García argumenta que estas medidas, lejos de proteger, están asfixiando al sector primario y augura un futuro sombrío si no se produce un cambio de rumbo inmediato.

 ¿Cuál es el problema principal con la agenda 2030?

Bueno, la agenda 2030, con todas sus buenas intenciones, nos está llevando a la ruina. Estas políticas, lejos de ayudar, están paralizando nuestra capacidad de producción. Sin producción, hay menos producto en el mercado, y ya sabes, menos oferta con demanda constante dispara los precios.

 ¿Cómo afectan estas políticas a tu día a día en la ganadería?

Son un obstáculo constante. Por ejemplo, si un animal se enferma, las restricciones actuales nos impiden tratarlo adecuadamente. Esto no solo afecta la salud del animal sino que también disminuye nuestra capacidad de llevar carne al mercado. Y ni hablar del problema con los lobos; estamos desprotegidos y nuestras pérdidas aumentan.

 ¿Has mencionado un aumento en el costo de vida para los ciudadanos? ¿Podrías detallar más sobre esto?

Claro. Con la disminución de la producción agrícola y ganadera, habrá menos productos como el aceite de oliva disponibles. Esto lleva a un aumento de precios. Actualmente, una persona podría vivir con 250-300 euros al mes para alimentación, pero estas políticas podrían duplicar esos costos. Y los salarios no están subiendo para compensar ese incremento.

 También has cuestionado la gestión de recursos naturales, como el agua. ¿Crees que hay algo más detrás de la sequía?

Es complicado, pero he observado patrones extraños en el cielo, estelas que aparecen justo cuando debería llover, afectando nuestras precipitaciones. Esto, junto con todas las restricciones, nos hace cuestionar si hay una gestión adecuada o intereses ocultos detrás de estas políticas.

 ¿Qué futuro ves para el sector agrícola y ganadero si continúan estas políticas?

Si no hay un cambio radical, el futuro es sombrío. Estas políticas nos están asfixiando lentamente. Necesitamos que se nos permita trabajar y producir sin estar atados de manos por regulaciones que parecen ignorar la realidad del campo.

 Para terminar, ¿qué mensaje te gustaría enviar a los responsables de estas políticas?

Que escuchen a los productores. No estamos en contra del medio ambiente ni del progreso, pero necesitamos políticas que reflejen la realidad del trabajo agrícola y ganadero. Sin un cambio, no solo perderemos nuestra forma de vida, sino que la sociedad en su conjunto sufrirá las consecuencias.

La entrevista con Marta García pone de manifiesto la tensión existente entre las políticas medioambientales y la realidad del sector productivo. Su llamado a un equilibrio más pragmático entre sostenibilidad y producción agrícola resuena como un eco de la creciente preocupación entre los productores. La necesidad de políticas que fomenten tanto la conservación del medio ambiente como la viabilidad económica del sector agrícola y ganadero es más urgente que nunca.