Durante el verano el cuerpo humano necesita alimentos con mucho líquido para hidratar nuestras células de forma continua. Los vegetales y su aporte de vitaminas nos permiten sacar partido de la gran cantidad de sol que disfrutamos estando más tiempo al aire libre, la playa... e incrementando nuestras defensas frente a los excesos veraniegos. El gazpacho es una preparación culinaria típicamente veraniega, muy propia de nuestro país y que posee una composición variable. La base fundamental es el tomate, al que normalmente se añaden cebolla, pepino, pimiento, miga de pan, aceite, agua y sal. En cualquiera de los casos, y lleve los ingredientes que lleve, lo que si es seguro es que esta mezcla de vegetales, que habitualmente se consume fría, supone un importante aporte de agua, vitaminas y minerales, sin olvidar la fibra.

La mezcla de todos los componentes del gazpacho implica una gran cantidad de hortalizas frescas, lo que supone una elevada proporción de agua, hidratos de carbono y fibra, además de una pequeña cantidad de proteína. La energía la aporta, fundamentalmente, la miga de pan y sobre todo el aceite. Las cualidades antisépticas del vinagre combinadas con el frío y una correcta manipulación certifican la seguridad del gazpacho. Buena parte de la seguridad del gazpacho es debida a la presencia de vinagre, un producto empleado frecuentemente por sus propiedades antisépticas y conservantes en la elaboración de encurtidos y escabechados.

Para elaborar un gazpacho para cuatro personas tendremos en cuenta siempre la adquisición de las siguientes viandas; ½ kilo de tomate, 1 pimiento verde, 1 diente de ajo, 50 g de miga de pan, 1decilitro de aceite, 3 cucharadas de vinagre  y sal. Pasamos por la batidora el pimiento y el tomate hasta que quede una pasta; machacamos el ajo en el mortero con un poco de sal; agregar el tomate la pimienta y la miga de pan mojada y estrujada.

Mezclar este conjunto y añadir el aceite poco a poco, batiéndolo con la mano del mortero.  Echarlo en un colador puesto en cima de la sopera y agregarle litro y cuarto de agua fría, ayudándolo con la mano del mortero para que pase todo el jugo. Añadir el vinagre.  Rectificar la sal y agregarle en el momento de servir unos costroncitos de pan al natural.  Cuando se sirva, al empezar la comida, puede hacerse en tazas de consomé, echando unos cubitos de hielo en lugar del pan.