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Pinazo, Sorolla y Mongrell se encuentran en Bancaja de Valencia para revelar la importancia de la pintura decorativa

La Fundación Bancaja de València exhibe 'Pinazo, Sorolla y Mongrell: pintura en torno a 1900', una muestra que revela la importancia de la pintura decorativa por encargo de la mano de los tres maestros.
Pinazo, Sorolla y Mongrell se encuentran en Bancaja de Valencia para revelar la importancia de la pintura decorativa

VALÈNCIA, 13 (EUROPA PRESS)

La Fundación Bancaja de València exhibe 'Pinazo, Sorolla y Mongrell: pintura en torno a 1900', una muestra que revela la importancia de la pintura decorativa por encargo de la mano de los tres maestros.

La selección sirve de este modo para reunir a tres grandes figuras de la pintura valenciana cuyas trayectorias artísticas se sucedieron en el cambio del siglo XIX al XX: Ignacio Pinazo Camarlench (1849 - 1916), Joaquín Sorolla Bastida (1863- 1923) y José Mongrell Torrent (1870 - 1937).

La exposición, a través de una decena de obras procedentes de la colección de la Fundación Bancaja, Casa Museo Pinazo (Godella), Colección Familia Lladró y colecciones particulares, revela la presencia de la pintura decorativa por encargo en Pinazo, Sorolla y Mongrell, junto a otras obras de los artistas.

Comisariada por Isabel Justo, refleja estrategias y actitudes diferentes desplegadas por los tres artistas para expresarse en estos proyectos aún a pesar de las restricciones que un encargo pudiera entrañar, explica la fundación en un comunicado.

Por otro lado, en la exposición, que estará abierta hasta el 31 de julio, se contraponen ejemplos de pintura de caballete de los mismos autores. En el caso de Joaquín Sorolla, la exposición muestra el panel titulado 'Yo soy el pan de la vida' (1897), realizado por encargo de Rafael Errázuriz para su casa en Valparaíso (Chile), junto a tres apuntes del artista con escenas de Biarritz y San Sebastián.

En la exposición se muestra la obra 'Bacante y amorcillo' (1890) de Pinazo, en la que no deja de sorprender que Salvador González Gómez aceptara de buen grado una escena de alto contenido erótico realizada para colocar en el techo de su casa en la avenida Navarro Reverter de Valencia.

La maestría de Pinazo al representar la escena consigue que no se trate de una escena contemporánea cargada de erotismo, sino de una estampa mitológica protegida por el velo de la cultura clásica a la que cita.

La excusa clásica a la hora de presentar el desnudo no es una excepción en la obra de Pinazo como se aprecia también en 'Niño tocando el aulós' (1890).

"EL MÁS REBELDE"

Ignacio Pinazo puede que sea, de los tres, el pintor más rebelde a la hora de ceñirse a los dictados de un encargo, bien fuera un retrato o un gran panel diseñado para ambientar un interior.

Aun así, Pinazo era perfectamente capaz de controlar su expresividad moderna y valiente, destacan. Lo hizo en numerosos retratos como en Retrato de los niños Amparo y Antonio Martorell (1886) que se presenta en esta muestra en una de sus versiones más libres.

De José Mongrell se ha alabado su mesura y equilibrio, la armonía clásica y el gesto ponderado de sus modelos, incluso su querencia por la pintura japonesa, de la que se declaraba gran admirador.

El pintor valenciano pasó gran parte de su vida profesional en Barcelona, aunque mirando y añorando siempre Cullera, el rincón de Valencia que pintaba siempre y al que procuraba regresar cada verano.

Dos de los lienzos mostrados en la exposición están firmados en Cullera: 'El Piropo' y 'El beso' (ha.1910 y 1909 respectivamente).

La relación de Mongrell con el cariz más utilitario de la pintura incluye la obra 'Alegoría de la música' (ha. 1908) presente en la exposición. Este cuadro adornó uno de los salones de la primera planta del modernista Edificio Ortega (1906, Manuel Peris Ferrando) en la avenida Marqués del Turia, nº 9 de València.

Se trata de una pieza realizada ex profeso para dialogar con la arquitectura, que literalmente abrazaba el lienzo con sus modernistas tentáculos de escayola, de los que todavía se aprecian las huellas.

El comedimiento propio de las esculturales figuras a las que tiene acostumbrado al espectador Mongrell, se repite en los personajes alegóricos, desde los pequeños amorcillos desnudos a la misma representación de la música. La figura femenina principal comparte con las habituales protagonistas de José Mongrell los ojos claros, la tez rubicunda y cabellos largos y cobrizos.

Pinazo, Sorolla y Mongrell se encuentran en Bancaja de Valencia para revelar la importancia de la pintura decorativa
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