27.04.2024 |
El tiempo

Azara García de los Salmones: El recorrido no se adapta mucho a mí, pero vamos a pelearlo

La deportista de Los Corrales de Buelna dedicará todo el día de hoy a pelear por una medalla en el Ultra del Mundial de trail - Asegura sentirse “muy fuerte” aunque reconoce que las bajadas técnicas y la altura corren en su contra
Azara García de los Salmones. / AC
Azara García de los Salmones. / AC
Azara García de los Salmones: El recorrido no se adapta mucho a mí, pero vamos a pelearlo

Hoy toca madrugar, levantarse antes que el sol, ver amanecer con las zapatillas puestas, el calentamiento muy adelantado y la perspectiva de un día duro por delante. Azara García de los Salmones y Borja Fernández no tendrán que bajar a la mina a picar piedra pero sí recorrer en el menor tiempo posible un camino de 85 kilómetros con más de 6.500 metros de desnivel. Es algo que no está al alcance de todos, sino de unos pocos elegidos, de deportistas de otra pasta que van a poner al límite su resistencia física en busca de una medalla.

Él sabe que estar entre los mejores está muy caro. También lo sabe ella, pero ya ha estado allí. Y quiere repetir. De hecho, es ambiciosa y pretende volver con una medalla. ¿Por qué no? No renuncia a nada porque no tiene por qué hacerlo. El pasado año, con el recuerdo de las lesiones que la complicaron la vida aún muy reciente, ganó la plata por equipos y viene de ganar con total solvencia el Campeonato de España. Ha hecho los deberes, ha cumplido su trabajo y ahora sólo queda recoger los frutos.

“Es de los mundiales que en mejor forma llego, me siento muy fuerte”, aseguró Azara a este periódico en el día de ayer, a escasas horas de ponerse en acción. Tocaba descansar y llevar de la mejor manera posible las horas previas al inicio del baile porque el pistoletazo de salida se dará a las seis y media de la mañana. A partir de ahí, el infierno para unas y el cielo para otras. Ella misma recuerda que lo que tiene entre manos “es un ultra que conlleva, como mínimo, doce horas de carrera”. De ahí que la preparación no lo sea todo, ya que durante tanto tiempo de actividad pueden producirse un buen puñado de imprevistos. “Pueden pasar muchas cosas y hay muchos factores externos que influyen, por lo que, aunque llegues al cien por cien, nunca te puedes fiar”, admite.

El guión previo a la competición no se ha desarrollado como esperaba en un principio. Primero se cayó la pequeña concentración a mediados de mayo que tenía previsto realizar la organización para los participantes del ultra con el fin de que pudieran conocer el recorrido en persona. Ante este panorama, Azara García adelantó todo lo que pudo su viaje a Innsbruck, donde se desarrolla el Mundial, pero eso tampoco salió bien. Tenía previsto llegar el lunes pero se le cancelaron varios aviones y, finalmente, aterrizó el martes, pocas horas antes de que comenzará el campeonato.

Esto hará que deba empezar a correr sin haber realizado una exploración previa del terreno. “Sólo pudimos ir a ver una parte del recorrido que habían cambiado porque el previsto inicialmente tenía un exceso de nieve”, asume. De partida, lo poco que ha visto no le ha sorprendido demasiado. A atletas veteranas como ella es difícil sorprenderlas a estas alturas. Tiene claro desde hace tiempo que va a ser “una carrera muy dura, de mucho desnivel, con tres o cuatro verticales”. En definitiva, una auténtica paliza que la cántabra tiene la virtud de disfrutar.

El deportista corraliega llega en plena forma pero se ha encontrado con un trazado que, como ella misma confiesa, se adapta poco a sus aptitudes. De partida, ha comprobado que las bajadas “son con mucho desnivel y bastante técnicas”, lo que, para ella, es una mala noticia. “No me favorece mucho porque no me gustan mucho ese tipo de descensos”, reconoce. A ello hay que sumar que es “una prueba muy alpina” y que “se corre mucho en altitud”, algo a lo que dice no estar “acostumbrada”. De hecho, todo el recorrido se realiza por encima de los 1.500 metros y en muchos momentos se superan los 2.000. No se admite el mal de altura.

Las trabas son muchas pero aquí no llora nadie. “Da igual, me siento súper fuerte, voy a salir y lo daré todo no para hacerlo lo mejor posible, sino lo siguiente. Hay que pelearlo hasta el final y estoy con muchas ganas e ilusión”, asegura desde Innsbruck. Todo el año ha ido dirigido a llegar en el mejor estado de forma posible al Mundial y, en ese sentido, bueno es no haber sufrido ningún imprevisto de última hora, algo a lo que los atletas suelen tener miedo. Asegura que todo ha ido “redondo”. El trabajo está hecho, que dicen los boxeadores. “Sólo me da un poco de pena porque el recorrido, el tipo de terreno y la altitud no se adapta mucho a mí, pero vamos a pelearlo”, insiste.

Lo que no la quita nadie es el “muy buen ambiente” que se respira en la ciudad, marcada estos días por el Mundial. No sólo eso, sino que también destaca la convivencia con el resto de compañeros y compañeras de la selección. “Nos damos mucho apoyo entre todos y la verdad es que es otra experiencia súper bonita. Además, conoces a compañeros nuevos, hay muchísimo compañerismo y apoyo y lo estamos pasando muy bien”, apunta. Lo decía cuando aún quedaban unas cuentas horas para que saliera el sol y empezara a disfrutar en el mismísimo corazón del infierno.

Un recorrido alpino entre glaciares y verticales

La salida de la prueba más larga del Mundial de trail arranca en Neustift, desde donde los atletas se dirigen a Huhnerspiel, que está sólo a ocho kilómetros pero ya a 2.181 metros de altitud, por lo que, nada más comenzar, ya se encuentran con el primer vertical. Desde allí disfrutan de la vista de los impresionantes glaciares de Stubaital. De allí vuelven al punto de arranque contando con el primer avituallamiento para volver a las montañas alpinas, por donde transitarán los 32 kilómetros siguientes en un terreno técnicamente exigente pero teñido con la belleza del Kalkkögel. Será un trazado de dientes de sierra que transcurre entre el Kreuzjoch (Km. 27) y el Hoadl (Km. 44), donde vuelven a disfrutar de escenarios incomparables, a algunos de los cuales se puede acceder en teleférico. La ruta baja de nuevo al valle para pasar por los pueblos tiroleses de Grinzens, Birgitz y Vols antes del asalto final al Nordkette. Es éste el último vertical que conduce, a través de pinares y campos de pedregal, hasta el Höttinger (km. 79), donde ya se aborda el último descenso, también muy técnico, que dirigirá a las atletas haseta la meta de Innsbruck.

Azara García de los Salmones: El recorrido no se adapta mucho a mí, pero vamos a pelearlo
Comentarios