El Villarreal B suele tener su propio campo en la ciudad deportiva, pero hoy jugará en la Cerámica, el hábitat habitual del primer equipo, el que entrena Quique Setién. Es un detalle por parte del club castellonense  e incluso puede llegar a ser una ventaja, ya que el filial amarillo todavía no ha ganado esta temporada ahí. No se le da bien, no parece sentirse del todo a gusto, y de ahí podría sacar petróleo el Racing.

La intención de la entidad mediterránea es que al menos no se oiga el eco y pueda haber una buena presencia de aficionados en la grada, pero rara vez lo ha conseguido. De hecho, ha regalado cinco invitaciones a cada abonado, pero el hecho de que el partido sea el domingo a las nueve tampoco ayuda. Así las cosas, el espectáculo será más propio de la pandemia, cuando hubo que jugar a puerta cerrada. Nada que ver con a lo que están acostumbrados  los hombres de José Alberto tanto cuando juegan en casa como fuera. De hecho, es probable que se oiga más a los que viajen de Cantabria, que los habrá, que a la parroquia local.

Miguel Álvarez, un entrenador atípico para un filial porque no suele ser habitual encontrarse con técnicos de 64 años al frente de uno, asume los problemas que está teniendo su equipo en la Cerámica. «No estoy nervioso ni preocupado, sino que debo transmitir tranquilidad, serenidad y dejarles claro a ellos que no hay mal que cien años dure», advierte. Reconoce que cuando actúan como locales les está faltando «contundencia». Y explica que cuando se habla de contundencia «es tanto con balón como sin balón, ya que las áreas mandan».

Reconoce que el Racing está «en un buen momento» y, de hecho, prevé que ambos equipos van a mantener una trayectoria similar hasta final de curso. «Vamos a ver si somos capaces de enfrentarles y que no nos pase factura jugar en casa y no haber ganado», apunta. Tiene claro que si son capaces d imponer su juego tendrán mucho ganado. Y reconoce la importancia de ganar: Se ha abierto na brecha con los de arriba y los que estamos luchando por otros objetivos tenemos partidos que van a ser trascendentes por lo que nos jugamos todos y por la situación de cada equipo en la tabla». Se va acercando, por lo tanto, el momento de la verdad.