La Peña Zalo, la más antigua del Racing, ha cumplido esta temporada cuarenta años siguiendo al equipo verdiblanco.

Cuatro décadas de «amor por unos colores»,  que se han traducido en desplazamientos a otras ciudades, «muchos éxitos y disgustos», y un sinfín de recuerdos y anécdotas con sabor a fútbol.

Así lo ha señalado, en declaraciones al diario ALERTA, Imanol Giraldo un miembro de esta peña, quien ha subrayado las diferentes iniciativas que se han llevado a cabo para conmemorar esta efeméride.

Según ha explicado, entre otras acciones, se ha editado un librillo en el que se repasan los cuarenta años de la Peña Zalo y se ha celebrado una comida de fraternidad, en la que se proyectó un vídeo con imágenes y recuerdos desde su fundación hasta hoy. «Además se entregaron una serie de premios»,  ha dicho.

También ha añadido que este domingo se ha hecho una excursión hasta el monasterio de Santo Toribio de Liébana a la que han ido 55 socios de este colectivo.

«Le hemos pedido a la cruz que repitamos, como poco, la permanencia en Segunda División», ha afirmado.

Giraldo ha subrayado que la Peña Zalo está formada por 120 personas, y que en ella hay hueco para cualquiera sin importar la edad. «El socio más joven tendrá quince años, y el más mayor, 87», ha apostillado.

«Tenemos gente de todo tipo de edades», ha continuado este aficionado, quien ha señalado que esta peña es «muy histórica», porque lleva acompañando al club desde 1983. Unos acompañamientos que se ven reflejados en la cantidad de desplazamientos que hace la Peña Zalo para seguir al Racing allá donde juegue. «Hemos estado en Europa, pero también en Segunda B», ha dicho.

Y es que, el «amor por unos colores» es lo que ha movido a este conjunto de aficionados a viajar a otras ciudades para ver al equipo cántabro.

Según ha añadido, este aficionado ha estado en «Tafalla, Leioa, Amorebieta, París y Helsinki», entre otros destinos, sin importar la categoría.

«Una cosa curiosa de esta peña es que siempre vamos a las Casa de Cantabria de las otras ciudades y estamos con ellos. En el último viaje, fuimos a ver a los paisanos de Ibiza. Hicimos todos juntos una comida de fraternidad, y les entregamos una placa conmemorativa de los cuarenta años de la peña Zalo», ha afirmado.

«Solemos hacer muchas excursiones por el Racing», ha dicho este aficionado, quien ha lamentado que el partido contra el Espanyol se juegue a puerta cerrada, porque ese viaje le tenían «muy preparado». «Estamos un poco cabreados, porque el viaje nos gustaba», ha dicho.

Asimismo, ha hecho balance de estos cuarenta años de la Peña Zalo y ha confesado que de antes el Racing era «más del pueblo y más cántabro». «Ahora vienes a un club, beso los colores y el año que viene no estoy», ha añadido.

Por último, ha señalado que la peña promueve también actos sociales y deportivos. «Hacemos campeonatos de fútbol sala para promocionar el deporte y llevamos 20 años ayudando a la Cocina Económica, con una recogida de alimentos», ha concluido Giraldo.