(añade destitución del sobrino de Nazarbáyev del Comité de Seguridad Nacional)

Nursultán, 17 ene (EFE).- Timur Kulibáyev, yerno del primer presidente de Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev, y uno de los hombres más ricos del país, renunció hoy a la presidencia de la Cámara Nacional Empresarial (CNE) Atameken, una plataforma para potenciar los contactos entre el Gobierno y los empresarios.

"He decidido a abandonar a partir de hoy el cargo de presidente del presidium de la CNE", señaló Kulibáyev en una declaración publicada en la página web de ese organismo, que encabezaba desde 2013.

Kulibáyev, de 54 años con una fortuna personal estimada en cerca de 3.000 millones de dólares, es el marido de Dinara, una de las tres hijas de Nazarbáyev.

Asimismo, este lunes por orden del presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokáyev, fue destituido del puesto de primer vicepresidente del Comité de Seguridad Nacional (CSN), Samat Abish sobrino del padre de la nación.

Previamente ya había sido apartado de ese poderoso órgano y detenido por "alta traición" el exjefe del CSN, Karim Masímov, próximo también al primer presidente de Kazajistán.

Este sábado además, otro yerno de Nazarbáyev, Dimash Dosánov, marido de su hija menor, Aliya, fue destituido de su cargo de presidente de KazTransOil, el transportista nacional de petróleo, con una red de oleducto de más de 8.000 kilómetros.

Ese mismo día, Kairat Sharipbáyev, marido de la hija mayor de Nazarbáyev, Dariga, fue cesado como presidente de KazTransGaz, principal operador de los gasoductos kazajos.

Durante las violentas protestas que sacudieron al país en los primeros días de enero, reprimidas, según las autoridades, en una "operación antiterrorista" y en la que fallecieron 225 personas y más de 4.500 resultaron heridas, se difundieron versiones de que Nazarbáyev y su familia habían abandonado Kazajistán.

Más tarde, el portavoz de Nazarbáyev, Aidos Ukibái, desmintió esas informaciones y aseguró que el Elbasi (líder de la nación) permanece en Kazajistán y se encuentra en contacto permanente con Tokáyev.

Las protestas, alentadas por el descontento social con la élite política y económica del país y la corrupción, devinieron en disturbios pocos días después de haber estallado.

Las autoridades kazajas han justificado su decisión de sofocar por la fuerza las protestas, debido a la supuesta presencia de 20.000 insurgentes, terroristas internacionales y bandidos armados que, según Tokáyev, intentaron perpetrar un golpe de Estado.

Hasta ahora el presidente kazajo, que recibió la ayuda de un contingente militar de la postsoviética Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, liderada por Rusia, no ha presentado pruebas de sus afirmaciones.

En Kazajistán las protestas masivas y los disturbios que tuvieron lugar en los primeros días de enero se interpretan por expertos no como una agresión exterior, sino como el resultado de una lucha por el poder, que ha acabado con el mito de la estabilidad del sistema político creado por Nazarbáyev, quien dirigió el país durante 30 años y que para muchos seguía mandando en la sombra. EFE

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