Hoy, jueves, la Federación Cántabra de Vela presenta el libro ‘La Vela Deportiva en Santander. Los primeros años’. La cita se celebrará a las 19:30 horas en la Sala Griega del Palacio de Festivales de Cantabria y contará con la presencia del director general de Deporte del Gobierno de Cantabria, Mario Iglesias, y el autor del libro, Luis Tourón Figueroa, que participará vía streaming. El presidente de la Federación Cántabra de Vela, Fernando Mirapeix, será el encargado de dirigir el acto.

‘La vela deportiva en Santander. Los primeros años’ se publica con motivo del 150 Aniversario del Real Club de Regatas de Santander y ha sido editado por la Federación Cántabra de Vela, con la colaboración del Ayuntamiento de Santander y el Gobierno de Cantabria, recopila la historia de los primeros años del deporte de la vela en Santander y los hechos más relevantes que han contribuido al desarrollo de este deporte en toda España.

Además de su interés histórico para Santander y Cantabria, aporta una documentación gráfica muy importante, en gran parte procedente de archivos privados. Luis Tourón es aviador, navegante y regatista, ganador de varias ediciones de la Copa del Rey. También es presidente de la Asociación Gallega de Barcos Clásicos y de Época y vicepresidente de AEBEC, la Asociación Española de Barcos de Época y Clásicos.

En ‘La Vela Deportiva en Santander. Los primeros años’ Luis Tourón Figueroa recorre la trayectoria de la vela deportiva desde 1850 hasta la mitad del siglo XX en Santander. El libro incluye fotos inéditas y documentos del inicio de este deporte en la ciudad. Según el autor «hay muy poca información en España sobre la historia del deporte de la vela, por distintas razones no hay muchas publicaciones sobre este tema». Entre las causas cita la irrupción de la Guerra Civil, durante la que se perdieron archivos y mucha información, y los incendios que sufrió la ciudad, en uno de los cuales por ejemplo se perdió todo su archivo y el acta fundacional del Real Club de Regatas de Santander, el primero de España cuya fecha de fundación fue el 28 de mayo de1870.

Tourón Figueroa subraya que este deporte nació prácticamente en Santander y aunque los primeros años estén poco documentados, ha buscado y recuperado fotos antiguas y documentos de archivos privados y no privados, «los más importantes son los archivos del Palacio Real y los del Diario ABC, que guardan documentación bastante importante por los veraneos del Rey Alfonso XIII en Santander desde 1913 a 1930», asegura.

La edición del libro se ha hecho coincidir con el 150 Aniversario del Real Club de Regatas de Santander y también incluye documentación sobre esta institución con la que se consolidó la afición a la vela, que ya había comenzado a mediados del siglo XIX.

Tourón Figueroa aclara que el libro narra la historia hasta la mitad del siglo XX, por lo que avanza que «habrá que escribir una segunda parte para seguir contando el resultado del impresionante esfuerzo de aquellos primeros navegantes, que más tarde y con gran espíritu, crearon en 1927 el Real Club Marítimo tomando el testigo del Real Club de Regatas. Ahí se generó un gran elenco de navegantes, medallistas olímpicos, campeones de Europa y del mundo, y hoy el club atesora un palmarés impresionante. Todo ello es el fruto de aquellos primeros años, que constituyen ya una historia muy larga».

Imágenes inéditas. Entre algunos de los documentos incluidos en ‘La Vela Deportiva en Santander. Los primeros años’ se encuentra una pintura realizada por Victoriano López-Dóriga, uno de los grandes impulsores de la vela en la ciudad, y que pertenece al archivo familiar. En ella se puede ver el yate ‘Matilde y María II’, construido por los astilleros familiares de San Martín. Según Tourón, «era un barco muy singular, de los primeros yates de vapor, hecho en acero y construido en España. Recuperar este magnífico dibujo me ha hecho mucha ilusión».

También hay fotos de barcos singulares pertenecientes a varias familias de aquella época, y «también del propio rey Alfonso XIII, que tuvo 27 barcos a lo largo de su vida y que potenció la creación de todas las flotas Métricas españolas y muy especialmente la de 8 Metros Internacional, ya que él mismo tuvo varios de esta serie, todos ellos en Santander. El libro muestra fotos muy singulares». Para situarlos en contexto, el autor ha procurado que esas imágenes tuvieran como escenario Santander, su bahía o la zona portuaria. El volumen también incluye fotografías de los barcos más destacados de grímpola santanderina como el ‘Tuiga’ del Duque de Medinaceli, actualmente en Mónaco o el ‘SLEC’ del Marqués de Comillas, ambos de la clase de los 15 Metros. Según este experto, a esta flota de 15 Metros Internacional se sumaban el Hispania del rey y el Encarnita del Marqués de Cubas.

Impulso al deporte para todos. La vela era a principios del siglo XX un deporte vinculado a la burguesía, a la aristocracia y a la Casa Real, dada la gran afición del monarca, que el autor reflejó en su libro ‘Los barcos de Alfonso XIII, Las regatas de una época’. Más tarde la práctica de este deporte se extendió al resto de la sociedad, especialmente desde la construcción de los monotipos, creados por Miguel López-Dóriga, un hijo de Victoriano López- Dóriga: «Resultaban muy baratos, para que personas de todas las clases los pudieran adquirir y aprender a navegar. En aquel tiempo un barco de 15 metros tenía un coste de unas 130.000 pesetas de la época, así que aquellos pequeños barcos fueron el primer intento de popularizar la vela», relata Tourón, «una práctica que llega hasta nuestros días, cuando los niños navegan en Optimist y hay muchas oportunidades de practicar este deporte, incluso sin ser propietario de una embarcación».

Además de contar con el primer club de regatas de España, Santander acogió otros importantes hitos en el desarrollo del deporte de la vela a nivel nacional. En la capital de Cantabria se creó la primera federación de España en el año 1900, la Federación del Cantábrico; también en Santander se constituyó la primera Federación Española de Clubes Náuticos, que data de 1906, antecesora de la actual Real Federación Española de Vela. Además, Santander contaba con la mayor flota de barcos de 15 Metros.

Uno de los eventos más destacados en la historia de Santander vinculado a la vela, y que aparece reflejado en el libro de Tourón, es la primera regata trasatlántica entre Nueva York y Santander, celebrada en 1928. Este fue, según el autor, «un paso internacional muy importante que cuento pormenorizadamente en el libro, incluyendo incluso el plano de la derrota de los barcos en la regata».