En los días grises y lluviosos, cuando el alma anhela consuelo y calidez, nada reconforta más que un festín reconfortante en un lugar acogedor. En Cantabria, un enclave de belleza natural y tradición culinaria, se alza un refugio gastronómico que promete deleitar los sentidos y alimentar el alma.

En medio de los impresionantes paisajes este restaurante emerge como un faro de hospitalidad y buen gusto. Con una historia que se remonta a 1954, este establecimiento familiar ha sido durante décadas un bastión de la gastronomía tradicional cántabra. Su cocina, elaborada con pasión y experiencia, es un homenaje a los sabores de la montaña y los ingredientes locales.

El encanto de los placeres sencillos

En los Tojos se encuentra Casa Lucas, la excelencia culinaria se combina con la calidez de un ambiente familiar y acogedor. El comedor, con capacidad para 160 comensales, está adornado con detalles rústicos que evocan la tradición y la autenticidad de la región. Las chimeneas crepitan en invierno, creando una atmósfera de confort y camaradería que invita a quedarse y disfrutar.

Una oda al cocido montañés

Cuando el clima invita a buscar consuelo en un plato reconfortante, el cocido montañés de Casa Lucas es la respuesta perfecta. Galardonado como el mejor de la región en 2012, este manjar es una celebración de los sabores auténticos de Cantabria. Elaborado con ingredientes frescos y cocido a fuego lento, cada cucharada es un viaje al corazón de la cocina montañesa.

Más que un cocido

Pero Casa Lucas ofrece mucho más que su famoso cocido. Su carta, diseñada con maestría por Marta, ofrece una amplia variedad de platos que deleitan todos los paladares. Desde guisos tradicionales hasta creaciones innovadoras, cada plato es una obra maestra de sabor y textura.

Además del cocido montañés, Casa Lucas ofrece una variedad de platos que capturan la esencia de la cocina cántabra. Desde entrantes como ensalada de foie con cecina de jabalí hasta platos principales como cochinillo confitado, cada opción es una invitación a descubrir los sabores únicos de la región.

Correpoco, donde se encuentra Casa Lucas, es mucho más que un destino gastronómico. Con sus antiguas casas de piedra y senderos sinuosos, esta localidad ofrece un escape tranquilo y pintoresco para los amantes de la naturaleza. Rodeado de bosques de robles y hayas, es el punto de partida ideal para explorar la Reserva Nacional del Saja y descubrir la riqueza natural de Cantabria.

Para aquellos que buscan consuelo y aventura en los días grises de Cantabria, Casa Lucas en Los Tojos es una parada obligatoria. Sumérgete en un festín de sabores auténticos y descubre el encanto de la cocina tradicional en un entorno de belleza natural incomparable. Tu paladar y tu espíritu te lo agradecerán.