En un escenario marcado por tensiones y reproches, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se vio confrontado con manifestaciones de descontento a las puertas de la recién inaugurada comisaría de la Policía Nacional en Calatayud, Zaragoza. El pasado lunes, durante el acto de apertura de las nuevas instalaciones, decenas de personas, convocadas por el sindicato policial Jupol y la plataforma Jusapol, expresaron su rechazo al grito unísono de "¡Marlaska, dimisión!".

Un video obtenido por Vozpópuli documenta la intensidad de los reclamos, evidenciando el descontento de los manifestantes que seguían la comitiva del ministro, quien se desplazaba en su vehículo. Las consignas de "¡Fuera, fuera!" resonaron en medio de la concentración, cuyo principal motivo de protesta, según Jupol, es la "desprotección continuada" que, alegan, sufren los agentes de la Policía Nacional por parte del Ministerio del Interior y el Gobierno de España. Además, denuncian las "reiteradas faltas de respeto y mentiras" vertidas desde la Administración hacia los miembros de la fuerza policial y la institución en sí.

Desde Jupol, se señala la ausencia de reconocimiento de la profesión de riesgo para los policías nacionales, la persistente falta de equiparación salarial real con las policías autonómicas y las discrepancias en las condiciones de jubilación en comparación con otros cuerpos policiales del país. El sindicato afirma haber declinado la invitación de la Dirección General de la Policía para participar en la inauguración de la comisaría y ha optado por realizar la concentración frente a las nuevas instalaciones inauguradas por Marlaska.

Ibón Domínguez, portavoz de Jupol, ha destacado la falta de capacidad del ministro del Interior, responsabilizándolo directamente por la pérdida de vidas en Barbate, donde dos guardias civiles perdieron la vida al ser embestidos por una narcolancha. Domínguez exige el reconocimiento inmediato de la profesión de riesgo para la Policía Nacional y la Guardia Civil, y solicita la declaración de Zona de Especial Singularidad en la provincia de Cádiz, donde, según él, el narcotráfico sigue operando impunemente.

Esta protesta se desarrolla en un momento crítico para Marlaska, ya que enfrenta la reprobación del Senado por los eventos en Barbate, donde el Partido Popular utilizará su mayoría absoluta. Además, el ministro afronta la posibilidad de ser reprobado en el Congreso de los Diputados, donde el voto de Podemos, particularmente crítico con Marlaska, podría ser determinante para evaluar su gestión al frente del Ministerio del Interior.

Esta no sería la primera vez que Marlaska se ve sometido a una reprobación parlamentaria. En junio de 2022, el arco parlamentario censuró su actuación ante los críticos acontecimientos en la valla de Melilla, donde, según fuentes oficiales, perdieron la vida 23 inmigrantes.

El clima político se torna aún más adverso para Marlaska, quien enfrenta una semana decisiva con cuestionamientos y presiones de diversos sectores. La crisis de confianza se agudiza, y la reprobación tanto en el Senado como en el Congreso podría tener consecuencias significativas para el titular de Interior. La incertidumbre en torno a su continuidad al frente del Ministerio se cierne sobre él, en medio de una serie de acontecimientos que han puesto a prueba su liderazgo y eficacia en el cargo.