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ARGENTINA

Argentina, la necesaria alegría

Hinchas de Argentina celebran el campeonato Mundial Qatar 2022 tras ganar la final contra Francia, en el Obelisco en Buenos Aires. / EFE
Hinchas de Argentina celebran el campeonato Mundial Qatar 2022 tras ganar la final contra Francia, en el Obelisco en Buenos Aires. / EFE
Argentina, la necesaria alegría

«Primero hay que saber sufrir / después amar, después partir / y al fin andar sin pensamiento». El inmortal tango ‘Naranjo en flor’, que popularizó Roberto Goyeneche, resume el sentimiento que vive Argentina desde este domingo, cuando la selección absoluta de fútbol ganó por tercera vez en su historia el Mundial.

Sumido en una grave crisis socioeconómica, con una inflación que roza el 100% anual, un índice de pobreza superior al 43% y serios problemas en sus reservas de dólares, el maltrecho pueblo argentino no dudó en salir a las calles para celebrar un triunfo histórico.

Y, aunque los futbolistas viven en un universo paralelo al que transita la sociedad argentina, con contratos millonarios en una mayoría de equipos europeos -solo uno de los porteros suplentes, Franco Armani, juega en la Liga local-, todos enarbolaron la bandera del sufrimiento al término del encuentro contra Francia.

La victoria en la siempre agónica tanda de penaltis (4-2) tras un partido que finalizó 3-3 en los 120 minutos de juego, pese a que Argentina llevaba una ventaja de 2-0 en el descanso, hizo que la última anotación de Gonzalo Montiel derivase en el unánime suspiro de 47 millones de personas.

«Si no se sufre, no vale», «nacimos para sufrir, esto es lo que nos curte» o «había que sufrir un poco más» fueron algunas de las frases que este domingo firmaron los integrantes de la selección dirigida por Lionel Scaloni, que, tras arrancar en Qatar 2022 con una derrota ante Arabia Saudí (1-2), tomó el relevo histórico de los combinados campeones en Argentina 1978 y México 1986.

UnA GEnERACIÓn. Aunque en 2021, la hoy conocida como ‘Scaloneta’ obtuvo la Copa América, cerrando una sequía de 28 años sin un título internacional, a nadie escapa que el último grito de fiesta en un Mundial, la apoteosis del orbe futbolístico, databa de 1986.

Muchos de quienes este domingo festejaban en las calles de todo el país no habían vivido un triunfo mundial con la absoluta -sí con la sub 20-, ya que hubo que esperar 36 años para que la tercera estrella se

posase sobre el escudo de la camiseta albiceleste.

En medio, hubo dos tristezas, las finales perdidas en Italia 1990 y Brasil 2014, que se sumaron a la legendaria final de 1930 entre las dos orillas del Río de la Plata, Uruguay y Argentina, con victoria para la Celeste en ‘su’ Mundial (4-2).

El Mundial de 1978, organizado en plena dictadura argentina (19761983), estuvo cargado de polémica por las protestas de organismos de derechos humanos y el clamor internacional contra el régimen -incluso se especuló con que Johan Cruyff, entonces estrella del fútbol holandés, boicoteó el torneo, aunque después él negó aquella versión-.

Pese a todo, aquel título se quedó en casa con una Argentina dirigida por el ‘Flaco’ César Luis Menotti y 

con nombres que pasaron a la posteridad, como los de Osvaldo Ardiles, Ubaldo Fillol, Daniel Passarella y, por supuesto, Mario Alberto Kempes, el ‘Matador’ que firmó seis goles en siete encuentros.

Ocho años después, en México 1986 y bajo la batuta de Carlos Salvador Bilardo, la Albiceleste volvió a escribir una página de oro e inscribió en la posteridad a Diego Armando Maradona.

Más allá de la victoria en la final contra la entonces Alemania Federal (3-2), el ‘Pelusa’ se hizo leyenda en el duelo de cuartos de final contra Inglaterra, gracias a dos goles inmortales: el primero, bautizado como ‘La mano de Dios’, y el segundo, reconocido como ‘El gol del siglo’, una carrera endiablada sorteando rivales británicos para anotar ante Peter Shilton.

ESTALLA LA ALEGRÍA. La alegría era tan necesaria en una nación golpeada como Argentina que, hace algo más de un mes, la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, declaró que la prioridad del país era «que gane Argentina» y que, después, el Ejecutivo seguiría «trabajando con la inflación».

Aquella afirmación, muy criticada por tratarse de una integrante del Gobierno del peronista Alberto Fernández, no estaba exenta de razón y es que, entre el 20 de noviembre y el 18 de diciembre, los argentinos han vivido por y para el Mundial: clases suspendidas o con televisores en las aulas para seguir los encuentros, espacios públicos repletos de espectadores y camisetas y banderas -oficiales o truchas (piratas)agotadas.

El avance en la competición de la ‘Scaloneta’ no hizo más que aumentar las frases entre los aficionados del estilo «nos merecemos esto», «una esperanza, por favor» o «al menos una ilusión».

Por eso, el júbilo vivido este domingo, que se extendió hasta primeras horas del lunes y que continuará con los festejos públicos, ya con el equipo en suelo argentino, resonó de esa manera. Porque, como dice el tango, «primero hay que saber sufrir (...) y al fin andar sin pensamiento».

Argentina da rienda suelta a la alegría sin incidentes de gravedad

Argentina dio rienda suelta a la alegría desde la conclusión de la final en la que su selección se proclamó campeona del mundo y la estiró durante la madrugada del lunes, sin que se registraran incidentes de gravedad pese a la magnitud de las celebraciones. Botellas de plástico, papeles, vidrios y todo tipo de basura quedaron como testigos en las orillas de las calles más céntricas de Buenos Aires, donde

se congregaron las manifestaciones de festejo por el triunfo de la ‘Scaloneta’ sobre la selección de Francia en la tanda de penaltis (4-2) después del empate 3-3 en los 120 minutos de juego.

Pese a que el Gobierno capitalino había establecido un dispositivo de limpieza para el pospartido, intentar transitar más allá de la medianoche (02.00 GMT) por los aledaños del Obelisco, principal punto

de concentración de los festejos, ya fuera a pie o en vehículo, implicaba esquivar innumerables residuos almacenados en los costados de las avenidas y calles. Con un fuerte dispositivo de seguridad, que bloqueó el acceso a las calles que rodean el icónico monumento capitalino, y pese al alto volumen de alcohol ingerido durante tantas horas de festejos, no se registraron incidentes de gravedad entre el casi millón de hinchas argentinos que se congregaron en los alrededores.

Para la noche de ayer lunes estaba prevista la llegada de la expedición albiceleste al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires, desde donde se trasladará al recinto deportivo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para pernoctar.

La selección de Argentina, que está viajando hacia su país, celebrará el triunfo en la Copa del Mundo de Qatar 2022 junto a su afición en el Obelisco de Buenos Aires, según informaron este lunes fuentes oficiales.

«El plantel campeón del mundo partirá el martes al mediodía hacia el Obelisco para festejar el título mundial con los hinchas», afirmó la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) desde su cuenta de Twitter.

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