02.05.2024 |
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La madre acusada de asesinar la niña Carolina: "Nunca atentaría contra mi vida ni contra la de mi hija"

La madre de Carolina, acusada de su asesinato, relata cómo la abuela le arrastró al hotel, donde se durmió y despertó en la bañera con sangre
La madre acusada de asesinar la niña Carolina: "Nunca atentaría contra mi vida ni contra la de mi hija"

La madre de Carolina, acusada de su asesinato, relata cómo la abuela le arrastró al hotel, donde se durmió y despertó en la bañera con sangre

LOGROÑO, 31 (EUROPA PRESS)

A.U, madre de la pequeña Carolina, de cinco años, y acusada de asesinarla en un hotel de Logroño el 26 de enero del año 2020, ha aseverado hoy a preguntas del Ministerio Fiscal: "Nunca atentaría contra mi vida ni contra la de mi hija".

En la primera sesión del juicio contra A.U ésta ha negado que no dejara a su expareja ver a la niña ya que creía que "necesitaba tanto una figura como la otra". No obstante, también ha dicho que "no atendía a la niña" y se la devolvió un día con un ojo morado y otro con un arañazo y un mordisco.

Ha negado que en ningún momento pensara en suicidarse o hacer daño a su hija, así como que su madre lo hubiera manifestado. En este sentido, ha explicado los vídeos que grabó en que tenía "miedo" de que la familia de su ex le hiciera algo y que quería dejarlo todo atado, dejando sus bienes a sus hermanos.

Ha asegurado que fue su madre la que hizo la reserva del hotel ese fin de semana, y ha negado que buscara métodos para el suicidio, señalando que su móvil y el de su madre estaban sincronizados.

La frase en sus cartas "en este viaje solo pienso que Carol y yo vamos juntas" la ha justificado en que su hija "no iba al parque de enfrente, iba a Miranda o Vitoria".

En cuanto a "ahora que tengo a Carolina a mi lado sé que estoy haciendo lo correcto" ha explicado que lo escribía con su hija echándose la siesta y hacía lo correcto dejándole todo a sus hermanos.

Ha relatado cómo el fin de semana en que sucedieron los hechos su madre la levantó el domingo a las siete menos cuarto y le dijo: "Me tienes que llevar a un sitio" y se subió con la niña Carolina en el coche sin saber más que el hecho de que tenía que conducir a Logroño.

"Me dijo: Solo quiero pensar, tú tira para Logroño", ha contado hoy en el juicio añadiendo que cuando se da "cuenta" están en un hotel y la abuela lleva un bolso rojo.

Una vez en la habitación, tras ver dibujos animados juntas, madre e hija se durmieron hasta que, en un momento indeterminado, siente cómo los párpados le pesan y se ve en una bañera con sangre y agua a la que ella no había ido.

"No sé ni cómo saco las fuerzas para abrir la mampara y salir a la habitación, veo que no está mi madre, voy a la cama, destapo a la niña y al verla así y con la debilidad de que me estoy cayendo es cuando abro la ventana e intento tirarme", ha relatado.

La niña, ha dicho, estaba tapada y al destaparla la nota "gelatinosa" y con un color "raro". Ha negado declarar que ella se hizo los cortes: "Sólo sé que caí dormida y sentí un zas".

En cuanto a la posibilidad de que le llevara su madre a la bañera ha dicho: "¿Usted sabe cuánto pesaba mi madre? No ha explicado por qué no había marcas de arrastre y había sangre en las tres camas, sobre todo, en la que estaba la niña.

Ha negado que ella hubiera abierto a la policía en el hotel: "Yo no podía abrir la puerta porque me estaba tirando por la ventana", ha dicho.

En cuanto al hecho de que ella saliera del hotel, como se ve en las grabaciones, al día siguiente de morir la niña, lo ha negado rotundamente: "Yo no salgo del hotel, estará grabado, lo he trabajado con la psiquiatra, pero yo no recuerdo haber salido del hotel". También ha negado haber dado a la niña somníferos nunca.

Ha afirmado no saber cómo llegó al hospital, quedar en shock primero cuando le dijeron que su hija estaba muerta y después cuando le dijeron que su madre había aparecido muerta en el río.

En cuanto a su madre, ha dicho: "Tenía mucho carácter y yo solo obedecía". Sobre ella ha dicho no ser consciente de lo que hizo en la habitación, "porque era como un apartamento" y no se fijó ni si puso un cartel de no molestar.

"A mi me hacen unos cortes cuando estoy en la cama", ha asegurado. Ha dicho no recordar que dejara una nota diciendo que sus pertenencias eran para su hermana (en ese momento la nota se le ha facilitado al jurado).

La acusación particular ha preguntado por qué había poca sangre en el baño, o restos de ropa lavada: "Yo no he lavado ninguna ropa", ha dicho. Ha explicado que le puso un jersey suyo a la niña porque vomitó.

La letrada Alicia Redondo, de la acusación popular, ha empezado mostrado una contradicción ya que la acusada dijo que no había tocado a la niña, y en el juicio ha manifestado que la destapó.

Redondo también ha exhibido cómo manifestó a la policía que no le sorprendía que le detuvieran. También como contradicción el interrogatorio con la policía (que ahora ella niega).

A la letrada le ha sorprendido que sacara a la niña de casa en pijama, según ha dicho la acusada, sin saber a dónde iban; o que tenga una nebulosa de qué ocurrió pero se acuerda de los números del juzgado; y que no le pidiera a su madre el móvil en ningún momento (los móviles se quedaron sobre un armario pero la acusada mantiene que su madre le dijo que los llevaba en el bolso).

También se ha preguntado la letrada cómo no tenía la ropa rajada, si tenía cortes, algo que no ha sabido explicar. Tras preguntarle si le pudo desnudar su madre ha dicho que "podría ser".

La acusada, después, a preguntas de su abogada ha contado cómo acataba todas las órdenes de su madre, quien le decía que "con amor todo se puede". En cuanto a la persona que le estafa a la madre, ha relatado cómo le contó que tenía un hijo enfermo e iba a recogerla para llevarla a Londres a verlo.

Su madre salía de casa "muy pronto sin dar ninguna explicación" a hacer los ingresos, hasta que un día les cuenta que le había dejado dinero para pagar un jet privado para venir a España y que no sabía cómo se lo iba a contar a su marido.

El día del asesinato de Carolina, en el hotel, bajó a cogerles el desayuno y ambas cayeron dormidas. Cuando se despertó, en la bañera, le sorprendió que no estaba su madre ni sus cosas. Su hija tenía un color "raro" y ella se "iba". "Tengo enfrente una ventana y, con la misma, abro, y dice un señor: no, cierro y, de pronto, por un segundo, me cogen el brazo".

"Cuando la vi así pensé en tirarme por las ventana", ha dicho rechazando, en cambio, que intentara antes cortarse las venas.

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