En el trasfondo de 2024, la figura de Francina Armengol, ahora presidenta del Congreso, continúa siendo central en la política española, no solo por su liderazgo actual sino también por los momentos polémicos de su carrera, como aquel incidente de 2020 durante la pandemia. En ese entonces, siendo presidenta de las Islas Baleares, Armengol fue sorprendida en un bar de copas más allá del horario permitido, generando un escándalo que cuestionaba la coherencia entre el discurso y la acción de los líderes en momentos críticos.

El incidente tuvo lugar en el Hat Bar, un establecimiento del casco antiguo de Palma, regentado por Álexander Rodríguez. A pesar de que el bar cerraba a la 01:00 am en cumplimiento con las restricciones sanitarias de aquel momento, Armengol y su comitiva, que incluía miembros de su equipo de comunicación, fueron captados abandonando el local pasada esa hora. La situación se complicó cuando un integrante de la comitiva sufrió un bajón de tensión y se desmayó, lo que llevó a Rodríguez a mantener la puerta abierta para auxiliar, permitiendo el uso de las instalaciones para socorro.

Este suceso no solo llamó la atención de la Policía Local, que llegó al lugar, sino que también puso en tela de juicio la conducta de Armengol, especialmente en un momento donde se exigía a la población un estricto cumplimiento de las medidas para contener la propagación del virus. La presencia de la presidenta en el bar, y más aún en circunstancias que desafiaban las normativas vigentes, fue interpretada como un mensaje de "relajación social" en tiempos donde la rigidez era mandatoria.

Armengol, posteriormente, pidió disculpas por el mensaje que su presencia pudo haber transmitido y reafirmó su compromiso con la lucha contra la pandemia, destacando las medidas adoptadas por su gobierno para controlar la situación sanitaria en las Islas Baleares, incluyendo la aplicación del toque de queda y la promoción de test diagnósticos en puntos de entrada al archipiélago.

Este recordatorio no solo sirve para reflexionar sobre la importancia de la coherencia entre el discurso y la acción de nuestros líderes, sino también para recordarnos la responsabilidad individual y colectiva en momentos de crisis. La pandemia nos enseñó lecciones valiosas sobre solidaridad, sacrificio y la importancia de seguir las directrices sanitarias para el bien común.