Mathieu Van der Poel escribió su nombre una vez más en la historia del Tour de Flandes al dominar la competencia y llevarse la victoria en una actuación magistral que lo consagra como uno de los grandes de la prueba. El neerlandés, que ya había conquistado esta carrera en dos ocasiones anteriores, se impuso con autoridad en esta edición, aprovechando la ausencia de rivales de peso como Van Aert y Pogacar.

El momento decisivo del Tour de Flandes llegó en el temido Koppenberg, donde muchos corredores, incluidos Oier Lazkano e Iván Cortina, tuvieron que enfrentarse a difíciles condiciones. Mientras algunos luchaban por mantenerse en pie sobre los adoquines mojados, Van der Poel demostró una vez más su destreza técnica y su fortaleza física al superar el tramo sin problemas y tomar la delantera.

El esfuerzo de Lazkano y Cortina por mantenerse en la cabeza de la carrera se vio truncado en el Koppenberg, donde perdieron terreno y se vieron superados por Van der Poel y otros competidores. El neerlandés aprovechó esta situación para lanzar un ataque demoledor y abrir una brecha insalvable con respecto a sus perseguidores.

A medida que la carrera avanzaba, la ventaja de Van der Poel solo crecía, mientras que sus rivales luchaban por mantener el ritmo. Ni Pedersen ni Jorgenson pudieron mantener el paso del neerlandés, quien demostró una superioridad indiscutible en cada ascenso y descenso.

En la recta final, Van der Poel cruzó la línea de meta en solitario, levantando su bicicleta en un gesto de victoria mientras se unía a una élite selecta de corredores que han conquistado el Tour de Flandes en tres ocasiones. Detrás de él, Mozzato y Politt completaron el podio, mientras que Cortina y Lazkano, quienes habían mostrado un gran rendimiento durante la carrera, no pudieron mantener su posición debido a las difíciles condiciones en el Koppenberg.

Con esta actuación magistral, Mathieu Van der Poel reafirma su dominio en las clásicas de primavera y se posiciona como uno de los principales contendientes en las próximas competencias. Su nombre queda grabado una vez más en la historia del ciclismo, y su legado continúa creciendo con cada victoria.