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El Diario de Cantabria

Los campos como criba

Con las exigencias de la Federación para poder acoger partidos de Primera RFEF, en Cantabria sólo pasarían el corte Los Campos de Sport y El malecón

Aficionados del Racing en la grada de Los Campos de Sport. / Hardy
Aficionados del Racing en la grada de Los Campos de Sport. / Hardy
Los campos como criba

La Primera RFEF tiene todo el aspecto de ser, al menos en su primer año, un quiero y no puedo. Cuando fue pensada, fue concebida con la idea de ser una competición profesionalizada que se acercara lo máximo posible a la Segunda División. Para ello, soñaron con una fuente de ingresos propia que, al menos, sirviera a los clubes para compensar las exigencias con las que van a tener que cumplir para dar ese aspecto de liga de altos vuelos. Sin embargo, no va a llover el dinero de la televisión y los clubes han sacrificado los siempre fundamentales ingresos por taquilla en caso de clasificación para el playoff a cambio de que la Federación pueda pujar con las administraciones por llevar a un territorio en concreto dicha fase de ascenso. Por ejemplo. Dentro de las exigencias a cumplir, está la de los campos. Y son tan ambiciosas que, por ejemplo, en Cantabria sólo las cumplirían Los Campos de Sport y El Malecón, por lo que parece sólo un paso más para que a los que mandan en el fútbol español no se les vuelva a colar un Amorebieta entre los grandes.

La exigencia en principio más complicada de cumplir para todo equipo cántabro que no sea el Racing y la Gimnástica es que el campo debe tener, según lo aprobado por la Federación, una «capacidad mínima de 4.000 espectadores, todos ellos sentados». Es una obligación que, según detalla, será obligatoria para la temporada 2023-24. En el caso de que Cayón, Laredo o Tropezón, que son los que saldrán a jugar a Segunda RFEF, dieran la campanada y lograran el ascenso, se verían metidos en un serio problema para poder disfrutar de lo conseguido en el terreno de juego. Para esa misma temporada deberán tener todos los campos «grada en todo el perímetro del estadio», algo que se antoja lógico si se quiere llegar a esa cifra de 4.000 butacas.

El resto de exigencias, en principio, se pedirán ya esta misma temporada y, por lo tanto, afectarán al Racing, que no tendrá problema en cumplirlas porque viene de superar recientemente las exigencias de LaLiga, que son mayores aún. Hay algunos requisitos que pueden parecer poca cosa pensando en Los Campos de Sport pero que pueden suponer un quebranto para algunos clubes más humildes.

Los campos de Primera RFEF tendrán que tener un «paso cubierto, subterráneo o protegido para jugadores, técnicos y oficiales de partido desde la zona de vestuarios al terreno de juego» para, en teoría, no correr ningún peligro de lanzamiento de objetivos desde la grada. Se establece, además, que haya «un vestuario como mínimo para cada equipo, con un mínimo en cada uno de ellos de cinco duchas, dos retretes, asientos o bancos para al menos 20 personas, una camilla, una pizarra» e, importante, «agua caliente».

Se detallan también las condiciones que ha de tener el vestuario de los árbitros y se exige también «una sala médica exclusiva para jugadores y oficiales de partido». También una sala propia de control antidopaje y, a continuación, se detalla en el documento enviado a los clubes una serie de exigencias para la iluminación de los terrenos de juego con el fin de que las retransmisiones televisivas puedan ser óptimas y que requeriría de una importante inversión para buena parte de los clubes cántabros que no sean ni el Racing ni la Gimnástica que algún día puedan dar el salto.

Se pide también un sistema de «megafonía básico que cubra todo el estadio» y no como en muchos campos habitualmente de Tercera División que se centran en su tribuna y aparcamiento en los aledaños del recinto para «al menos los autobuses de los dos equipos y los árbitros». En el graderío, ha de haber un lugar reservado para aficiones visitantes de al menos 50 localidades mientras que el palco de autoridades deberá tener un mínimo de quince asientos.

Las exigencias para los medios de comunicación es algo que también requerirá una inversión para aquel club que quiera dar el salto porque quien sigue al Racing sabe que hay muchos campos de históricos de Segunda B que sólo ofrecen butacas entre los aficionados y que ni mucho tiene sala de prensa. Ahora la han de tener todos los campos de Primera RFEF con WIFI, con distribuidor de sonido, con capacidad mínima para veinte y una tarima para tres cámaras y, de manea ideal, «acceso diferenciado desde tribuna de prensa y sin conexión con zona de vestuarios». En cuanto a la grada, ha de haber al menos «veinte posiciones de pupitre con enchufe, WIFI y un mínimo de diez posiciones sin pupitre». A ello hay que sumar una zona mixta, zona mixta, zona de entrevistas y, a poder ser, «puerta exclusiva de acceso para medios de comunicación». Son exigencias que para clubes grandes con grandes campos no suponen gran cosa pero que sí pueden ser un quebradero de cabeza en el caso de que el Cayón, el Tropezón o el Laredo den, por ejemplo, la campanada el próximo año como, por ejemplo, la dio el Amorebieta hace un mes incluso un piso por arriba.

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