Guillermo Fernández Romo ya tiene al centrocampista total que andaba buscando. El Racing anunció ayer la contratación del gallego Borja Domínguez, uno de esos futbolistas que se colocan en el medio campo con capacidad para mostrarse presente tanto en un área como en otra. Se ha comprometido con el club cántabro por dos temporadas, hasta el treinta de junio del 2023, y, con él, la plantilla cuenta ya con cinco medio centros. Lo que sucede es que uno de ellos es Alberto Villapalos, que lleva días en la rampa de salida esperando una oferta que le satisfaga o que se acerque a los números que tiene su contrato en Santander. Y no parece que vaya a ser sencillo. Lo que ya sabe es que aquí no va a jugar demasiado no sólo porque se lo ha trasladado así su entrenador, sino también por los movimientos que ha realizado el cuerpo técnico a la hora de construir el vehículo con el que pretende llegar a Segunda División.

Borja Domínguez se une a un listado donde ya están el lesionado Fausto Tienza, Sergio Marcos, Íñigo Sainz Maza y el citado Villapalos. Hasta hace apenas una semana, también estaba Martín Solar, pero éste ya forma parte del Granada. Cada uno de los jugadores citados tiene unas aptitudes y unas características particulares y el cuerpo técnico interpretó que necesitaba un futbolista como el que fichó ayer. Un jugador con un enorme potencial físico, con llegada, con capacidad de circular el balón y también con presencia física para aportar contención. Es la típica locomotora que hace suyo todo el carril central y al que el racinguista atento recordará de aquella temporada 2015 - 16 en la que el Racing mantuvo un tremendo duelo con el otro Racing con el que se ha cruzado últimamente, que es el de Ferrol.

Aquel año, los santanderinos fueron claramente de menos a más y los ferrolanos de más a menos. Estos últimos completaron una primera vuelta prácticamente perfecta y, de hecho, cuando se cruzaron por vez primera las caras, que fue en diciembre del 2015 en El Sardinero, ofrecieron un espectáculo digno de una categoría superior. De los mejores encuentros que se recuerdan en el coliseo verdiblanco en los últimos tiempos. El encuentro lo ganaron los cántabros 3-1 y el propio Borja Domínguez marcó el gol de la honra para los gallegos. Lo curioso es que también marcó en el 2-2 con el que se solventó el partido de vuelta. Aquel fue un gol tremendo que ayudó a que su equipo se sintiera ya campeón de grupo a falta de una sola jornada. Nadie pensaba que siete días después el bando ferrolano fuera a perder en Astorga.

Aquella campaña en la que el recién llegado se cruzó con el Racing pilotado por Pedro Munitis fue una de las mejores de toda su carrera. De hecho, terminó la campaña con nueve goles en su cuenta particular, cifra a la que no se ha vuelto a acercar. Había llegado a Ferrol tras agotar su trayectoria como jugador de las categorías inferiores del Celta, donde se había hecho mayor. Llegó a jugar sesenta y dos encuentros con el segundo equipo vigués hasta que el Racing de Ferrol se hizo con sus servicios en aquel verano del 2015.

las lesiones. Tras aquella tremenda aparición, fue reclamado por equipos de Segunda División, categoría para la que parecía hecho. En concreto, le reclutó el Córdoba y después pasó también por el Oviedo, el Alcorcón y el Lugo, de donde llega al Racing. Lo que sucede es que nunca ha tenido suerte con las lesiones. No le han permitido levantar cabeza, disfrutar de continuidad y tener la posibilidad de demostrar y confirmar cuál es su verdadero nivel. De hecho, desde que salió de Ferrol, la temporada en la que más partidos ha jugado fue en la 2017-18, cuando participó en 22 encuentros con el Alcorcón, sólo diez de ellos como titular.

En concreto, el jugador gallego se rompió el cruzado anterior y el lateral interno de su rodilla derecha en el citado curso 17-18. Cuando se recuperó y parecía que volvía a encontrar el nivel, sufrió la misma lesión en la otra rodilla, en la izquierda. Fue en el curso 19-20, cuando ya militaba en el Lugo. Mientras, la tuvo que interrumpir la campaña pasada para ser operado en noviembre de una rotura de menisco, lo que le impidió volver a jugar hasta marzo. Desde entonces, aún le dio tiempo a participar en ocho jornadas para ayudar a su equipo a conseguir la permanencia, que se llegó a considerar poco menos que imposible.

Entre el Alcorcón y el Lugo bajó de nuevo a Segunda B para intentar reencontrarse a sí mismo tras la primera lesión de rodilla. Jugó en el Pontevedra, donde coincidió con Álvaro Bustos, a quien volverá a tener como compañero de vestuario en el Racing. Lo cierto es que el jugador asturiano está ejerciendo de nexo de unión entre la plantilla y muchos de los que han llegado este verano al haber tenido un pasado en común con varios de ellos.

Con el Lugo firmó un contrato hasta el treinta de junio del 2022, por lo que todavía le restaba un año más de unión. Sin embargo, ya le habían comunicado que no iba a contar demasiado en tierras lucenses y que lo recomendable era que se buscara un nuevo destino. Como es lógico, el primero que llamó a su puerta con fuerza fue el Racing de Ferrol, que mantenía un recuerdo inigualable del centrocampista y que jugará en el mismo grupo que el equipo santanderino esta próxima temporada. A condiciones semejantes, los ferrolanos confiaban en que el jugador se decantara por ellos por su condición de gallego, pero Guillermo Fernández Romo se metió en medio y le puso encima de la mesa un proyecto que, al parecer, a Borja Domínguez ha convencido más.

En concreto, el nuevo futbolista verdiblanco, natural de Vigo y que tiene 29 años, ha firmado por dos temporadas, que es un tiempo por el que han firmado buena parte de los recién llegados este verano. Se trata de un jugador que quiere reivindicarse y un futbolista que sabe que, con un poco más de suerte con las lesiones, lo más normal es que estuviera más que asentado en el fútbol profesional.

Aunque llega en la segunda mitad de la pretemporada, es un futbolista que va a llegar en forma y con los deberes hechos porque ha sido uno más en el Lugo hasta el último día. Y el equipo gallego incluso llevaba el trabajo más adelantado porque su competición comienza en seguida. Por lo tanto, Fernández Romo le va a tener a su plena disposición desde el día uno. Tiene dónde elegir y qué perfil de futbolista escoger para cada partido. El que se le ha caído ahora es Fausto Tienza por culpa de esa lesión que, probablemente, le va a impedir comenzar al cien por cien. Lo mejor es que es quien tiene una pareja de baile con aptitudes similares, que sería Íñigo. Ambos son casi los únicos que se parecen en una sala de máquinas muy heterogénea.