Pide tener en cuenta aspectos sociales en la transición energética para evitar que solo una "nube elitista" pueda actuar

MADRID, 22 (EUROPA PRESS)

La directora del Departamento de Salud Pública y del Ambiente en la Organización Mundial de la Salud (OMS), la española María Neira, ha asegurado que "no hay nivel seguro" cuando se habla de contaminación del aire, un problema ligado íntimamente al cambio climático que es una cuestión de salud.

Durante la conferencia inaugural del XIV Congreso de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA), Neira ha señalado que en este momento de pandemia y aprendizaje "brutal" es preciso responder de manera especial y que esté a la altura del momento de esta crisis de salud que no es solo ambiental.

No obstante, ha hecho un llamamiento cuidar el proceso e transición ecológica para evitar crear una "nube de elitismo ambiental" porque medidas como adquirir un coche eléctrico o adoptar una dieta vegetariana y evitar alimentos procesados "son caras" y no todo el mundo puede asumir ese esfuerzo de gasto. "Es preciso tener a cualquier ciudadano de cualquier ámbito y evitar quedarse como una nube elitista que incluso se permite dar lecciones a otros. Hay países donde un litro de soda es más barato que un litro de agua", ha incidido.

En términos generales, ha criticado que la población mundial está poniendo en riesgo todos los determinantes ambientales y de salud. Estamos tocando los pilares que nos hacen sobrevivir: agua, aire y alimentos y lo hacemos de una manera absurda", ha asegurado la directora del organismo multilateral, que no entiende por qué la sociedad se ha metido en esta "batalla contra los ecosistemas".

En su opinión, la sociedad actual no va a salvar el planeta pero si tiene que dejar de destruirlo porque el cambio climático afecta "de manera enorme" a la manera de vivir y, por ello, en la salud pública en su sentido más amplio, la agenda de cambio climático y de contaminación del aire es la misma. De hecho, ha precisado que el 75 por ciento de las causas entre calentamiento global y calidad del aire son las mismas.

Neira ha insistido en cómo los combustibles fósiles inciden en la salud de la población, no solo en los pulmones sino en su corriente sanguínea e incluso al cerebro, de modo que la contaminación del aire es responsable de la muerte de 7 millones de personas en todo el mundo a nivel mundial.

Además, ha añadido que las nuevas recomendaciones de calidad del aire son muy ambiciosas pero, aún así "no hay nivel seguro para la contaminación del aire". Respecto a la reciente XXVI Cumbre del Clima de Glasgow, ha admitido que ha dejado una sensación amarga y frustrada pero ha manifestado que el Acuerdo de Glasgow no limita la ambición ni la velocidad para actuar.

De cara a futuras pandemias, la representante de la OMS ha dicho que después de esta "fase el trauma" del COVID es necesario prepararse mejor para otras pandemias pero sobre todo para prevenirlas. A su juicio, las tácticas para comunicar la vinculación entre estos aspectos pasa por dar argumentos positivos porque si se ataja el cambio climático va a mejorar la salud humana.

Por otro lado, ha valorado el papel de los alcaldes a la hora de poner en marcha medidas para mejorar la calidad del aire, como por ejemplo reducir el tráfico y eso debe ser entendido además de en términos de mejora de la salud en ahorro económico en atención sanitaria.

"¿Cuántas vidas pudiste salvar y no lo hiciste?", ha interpelado la experta de la OMS que ha urgido a acometer cambios en la legislación para abordar de forma conjunta aspectos de salud pública y medio ambiente.