23.04.2024 |
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Las obras sacan de su letargo de siglos restos arqueológicos en Navarra

Una persona estudia con su ordenador en el sótano de una bar del Casco Viejo de Pamplona que conserva restos arqueológicos de unas termas de la época romana (una de las dos que había en Pamplona), que corresponden en concreto al muro del antiguo edificio de baños públicos y al criptopórtico o galería cubierta. EFE/ Jesús Diges
Una persona estudia con su ordenador en el sótano de una bar del Casco Viejo de Pamplona que conserva restos arqueológicos de unas termas de la época romana (una de las dos que había en Pamplona), que corresponden en concreto al muro del antiguo edificio de baños públicos y al criptopórtico o galería cubierta. EFE/ Jesús Diges
Las obras sacan de su letargo de siglos restos arqueológicos en Navarra

Navarra atesora en su subsuelo un rico patrimonio arqueológico fruto de siglos en los que el ser humano ha ido dejando su huella a través de innumerables asentamientos que, cuando se realizan obras de infraestructura, salen a la luz y en ocasiones, por su importancia, condicionan los propios proyectos constructivos.

Carlos Zuza arqueólogo de la empresa Gabinete Trama muestra en las escaleras de una bar del Casco Viejo de Pamplona un relieve que conserva en su sótano restos arqueológicos de unas termas de la época romana (una de las dos que había en Pamplona), que corresponden en concreto al muro del antiguo edificio de baños públicos y al criptopórtico o galería cubierta. EFE/ Jesús Diges

La protección de estos restos arqueológicos se rige por la Ley de Patrimonio Histórico Español de 1985 y la Ley de Patrimonio Cultural de Navarra de 2005.

Según la ley, el Patrimonio Cultural de Navarra está integrado por todos aquellos bienes inmuebles y muebles de valor artístico, histórico, arquitectónico, arqueológico, etnológico, documental, bibliográfico, industrial, científico y técnico o de cualquier otra naturaleza cultural.

UN TÚNEL PARA CONSERVAR UN CASTELLUM ROMANO

Así que, cuando en agosto de 2022 aparecieron en la zona de La Gariposa, en Tafalla, restos de un castellum o recinto militar de época romana durante las obras del tren de alta velocidad, el gestor de infraestructuras ferroviarias Adif tuvo que buscar una solución para no destruir este recinto de la segunda Edad de Hierro (siglo I antes de Cristo).

La solución de Adif es un túnel de 200 metros de longitud (150 de ellos excavados en mina) para compatibilizar el desarrollo de la Línea de Alta Velocidad Zaragoza-Pamplona, a su paso por Tafalla, con la conservación del yacimiento.

TAPAR LOS RESTOS PARA PROTEGERLOS

Pero no siempre es posible o no se considera necesario hacer visibles los restos y, así, se sellan de forma permanente o temporal para asegurar su conservación, una vez documentados.

Es lo que ocurrió durante la construcción por parte de la sociedad pública Nasuvinsa de la nueva área de actividad económica de la localidad de Lumbier, donde se halló el yacimiento arqueológico Centro Alfarero de San Bartolomé. El yacimiento de esta villa romana permanece sellado con material geotextil y grava, a la espera de otros estudios.

También están tapados, a la espera de nuevos trámites, los restos que se encontraron en abril de 2021 en las obras de instalación de riego por aspersión en un paraje próximo a Peralta. Se trata de un asentamiento romano de los siglos III-IV después de Cristo, en el que destaca un gran edificio con tres pavimentos de mosaico. Uno de ellos, de 30 por 9 metros, es el de mayores dimensiones hallado en Navarra.

RESTOS EN EL CENTRO DE LAS CIUDADES

En muchas ocasiones, estos hallazgos se producen en pleno centro de las ciudades y suponen una oportunidad de valorización de edificios urbanos.

Es lo que ocurrió en 2018 durante las catas de las obras promovidas por Nasuvinsa en la calle Compañía de Pamplona para la rehabilitación del primer edificio destinado a alquiler joven. Estas obras sacaron a la luz restos arqueológicos de unas termas de la época romana (una de las dos que había en Pamplona), que corresponden en concreto al muro del antiguo edificio de baños públicos y al criptopórtico o galería cubierta.

El muro ha quedado a la vista a través de un suelo transparente en el portal, y en el ventanal contiguo que da a la calle se ha realizado una pequeña musealización utilizando una basa de columna de arenisca recuperada y cedida por el Departamento de Cultura y Deporte de Gobierno de Navarra para su exposición. Asimismo, se han colocado paneles explicativos sobre estas termas de la ciudad romana de Pompelo de hace casi 2.000 años.

GRANDES EXCAVACIONES EN PAMPLONA

Cuanto más grandes son las excavaciones, más posibilidades hay de que aparezcan restos arqueológicos, sobre todo si se llevan a cabo en el «corazón» de Pamplona, como es la Plaza del Castillo. En las obras de construcción del aparcamiento subterráneo, de 2001 a 2003, se hallaron importantes restos que comprenden desde la época romana hasta la contemporánea.

De época medieval se encontraron los cimientos de una gran muralla que tenía adosada una torre cuadrangular, un cementerio musulmán del siglo VIII con 190 esqueletos orientados hacia la Meca y vestigios del Convento de Santiago, del siglo XIII al XVI, con unas cincuenta tumbas cristianas. De estos restos arqueológicos, la muralla medieval es la única que se ha conservado y puede verse en el interior del aparcamiento subterráneo.

También en la Plaza del Castillo apareció en 2018 parte de uno de los cuatro torreones del castillo del rey Luis Hutín construido entre 1308 y 1310 y una sección de un lienzo de muralla de la fortificación. Ahora los restos arqueológicos pueden contemplarse en la planta sótano del bar-restaurante El Torreón del Castillo, que ha habilitado este espacio para que sea visitable al tratarse de un Bien de Interés Cultural.

Por su parte, el Palacio de Congresos y Auditorio de Pamplona «Baluarte» adoptó este nombre cuando, en el año 2000, durante las obras de construcción del edificio aparecieron los restos del siglo XVI del baluarte de San Antón, derribado a finales del siglo XIX con el primer ensanche de la ciudad. Los restos pueden contemplarse en la actualidad en la llamada Sala Muralla de Baluarte.

De esta forma, lo que hace no muchos años era una molestia que promotoras y constructoras encontraban durante el desarrollo de sus obras, ha pasado a ser un elemento que en muchas ocasiones aporta un «plus» a edificios e infraestructuras que muestran a los ciudadanos estos vestigios del pasado de Navarra.

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