En un giro diplomático tenso, Israel ha expresado su enojo hacia España durante la visita del presidente Pedro Sánchez por Oriente Medio. Este descontento se manifiesta un día después de su encuentro con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Jerusalén. El Ministerio de Exteriores de Israel ha convocado a los embajadores de España y Bélgica en represalia por las declaraciones de Sánchez y el primer ministro belga, Alexander De Croo. Israel considera que estas afirmaciones respaldan implícitamente las acciones de Hamás y constituyen un "apoyo al terrorismo".

En un comunicado, el Ministerio de Exteriores israelí afirmó que Israel está actuando conforme al Derecho Internacional y luchando contra una organización terrorista que comete crímenes de guerra y contra la humanidad, sin referirse a declaraciones específicas. Además, el ministerio liderado por Eli Cohen anunció la intención de Israel de reanudar los combates en la Franja de Gaza una vez se complete el acuerdo actual para liberar rehenes a cambio de presos palestinos.

La gira de Sánchez por la región ha sido marcada por sus cuestionamientos al alcance de la ofensiva militar israelí en Gaza, que ha dejado más de 14.000 muertos. También ha abogado por reconocer el Estado palestino, sugiriendo que España podría hacerlo de manera unilateral si la Unión Europea no avanza en esa dirección. Este cambio de postura ha generado tensiones, ya que Sánchez, anteriormente, abogaba por una solución multilateral y coordinada.

En el punto fronterizo entre Gaza y Egipto, Sánchez insinuó la posibilidad de que España tome decisiones unilaterales sobre el reconocimiento del Estado palestino si no hay avances multilaterales. Afirmó que "ha llegado el momento de que la comunidad internacional y especialmente los países europeos, tomen una decisión sobre el reconocimiento del Estado palestino". Ante la falta de progreso, advirtió que "España, por supuesto, tomará sus propias decisiones".

A su regreso a España desde el aeropuerto de El Arish, Sánchez enfrenta la percepción de que la lógica de guerra de Israel dificulta una pronta resolución. A pesar de la reciente tregua, Sánchez aplaudió la liberación de rehenes pero instó a que la tregua sea duradera para permitir la entrada de ayuda humanitaria en Gaza. Estas declaraciones, sin embargo, no han sido bien recibidas por Israel, intensificando las tensiones diplomáticas.