó de un lleno y, sobre todo, de un gran ambiente de boxeo que vibró al máximo con los dos platos fuertes de la noche, que fueron el debut de Mariluz Peral y la revancha entre las grandes del supergallo español.
Había ganas de ver a la ‘Joyita’ tras dar el salto al campo profesional. Atravesar la barrera es siempre un peaje que hay que pagar y la pupila de Daniel Rasilla lo hizo con desparpajo, sin miedo y, sobre todo, con personalidad, dejando su firma sobre el ring. Fue una boxeadora reconocible, la misma que ya había hecho todo lo que podía hacer en España como amateur. No la pesó el vendaje duro ni el guante pequeño. Pasó por encima de su oponente sin discusión, sin tiempo para negociar nada que no fuera una victoria local.
Peral apareció con ambición y sin miedo a que se le hicieran largos los cuatro asaltos. Quiso disfrutar y, sobre todo, reconocerse a sí misma en el espejo. Sacó muchas manos, en ningún momento dejó de atacar por mucho que supiera que la pelea estaba ganada y, sobre todo, echando mano de esa técnica que tanto se demanda para llegar tan lejos como llegó ella en el campo amateur. Mostró un amplio repertorio al que apenas pudo responder su rival italiana, la veterana Greta del Fabbro, que aceptó la derrota por decisión unánime de buena manera, ya que los jueces dieron un 40-34 y dos 40-36. Ninguno de los tres la concedió ni un asalto.
Debut de ‘La Joyita’ Peral
El debut de ‘La Joyita’ Peral fue el combate que precedió al que cerraba la noche, a esa esperada revancha entre Marian Herrería y Karla Mérida. Como ya se explicó en estas páginas el sábado, la cántabra no pudo cerrar la preparación como debía por unos problemas físicos que le impidieron ejecutar el último bajón en la báscula. Por lo tanto, no pudo cumplir con el peso (55,5) y no se pudo poner en juego el título. Aún así, la púgil catalana aceptó mantener la pelea en pie en las mismas condiciones y con el acuerdo de un nuevo peso. La afición lo agradeció porque volvió a disfrutar de una nueva batalla entre las 16 cuerdas.
No hubo apenas instantes de tregua, de tomar aire. Marian Herrería no lo permitía porque volvió a ir en todo momento hacia delante intentando meterse con su oponente en un armario hasta que sólo quedara una. Era el guión esperado. Mérida intentó con su envergadura mantener la distancia, que corriera un poco de aire entre las dos, para mostrar su mayor agilidad de piernas y sus recursos técnicos, pero durante buena parte de la pelea quedaron ocultos por la presión de ‘La Vikinga’, que quiso dejar las cosas claras desde el primer momento.
Herrería peleó hacia delante y Mérida hacia atrás. Lo esperado. A ninguna de las dos las sorprendió. La principal herramienta de la campeona de España se localizó en el contragolpe, el cual quizá no pudo ejecutar con tanto acierto como en el primer combate entre ambas porque se vio aún más acosada. El trabajo de la cántabra era de puro desgaste. Quería asfixiar a su oponente con constantes manos que no siempre encontraron la precisión que buscaba pero que minó en todo momento a la púgil catalana. Sin miedo a quedarse sin oxígeno, la fe en su preparación fue total. Y ésta no la traicionó porque llegó bien al octavo y último episodio.
Ninguna de las dos pudo despreciar ningún asalto porque tenían claro que las cartulinas iban parejas. De hecho, las puntuaciones de los jueces fueron 78-76 y dos 77-75. Máxima igualdad y, sobre todo, mucho debate después de cada tañido de campana. Lo mejor fue el disfrute absoluto del respetable, de un pabellón de Revilla de Camargo que no quiso que el centenar de seguidores que trajo la campeona con ella se hicieran notar demasiado. Todo fue incertidumbre después del último capítulo de la historia pero existía la confianza en el ambiente de que, finalmente, la victoria se iba a quedar en casa. En definitiva, ante una pelea tan igualada, lo habitual es que decline la balanza a su favor la boxeadora que ha llevado más la iniciativa y quien, en definitiva, ha impuesto su boxeo.
Antes de los combates profesionales, les tocó el turno a los amateur. El que abrió la velada fue la victoria del junior Manu Rivas, también pupilo de Daniel Rasilla, contra el leonés Jorge Guillo en un disputado combate en el que el cántabro se mostró valiente y decidido. Igualadísimo resultó el duelo entre Hugo Gómez y Héctor León que ganó el primero por puntos. Es un duelo que en seguida tendrá una revancha en una velada que organizará en León el club Morebravo. Un buen puñado de púgiles desplazó el gimnasio Ubud, que volvió con las victorias de Diego Macho, Félix Corada y el semipesado Ángel García y las derrotas de Sara Rumayor y Bryan Quintana ante Mario Arriarán en uno de los combates también más esperados entre dos cántabros. En definitiva, una buena velada que devolvió a Marian Herrería a la senda de la victoria tras dos derrotas consecutivas y que confirmó las esperanzas depositadas en el futuro de Mariluz Peral.