En medio de unas elecciones presidenciales rusas marcadas por la ausencia de candidatos significativos y la opresión gubernamental, la ciudadanía ha respondido con una muestra callada de descontento. La iniciativa, propuesta por seguidores de Alexei Navalny, ha llevado a una aglomeración masiva de votantes a mediodía en todo el país.

La jornada electoral ha sido vigilada de cerca por las autoridades, con un aumento significativo en la participación, especialmente en la capital, Moscú. A pesar de las advertencias de las autoridades sobre las "consecuencias" de esta acción de protesta, los ciudadanos han mostrado su determinación, formando largas colas en los colegios electorales en diversas ciudades rusas y embajadas en el extranjero.

La protesta, denominada "Mediodía contra Putin", ha sido respaldada por figuras prominentes como Yulia Navalnaya, viuda de Navalny, y ha generado una respuesta internacional con colas de votantes incluso fuera de las fronteras rusas.

Sin embargo, la jornada electoral también ha estado marcada por la represión, con detenciones de ciudadanos que participaron en la protesta, incluidos casos de intimidación y mensajes de bots dirigidos a disuadir a la población de participar en la iniciativa.

Además, se han reportado casos de fraude electoral, con videos que muestran la manipulación de votos en algunas regiones. A pesar de las promesas de investigación por parte de la Comisión Electoral Central, la credibilidad de los resultados sigue siendo cuestionada.