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Siete de cada diez casos de violencia sexual revisados por el TS en 2020 tenían como víctimas a menores de edad

En el 26,7% de los casos, la violencia sexual sobre las mujeres adultas fue grupal y participaron dos o más agresores
Siete de cada diez casos de violencia sexual revisados por el TS en 2020 tenían como víctimas a menores de edad

En el 26,7% de los casos, la violencia sexual sobre las mujeres adultas fue grupal y participaron dos o más agresores

MADRID, 25 (EUROPA PRESS)

Siete de cada diez casos de violencia sexual revisados por el Tribunal Supremo (TS) en 2020 tenían como víctimas a menores de edad, según se desprende de un estudio realizado por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género sobre el centenar de sentencias dictadas el año pasado por el Supremo en casos relacionados con delitos contra la libertad y la indemnidad sexual, cometidos tanto contra personas adultas como contra menores de edad.

Así, en siete de cada diez casos (el 68,1% de los analizados), la víctima de la agresión sexual era una niña o un niño. La práctica totalidad de las víctimas adultas eran mujeres (el 97,7%) y en el caso de los menores ese porcentaje es del 68,4%, al ser también los niños objeto de este tipo de prácticas delictivas.

Una parte del informe --cuya publicación se realiza coincidiendo con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer-- ha sido elaborada por Miguel Lorente, forense, profesor titular de la Universidad de Granada y miembro del grupo de expertos del Observatorio, y consiste en un estudio médico-legal y forense de los casos.

El estudio añade que en los 30 casos de violencia sexual sobre personas adultas se contabilizaron 44 víctimas, de las que 43 eran mujeres y la otra, un hombre. Una de cada cuatro de estas agresiones (26,7%) fueron grupales. Los diecinueve implicados en los 8 casos de estas características arrojan una media de 2,4 agresores en cada agresión múltiple.

Los supuestos con víctimas menores de edad sumaron 64, con 95 víctimas (65 niñas y 30 niños). El estudio precisa que un elemento distintivo de la violencia sexual ejercida sobre menores son los tiempos de duración, elemento sobre el que se recoge información en 49 sentencias. En este sentido, en un tercio de los casos (30,6%), la situación de violencia se prolongó varios meses; en el 14,3%, un año y en el 12,2%, dos años. Las agresiones se prolongaron durante 5 y 6 años en un 10,2% de casos y hasta 7 o más años en otro 12,2%.

En cuanto al tipo de delito cometido, hubo agresión sexual en seis de cada diez casos en los que la víctima era una mujer adulta (60,3%); los abusos sexuales supusieron el 11,1% y el asesinato el 3,2%. Cuando las víctimas son menores de edad, el delito predominante es el abuso sexual (48,6%), de los cuales fueron continuados el 57,7%. El segundo delito más cometido sobre niñas y niños fue la agresión sexual (un 28,1%), siendo continuadas el 53,6%. Los delitos relacionados con la pornografía son el 6,5% y los vinculados con la prostitución de menores, el 4,7%.

AGRESOR: VARÓN Y CONOCIDO

El agresor es mayoritariamente varón, tanto cuando las víctimas son adultas (100%) como menores (93,8%). El agresor es, además, una persona conocida por la víctima, en el 65,7% de las agresiones sexuales cometidas sobre mujeres adultas y en el 75,3% de las cometidas sobre niños y niñas, si bien la procedencia de la relación es diferente según el tipo de víctima.

Así, los agresores de las víctimas adultas son en su mayoría amigos o personas conocidas en ambientes de ocio (42,8%), familiares (20%) o conocidos en el entorno de redes sociales (5,7%). En uno de cada tres casos (34,3%), el agresor era un desconocido.

Cuando las víctimas son menores de edad, la diferencia radica en que, en este caso, la mayoría de los agresores (37,7%) forman parte de la familia; son conocidos a través de las relaciones familiares y de vecindad (31,2%) o conocidos del ámbito educativo, de ocio o deportes (24,7%). En un 7,8% de casos, el contacto entre el agresor y el menor se produjo a través de redes sociales.

Más de la mitad de agresores (54,5%) tenían una relación biológica con la víctima y en el 45,5% de estos casos de violencia doméstica, el agresor era el padre biológico del menor o la pareja actual de su madre.

El estudio también aborda las diferentes características de las víctimas en cada uno de los grupos (adultos y menores), especialmente por su capacidad para enfrentarse a la agresión. En el caso de víctimas adultas predomina el uso de la fuerza, empleada en el 49,1% de los supuestos analizados; seguida de intimidación, utilizada en el 43,8% de las agresiones.

El uso de sustancias tóxicas o el abuso en una situación de intoxicación voluntaria de la víctima (especialmente bebidas alcohólicas) fue el medio en el 7,1% de los casos. En siete de cada diez agresiones (68,6%), el autor del delito utilizó más de un mecanismo, habitualmente una combinación del uso de la fuerza física y la intimidación.

Las conductas predominantes en las agresiones sexuales sobre niños y niñas fueron el prevalimiento (44,3% de los casos) y no se produce cuando la víctima es adulta; y la intimidación (21,5%). En el 14,1% de los casos se dio una combinación de ambas.

TIPOS Y CONSECUENCIAS DE LA AGRESIÓN

En cuanto al tipo de agresión, la sufrida más frecuentemente por víctimas adultas fue la penetración vaginal (43,1%), la penetración oral (29,4%), los tocamientos (17,6%) y la penetración anal (7,8%). En un tercio de los hechos violentos (34%) se utilizó más de una forma de agresión.

En la violencia sexual ejercida sobre menores de edad, la agresión más frecuente fueron los tocamientos (33,6%), la penetración vaginal (24,3%), la oral (19,3%) y la anal (10,7%). El estudio revela que en el 12,1% de este tipo de agresiones aparecen como una conducta integrada las grabaciones en vídeo y la toma de fotografías, inexistentes en casos de víctimas adultas. En la mitad de los supuestos analizados, se emplearon varios tipos de conducta delictiva a la vez.

El domicilio del agresor fue el escenario del delito en seis de cada diez agresiones sexuales contra víctimas mayores de edad (63,3%). El 32,7% restante tuvieron lugar en la calle, un portal, un parque o un vehículo. Cuando las víctimas son niños y niñas, el domicilio del agresor es el lugar más frecuente, en ocho de cada diez casos (83,6%). Calles, coches u otros espacios públicos fueron el escenario del 11,5% de agresiones; lugares relacionados con actividades educativas, deportivas o de ocio aparecen en el 4,9% de casos.

Un tercio de las mujeres víctimas de violencia sexual (31,1%) sufrieron lesiones físicas leves; un 27,9%, lesiones psicológicas graves y un 26,2%, lesiones psicológicas leves. Las lesiones físicas graves estuvieron presentes en el 11,5% de las víctimas y en un 3,3% a la violencia sexual le siguió el homicidio de la mujer. En su conjunto, las lesiones psicológicas son más frecuentes que las físicas y suponen el 54,1% del total.

Al igual que en los adultos, el informe detalla que las consecuencias más frecuentes de la violencia sexual en las víctimas menores de edad son las del plano psíquico, que afectan a 8 de cada 10 niños y niñas (84,1%). Entre ellas, un 59,1% de los casos fueron de carácter grave, seguidas de lesiones psicológicas leves (25%), lesiones físicas leves (6,8%) y lesiones físicas graves (4,4%). En uno de los casos analizados, la violencia sexual condujo al homicidio de una niña, representando el 2,3% de las víctimas menores.

Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Genero, la presidenta del Observatorio, Ángeles Carmona, ha hecho un llamamiento a "no bajar la guardia para lograr el objetivo víctimas cero" y ha lamentado que la crisis sanitaria haya puesto de manifiesto "la soledad de las mujeres que sufren malos tratos, pese a que las instuticiones implicadas no dejaron de funcionar en ningún momento".

Por ello ha pedido "mirar atrás con ojos críticos y humildad" para que las mujeres confíen en las instituciones "para salir del engranaje del miedo", al tiempo que ha pedido la implicación de "toda la sociedad" pues "aún queda camino por recorrer", aunque ha subrayado que "muchas mujeres logran salir adelante".

Siete de cada diez casos de violencia sexual revisados por el TS en 2020 tenían como víctimas a menores de edad
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