23.04.2024 |
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XVI BANDERA COFRADÍA DE PESCADORES

Pedreña gana en Hondarribia

Ganó su tercera bandera y se colocó a un solo punto de Arkote, que fue quinto | Castro realizó su mejor regata y terminó tercero | Ambos disfrutaron de las bondades de la calle 4 | Camargo, en crisis, repitió como undécimo

Los de la pedreñera durante el triunfo.
Los remeros de Pedreña levantan los remos en señal de victoria tras ganar la Bandera de Getaria, que ondea Kewin Ruiz.
Pedreña gana en Hondarribia

Cuentan que el seis de mayo de 1611, tras haber estado reunidos durante toda la mañana, los dos alcaldes  de Hondarribia congregaron al pueblo para darle una noticia que sembró de terror todo el vecindario: entre ellos se habían infiltrado algunas mujeres llegadas del otro margen del Bidasoa que, según dijeron, eran «brujas maestras que embrujaban y habían embrujado a muchas criaturas». Incluso recopilaron testimonios que fueron difundidos entre los vecinos, lo que hizo todo más creíble. Algo extraordinario había sucedido, algo fuera de lo normal. Comenzó la cacería y con el paso de los años fue desapareciendo la amenaza hasta quedar relegada a la categoría de leyenda. Unos la creen y otros no. Ayer, tras lo sucedido en la regata de traineras, hay pocas dudas de que aún hay brujas en el pueblo que pueden condenar a cualquier inocente pero también premiar, conseguir que todo le salga de cara, a quien las caiga en gracia.

A Pedreña le salió todo bien. Fue normal pensar que llevó brujas a bordo pero lo cierto es que la trayectoria que viene marcando no permite pensar en fantasmas ni en fenómenos paranormales. Es todo tan real como racional. Ayer ganó su tercera bandera de las últimas cinco disputadas, confirmó que es el equipo más en forma de la categoría y, lo mejor de todo, remontó cuatro puntos a Arkote. Llegó a Hondarribia a cinco y se marchó a uno. A bordo tenían claro que se podía y se ha podido. Tras el akelarre de ayer, se inicia una nueva liga de cuatro jornadas y lo mejor de todo es que la mejor embarcación cántabra la afronta encima de la ola, con una sonrisa de oreja a oreja y, sobre todo, con el colmillo bien afilado, con la rabia dentro por lo sucedido hace doce meses y, sobre todo, por las dificultades que ha habido que sortear para llegar hasta aquí.

Fue una gran mañana para Pedreña y también para Castro, que llevaba todo el verano esperando una regata así. ‘La Marinera’ había avanzado en todo momento en una zona templada de la clasificación, teniendo claro cuál es su sitio y respetando dicho estatus, sin incordiar a los de arriba ni mancharse de barro por abajo. Faltaba que le pasaran cosas, dar un pellizco para sentir algo, generar sensaciones en los suyos. Y el día fue ayer, cuando aprovechó el golpe de fortuna del sorteo de calles para alzar la vela mayor y avanzar a un mayor ritmo que los demás. Ganó con tremenda autoridad su tanda e incluso mejoró los tiempos de San Juan y, sobre todo, de Arkote, con lo que hizo un favor tremendo a Pedreña. El botín de éste incluso pudo haber sido mayor porque Hondarribia B y Zumaia se quedaron a sólo dos segundos de la trainera de Plentzia. No habría sido extraño, por lo tanto, que los trasmeranos hubieran vuelto a casa incluso en puestos de playoff. Eso habría sido la... Ni las brujas pueden con tanto.

En el campo de regatas de Hondarribia no juegan todos con las mismas cartas. Es probable que no pase en ninguno, pero en unos escenarios hay más diferencias que en otros. Los hay que están constantemente señalados y son objeto de críticas y maldiciones pero rara vez se alza la voz contra el hondarribitarra, que el sábado acogió la ACT y ayer la ARC 1. Y en las seis tandas que se han disputado en total han ganado los que viajaban por la calle cuatro. No ha habido excepción. Ayer, todos a los que les correspondió viajar por allí ganaron su serie por más de diez segundos de renta, lo que fue el primer golpe de fortuna, la primera señal, de que podía ser un gran domingo para Castro y para Pedreña, a quienes les tocó navegar por ahí. A Camargo le salió cruz. Le tocó la uno y por ahí es todo más complicado.

La ‘Virgen del Carmen’ volvió a ser penúltima. Está abonada a ese puesto aunque ayer el último fue Orio B. Busturialdea creció como ha crecido cada vez que ha saltado a la mar. También esperaba reaccionar Camargo en su reencuentro con las olas pero no fue capaz. Vio marchar escopetado a Deusto, su gran rival, al que le correspondió la cuatro, y se vio peleando con quien no quería, con Busturialdea y Orio B. Y al menos salvó ligeramente los muebles porque, tras ser popa de regata durante la primera mitad de la misma, al menos dejó a los amarillos atrás tras un buen tercer largo. Dar alcance al bote de Elantxobe ya resultó imposible. Todo era más complicado por una calle uno donde tocaba pelear con corrientes más complejas y difíciles y donde se aprovechaba mucho menos que en las calles exteriores la ola limpia y claramente empopable que presentó ayer el campo de regatas.

El viento fue a más durante la mañana. Eso hizo que el castreño más optimista se frotara las manos y diera rienda suelta a sus sueños. Porque ‘La Marinera’ supo sacar máximo rendimiento de esa calle cuatro que tenía motor. En los dos primeros largos sintió el aliento de la embarcación local, que presumía de conocer bien el terreno y que supo gestionar mejor que el resto las maldades de la calle uno. Sin embargo, eso demandaba un tremendo esfuerzo que pagó en la segunda mitad, cuando los patroneados por Iker Gimeno se escaparon de manera definitiva para disfrutar como no lo habían hecho antes este verano.

‘La Marinera’ y la ‘Ama Guadalupekoa’ giraron por vez primera prácticamente a la par. Las ciabogas exteriores las realizaron todos con cierta abertura para evitar una sorpresa por parte de la buena ola que presentó el escenario marino. Tuvo el acierto la embarcación roja de encontrar rápido una cada vez que cambió de dirección lejos de meta, lo que la impulsó. Era la mejor manera de aprovechar un viaje de vuelta que es donde se suelen decidir las cosas en la mar.

Ayer, en cambio, fue de proa a la ola donde Pedreña dio su verdadero golpe de autoridad, donde ganó la regata y dejó muy atrás a su gran rival. Sus cuentas pasaban por llegar antes que Arkote en cada una de las cinco jornadas que quedaban. Con sacar un punto cada día y ganar otra bandera, le bastaba. Ayer hizo esto último y le comió cuatro. Ya está ahí. Las cuentas son ahora más fáciles. De hecho, avanzó en solitario en toda la regata mientras que la ‘Plentziarra’ se peleaba con los tiempos de la segunda tanda, siempre por detrás de Castro y similar a los de Zumaia y el bote anfitrión. La señal no podía ser mejor. Todos tenían preparados los cohetes.

El viento subió respecto al acto intermedio, lo que generó una cierta expectación sobre las posibilidades que pudiera tener ‘La Marinera’. Sobre todo, lo sufrieron las traineras de la tanda de honor en el tercer largo, lo que hizo que San Pedro, el líder, girara por última vez con un tiempo similar al de los castreños. Sin embargo, esa cuesta arriba que se encontraron en ese último viaje hacia mar abierto se convirtió en cuesta abajo al buscar la meta, por lo que se alejó la posibilidad de que dos cántabros ocuparan los dos primeros puestos. Habría sido increíble, pero no fue menor el botín con el que se escaparon ayer dando gracias a las brujas, a la inspiración o a quien fuera por una mañana así.

Pedreña gana en Hondarribia
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