Como sucedió con los bateles, la trainerilla femenina de Astillero será la única baza cántabra senior en el Campeonato de España. Los equipos masculinos han decidido rechazar la posibilidad de pugnar por el título estatal y quedarse a disputar la Bandera Sotileza del domingo pero ellas, las que visten de azul, las entrenadas por Sara Vázquez y Edurne Portilla, parten hoy mismo hacia la ría de Vigo a la caza de una medalla. Hay motivos para ser optimistas porque no habrá vascas. Serán sólo ellas contra las gallegas. Y hay licencia para soñar.

Las dos entrenadoras se reparten bien sus papeles. Una estudia el bote desde fuera y otra desde dentro. A Portilla le toca esto último. Afirma que el equipo afronta el reto que arrancará mañana en Moaña “con muchas ganas de intentar repetir la buena hazaña que logró hace unas semanas”, cuando, con ella misma a bordo, ganaron el gran título del batel. De hecho, recalca que han preparado “a conciencia este campeonato” porque desde hace un tiempo sabían que coincidía con los campeonatos provinciales vascos de traineras, lo que iba a impedir la presencia en Galicia de alguna trainerilla vasca. Eso las concede más opciones porque no hay que olvidar que los clubes de la comunidad vecina son la gran potencia del campo femenino.

La entrenadora y remera no esconde que la ausencia de equipos como Donostiarra, que fue su gran rival en el Campeonato de España de bateles, hace que la cita de este fin de semana incluso las “motive un poco más”. Para qué negarlo. El cartel luce menos pero las posibilidades se multiplican. Sin embargo, que nadie espere que las van a poner una alfombra roja. Ellas son las primeras que saben que no va a ser así: “No podemos pensar que vamos a ir a pasearnos porque todas van a llegar my preparadas y sabemos que tendremos que dar lo mejor de nosotras mismas”. El primer paso será encontrar la remada adecuada, no salirse del buen camino y, como sucedió con el batel, confirmar cuanto antes que no sienten la presión por tener a un rival remando cerca.

Es un test que no han podido preparar en Cantabria porque tampoco con la trainerilla han encontrado rival en la liga autonómica. Sólo han ‘competido’ con Camargo pero la embarcación verde llegaba incluso tres minutos más tarde. Sólo han disputado contrarrelojes mientras que las rivales gallegas que se encontrarán este fin de semana, que serán Cabo, Mecos, Ares, Chapela y Rianxo, se han estado pegando de lo lindo durante el último mes. Saben cómo responden en un mano a mano y las cántabras no. Sólo cuentan con el precedente de lo sucedido con el batel, cuando llegaron al Campeonato de España en la misma situación, también a ciegas, y respondieron a la perfección.

Edurne Portilla admite que, en ese sentido, sus contrincantes “parten con ventaja” al contar Astillero con el “hándicap de no haber competido nunca contra ningún equipo”. Con todo, confían en poder “suplir” esa teórica desventaja con su “buen hacer, con ganas y poniendo en práctica una remada que se ha demostrado que funciona”. Hay, de hecho, una base que ya está construida incluso de años anteriores porque tres de las cuatro remeras que ganaron el título estatal del batel ya lograron la plata dos años atrás y siguen estando ahí dentro. Así, la trainerilla estará formada por las campeonas de hace un mes con el bote pequeño más “Sara Valle e Isa Carriles, que ya estuvieron peleando por entrar en el batel titular”. Viajan también Carmen Solana y Ayora Fullaondo, que compitieron con el batel de Planchada y que formarán parte de la trainera que saldrá a pelear en la liga ETE. Su entrenadora tiene la seguridad de que están “muy capacitadas y que estarán ahí por si hace falta”.

Lo primero que se va a encontrar la expedición de Astillero, que se desplazará con el equipo juvenil masculino, es un campo de regatas que poco se parecerá al de Brazomar, que es donde se disputó toda la liga cántabra y el Campeonato de Cantabria. Éste no sólo es en mar, sino que en todas las citas de este mes se han encontrado “con olas, viento y unas condiciones desfavorables”. Sólo se salvó, quizá, el domingo pasado, cuando se pusieron en juego los títulos autonómicos, pero una de las jornadas incluso hubo que suspenderla. En Moaña, en cambio, tocará remar en ría. No habrá olas pero sí corrientes. Será importante conocer el escenario.

Portilla confía en que ese cambio de superficie no las afecte porque, aunque han competido en la mar, han entrenado en la ría. Lo han hecho en la suya, en la que baña su pabellón. “Puede asemejarse un poco más a las condiciones que nos encontraremos en Moaña pero bueno, al final, el tiempo dirá si nos ha venido mejor o peor y nos colocará en la posición que merecemos estar”, asume la experimentada remera de Astillero. De partida, la ambición es máxima porque no tienen por qué ir con el freno echado, ya que en los precedentes que hubo con el batel se mostraron un peldaño por encima de los equipos gallegos. La diferencia ahora es que hay dos remeras más a bordo.

En el seno del equipo son cautas y prudentes. Es normal. Son ambiciosas pero acuden con humildad, sin atreverse a declamar a los cuatro vientos que un sitio en el cajón es suyo. Admite Portilla que “todavía es pronto para saber a qué se puede aspirar”. Lo que tienen claro es que acuden “bien preparadas y con muchas ganas”. El trabajo está hecho, que dicen los boxeadores. “Sobre todo, queremos demostrarnos a nosotras mismas que podemos competir contra otros equipos, algo que nos ha faltado durante la liga”, concluye la remera y entrenadora de la trainerilla astillerense. De partida, no se creen mejor que nadie, pero van a por todas.