15.05.2024 |
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¿Quién paga la factura de los errores de un presidente?

El presidente regional, Miguel Ángel Revilla, en el "homenaje a la corrupción". / uanma Serrano / Europa Press
El presidente regional, Miguel Ángel Revilla, en el "homenaje a la corrupción". / uanma Serrano / Europa Press
¿Quién paga la factura de los errores de un presidente?

Cuando parecía que no se podía superar la chapuza de los túneles de Cercanías en Cantabria, saltó la trama de comisiones en Obras Públicas. Dos casos de malversación de dinero público, de los fondos que proceden de los impuestos que pagamos todos los ciudadanos. Y sobre todo, dos casos que ponen a nuestra Comunidad como un ejemplo de la chapuza y el despilfarro.

Por si faltara poner la guinda a la imagen internacional de Cantabria en estos primeros meses de 2023, nuestro presidente regional ha decidido dar el último grito. Su actuación en una habitación de hospital, sin la preceptiva mascarilla, consolida el reconocimiento de una Comunidad que está trasladando una imagen al más puro estilo Homer Simpson, una imagen que los cántabros para nada merecemos. El vídeo se ha convertido en un ‘trending topic’ superando todos los niveles de bochorno ajeno.

La Economía depende en gran parte de la percepción de seguridad y confianza en un entorno concreto. Viendo las brillantes actuaciones de nuestro presidente regional es lógico que Cantabria figure como una de las Comunidades de España donde hay menos creación de empresas y donde más empresarios y autónomos deciden tirar la toalla.

Siempre he dicho que no somos los políticos quienes creamos el empleo. Nuestra función es facilitar las condiciones para que los empresarios y autónomos puedan desarrollar sus proyectos, son ellos los que generan empleo. Lo demás es demagogia. Pero lo que sí es verdad es que los políticos podemos ahuyentar y disuadir el empleo. Y en este terreno, hay alguno que se va a llevar una medalla, por desgracia para la mayoría de los montañeses.

El que los jóvenes de nuestra tierra no encuentren oportunidades tiene una explicación.

Cuando no hay una relación fluida entre empresarios y autoridades, cuando no hay un proyecto de futuro para una Comunidad, es normal que surja la desconfianza.

Cantabria cuenta con empresarios, jóvenes emprendedores capacitados y gente currante con ganas trabajar. Lo único que necesitan es un entorno de seguridad y confianza en el que ponerse a trabajar. Son conscientes de que sus proyectos pueden salir mal, pero al menos esperan que las autoridades no remen en contra, no tengan que superar el estigma de la chapuza regional.

Contar con un gobierno autonómico dedicado en cuerpo y alma a las tertulias de televisión, las canciones montañesas de hospital y a la venta de sus libros es la mejor garantía para seguir con las políticas de retroceso que arrastra esta tierra. Al final, la factura de los errores de un presidente la pagamos todos los ciudadanos.

¿Quién paga la factura de los errores de un presidente?
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