El calendario de toda temporada de remo de banco fijo sigue siempre unos mismos patrones. Primero salen a competir las embarcaciones más pequeñas, después las medianas y, por último, las más grandes. Puro orden natural. Todo tiene una tendencia lógica que va incorporando cada vez a más remeros a bordo hasta que llega lo bueno, lo que todo el mundo está esperando y para lo que todos se están preparando. Porque hay quien ha ganado títulos con el batel y con la trainerilla pero han terminado el curso con sensación de fracaso por no haber cumplido objetivos con la trainera. Posiblemente es injusto, pero responde a una realidad.

La campaña de bateles suele ser la más larga porque, por ejemplo, la de este año tiene previsto comenzar en Cantabria este mismo fin de semana y acabar el uno de mayo. Son prácticamente tres meses completos de actividad en los que hay cabida para todas las categorías, desde alevines hasta senior. Por eso el bote pequeño, que sube a bordo cuatro remeros y un patrón, es fundamental para la formación de futuros valores y el que les da la posibilidad no sólo de confirmar que les gusta el deporte del remo, sino también de evolucionar en su remada y en la formación de grupo.

Las otras modalidades de banco fijo ya no permiten la actividad de los más pequeños. La trainerilla y la trainera sólo dan cabida a juveniles y senior, por lo que el batel es el gran momento de alevines, infantiles y cadetes, que son las categorías que más participantes suelen tener. En el momento de la pugna por los títulos, la lógica atención se centra en los mayores, pero éstos, en verdad, no empiezan a aparecer con todo su potencial y a probarse en serio hasta prácticamente un mes antes de los campeonatos. Al menos, eso suele ser lo habitual.

Primero hay que hacer muchas pruebas, sacar varias embarcaciones al agua y encontrar la tripulación adecuada para pelear después por las medallas. En los últimos años, ha sido Camargo quien se ha llevado el título en Cantabria porque ganó en 2019, una cita que contó con una importante polémica con Astillero, y también el pasado año. Después, en verano, ese mismo equipo terminaría sufriendo para mantener la categoría con la trainera, pero lo bueno que tiene el batel es que no necesita contar con una plantilla larga y profunda, sino que cuatro buenos y ligeros remeros que se adapten bien al batel pueden liarla. Con eso no basta en trainerilla o trainera, pero sí con la embarcación pequeña.

Será mañana mismo cuando cada uno de los clubes comience a enseñar lo que tiene en las diferentes categorías. Se puede intuir en función de las generaciones de otros años en el caso de que se hayan podido mantener o a partir de lo visto en las últimas regatas de banco móvil que se han disputado, pero la primera jornada de la liga cántabra de bateles será mañana a partir de las tres y media de la tarde en el mismo escenario que centrará toda la atención del bote pequeño hasta que lleguen los campeonatos.

Como ya sucediera el pasado año, Camargo será el encargado de organizar las 16 regatas ligueras que están previstas en el calendario aprobado en su día por la Federación Cántabra. En concreto, tocará competir los días 5, 12, 19 y 26 de febrero; 5, 12, 19, 20, 26 y 27 de marzo y 2, 3, 9, 10, 16 y 17 de abril. Aunque comenzará habiendo una sola regata cada fin de semana, a partir del 26 de marzo habrá dos al mismo tiempo que se va acercando la hora de la verdad.

Campeonatos. Hace no demasiado tiempo, las regatas se distribuían entre los diferentes puertos cántabros y bajo la organización de todos los clubes, pero poco a poco fue centrándose la actividad en Punta Parayas. Primero pasó a acoger la mayoría de las pruebas y desde el pasado año ya se queda con todas. A los clubes les parece bien porque así lo aprueban. Lo que falta ahora es que respeten las condiciones climatológicas y ambientales, ya que la suspensión de regatas suele estar al orden del día. Teniendo en cuenta que salen al agua alevines, suele haber una especial precaución con, sobre todo, el viento. Y eso hace que se suelan caer algunas citas.

La sede del Campeonato de Cantabria ya se conoce. Será el 23 y 24 de abril en el Embalse del Ebro, el mismo escenario que se estrenó el pasado año y que poco a poco se quiere ir potenciando desde la Federación Cántabra. Ninguna regata liguera se desplazará hasta allí pero sí la pugna por el título autonómico. El fin de semana siguiente, el sábado treinta de abril y el domingo uno de mayo, se celebrará el Campeonato de España. Lo que no se sabe aún es dónde se celebrará porque no hay calendario aprobado en la Federación Española. Y no lo hay porque todo está paralizado a la espera de la moción de censura que se celebrará el próximo miércoles.

Los últimos años ha sido Galicia quien se ha llevado la organización de un campeonato que Cantabria también ansía organizar por lo que permite ahorrar en viajes a sus clubes y porque, además, conlleva el desplazamiento de un buen número de remeros y remeras de Galicia durante todo un fin de semana, con lo que eso supone. En cambio, ha sido la Federación Gallega quien viene repitiendo una vez tras otra y ha organizado la pugna por el título desde el 2015 con la única interrupción del 2017, cuando se celebró en Sestao. Es lo bueno de tener a un presidente que lleva en el cargo desde 1978 y que, por lo tanto, sabe cómo mover bien los hilos.

Cantabria no organiza el Campeonato de España de la modalidad desde el 2014, cuando se celebró en Camargo. Ahora, todo está pendiente de lo que surja de la moción de censura del próximo miércoles, que parecían tener atada sus impulsores pero que ahora parece más abierta. Quizá pensaban que la presidenta no iba a desplegar sus propias artimañas. Con todo, eso sucederá en Banyoles con la Federación Cántabra incluida entre quienes quieren apartar a Asunción Loriente de la poltrona. Lo importante es lo que empiece a pasar mañana a partir de las 15.30 hora en Camargo.