Erkuden Hortigüela, la vecina de Contreras denunciada por supuestamente entorpecer el paso de autobuses hacia el cementerio de Sad Hill, ha respondido a las acusaciones y ha defendido su versión de los hechos. Según ella, simplemente estaba dando un paseo por la zona y no tuvo la intención de dificultar el tránsito de los vehículos.

Hortigüela argumenta que los autobuses no la adelantaron porque "no quisieron", negando así haber obstaculizado deliberadamente su paso. Alega que la acusación de entorpecer el paso de los buses es una interpretación, y afirma haber sido víctima de insultos y agresiones por parte de los conductores y pasajeros de los vehículos.

La Hermandad de Peñas de Burgos, sin embargo, sostiene que Hortigüela se negó a apartarse del camino a pesar de sus peticiones educadas. José Manuel Carbonell, presidente de la Hermandad, afirma que lo que normalmente se tarda tres minutos en recorrer, les llevó una hora debido a la actitud de la vecina.

Hortigüela reconoce haberse sentado en el camino en otra ocasión para bloquear el paso de los autobuses, pero niega haberlo hecho en esta ocasión. Afirma que caminaba por la pista y no escuchó el ruido de los vehículos, solo voces que le preguntaban si estaba entorpeciendo el paso.

Sobre por qué no se orilló para dejar pasar a los autobuses, la vecina argumenta que no los tenía lo suficientemente cerca como para darse cuenta de que querían pasar. También explica que llevaba el casco en la mano porque no tenía dónde dejarlo, y niega haberlo utilizado como arma, como se le acusó.

Además de negar las acusaciones en su contra, Hortigüela ha presentado una queja por la actuación de la Guardia Civil en el incidente. Alega que los agentes no fueron imparciales y que la denunciaron injustamente, incluso después de que ella intentara denunciar una presunta agresión por parte de los conductores de los autobuses.

En resumen, el caso de Erkuden Hortigüela ha generado un debate sobre el acceso al cementerio de Sad Hill y la convivencia entre los visitantes y los residentes locales. Mientras la Hermandad de Peñas de Burgos la acusa de entorpecer el paso de los autobuses, ella sostiene que simplemente estaba dando un paseo y que fue objeto de insultos y agresiones. La situación ha evidenciado tensiones entre los intereses turísticos y ambientales de la zona.