La prolongada guerra en la Franja de Gaza continúa sin tregua, a pesar de los esfuerzos de Estados Unidos por presionar a Israel en busca de una reducción de bajas civiles y mayor acceso a la ayuda humanitaria. El consejero de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, visitó Israel para abordar las discrepancias sobre la campaña militar en Gaza y discutir el futuro del enclave post-Hamás. Mientras Washington respalda a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), liderada por Mahmud Abás, Israel ha filtrado preferencias por Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita para la reconstrucción de Gaza.

En su paso por Riad antes de Israel, Sullivan se reunió con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, para abordar asuntos bilaterales y regionales, incluyendo los esfuerzos por lograr una paz duradera entre israelíes y palestinos. Sin embargo, en Israel, las declaraciones de las autoridades indican que la guerra persistirá durante "varios meses", desafiando los llamamientos de Estados Unidos.

El presidente Biden pidió a Israel centrarse en salvar vidas civiles, pero las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) mantienen la presión sobre bastiones de Hamás. A pesar de los avances militares israelíes, Gaza enfrenta una crisis humanitaria, con más de 18.000 gazatíes fallecidos y la población sufriendo escasez alimentaria. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU alerta que la mitad de la población gazatí está muriendo de hambre, mientras persisten tensiones sobre el intercambio de prisioneros entre Israel y Hamás. El Gobierno israelí, aparentemente, evita nuevas negociaciones, priorizando la ofensiva militar.