Madrid, 18 jul (EFE).- Un acusado de autoadoctrinamiento terrorista, que ya estuvo en prisión por enaltecimiento, ha negado en el juicio en la Audiencia Nacional que se capacitase a sí mismo para llevar a cabo actos violentos y ha asegurado que las imágenes de armas largas que encontraron en su teléfono "eran de juguete, como la de las ferias".

"El tiempo que llevo en España nunca he cometido delitos de violencia o maltrato. Y en la cárcel yo me apartaba de todo lo que me pudiese perjudicar, de la yihad. Hasta me ponía Radio María en prisión, porque lo veo parecido al Corán".

De esta forma ha rechazado Mohamed Akaarir la acusación de autoadoctrinamiento terrorista que pesa contra él en el juicio que ha iniciado este lunes la Audiencia Nacional, en el que la Fiscalía pide que sea condenado a cinco años de prisión.

El Ministerio Público considera que los simuladores de conducción de camiones de gran tonelaje, la localización de objetivos, las imágenes de armas y aplicaciones para alquilar vehículos son indicios de su proceso de radicalización, que trascendió el ámbito religioso y le llegó a capacitar "para atacar con armas o con vehículos a población civil".

El acusado, en prisión preventiva por esta causa desde el 28 de marzo de 2021, fue condenado a dos años y dos meses de prisión en 2016 por enaltecimiento del terrorismo.

Mohamed Akaarir, que solamente ha contestado a las preguntas de su abogado, ha negado que buscase capacitarse para llevar a cabo actos terroristas y ha rebatido todos los indicios señalados por el fiscal.

Respecto a la imagen de una pistola encontrada en su móvil, ha señalado que la web en la que realizó la búsqueda "no vende armas de fuego" y que se trataba de una "de bolas, como las de la feria o los chinos". Las imágenes de un cuchillo, ha puntualizado, la tenía porque es la "herramienta con la que sacrificamos al cordero".

Además, ha subrayado que nunca compartió ese material gráfico.

En cuanto a los simuladores de conducción de camiones de gran tonelaje, ha alegado que jugaba con ellos para distraerse mientras hacía compañía a su mujer embarazada.

La aplicación "Weeep!", que informa en tiempo real de la afluencia de personas y accesibilidad a un punto geográfico, ha dicho que la empleaba para situaciones de emergencia, "por si le pasaba algo a algún familiar".

También han declarado dos agentes de la Guardia Civil, que han relatado el proceso de radicalización del acusado y han señalado el peligro que, según los motivos esgrimidos por la Fiscalía, éste suponía.

"El material que se ha encontrado en el teléfono tiene bastante referencias sobre la amenaza yihadista y coincidencias con otros atentados. El de Niza (2016) se realizó con un camión de gran tonelaje y el autor se grabó recitando el Corán previamente; el de la Barcelona (2017) se hizo con una furgoneta; y en el de Manchester (2017) se buscó una zona de gran afluencia de personas", ha dicho uno de ellos.

Entre ese material, han destacado los vídeos en los que se grababa a sí mismo recitando pasajes del Corán, un videojuego de combate en primera persona titulado "Llamamiento a la guerra 3: Unión de emperadores, guerra nuclear" y fotos de una pernera para una pistola y un machete de grandes dimensiones, que trató de comprar en Internet.

Además, han recalcado que el simulador de conducción de camiones, con el que podía ficcionar accidentes, "no es un videojuego" y que el acusado no tenía permiso de conducir. También contaba en su teléfono con aplicaciones de alquiler de furgonetas.

"Todo esto hay que entenderlo en el contexto de la amenazas previas" como los atentados de Niza o Barcelona, ha subrayado uno de los agentes.

También han explicado que, en el patio la cárcel de Algeciras en la que el acusado estuvo preso, encontraron una pintada de una bandera del Dáesh y armas largas. EFE

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