La Federación Española está a punto de echar por la borda buena parte de lo mejor que tenía el fútbol español. Al menos, de Segunda División para abajo. Se trata de los playoff de ascenso de la categoría de bronce, que, por lo hablado en la reunión de ayer entre los clubes y el organismo que preside Luis Rubiales, van a seguir siendo no sólo a partido único, sino también en una única sede.

De este modo, las ciudades y las aficiones se ven privadas de disfrutar en sus campos de partidos convertidos en auténticas finales que dotan de ambiente futbolero a todo el entorno durante semanas a la vez que los clubes se ven así privados de una importante fuente de ingresos por taquillas capaz de arreglar cualquier presupuesto. Los clubes han dicho ‘amén’ a la propuesta federativa, que será la que se encargue de ofrecer los playoff por las diferentes comunidades autónomas al mejor postor.

El curso pasado fue en Andalucía y el recién terminado en Extremadura. Se eligió así para tener a los diferentes equipos más controlados y resguardados de la pandemia pero ahora que se está proyectando una temporada convencional, parece que no piensan volver a la normalidad privando a las aficiones de disfrutar de lo mejor que, con diferencia, tiene la categoría. Dichos playoff los disputarán aquellos equipos que, tras completar la fase regular, queden clasificados entre el segundo y el quinto puesto, ya que el primero ascenderá de manera directa.

Los dos segundos se cruzarán con los dos quintos y los terceros con los cuartos del otro grupo en la primera ronda y, a partir de ahí, se conformará un cuadro que dará forma a la segunda y definitiva ronda. En cuanto a los descensos se refiere, se mantienen en cinco por cada grupo, lo que supone que el 25% de los equipos pierdan su sitio en la categoría de bronce. También se habló ayer de los derechos televisivos, que, finalmente, parece que supondrán unos ingresos mucho menores a los que se habían prometido cuando se dieron los primeros brochazos a la categoría. El objetivo era centralizarlos para sacar mejor tajada de la negociación pero, a día de ayer, sólo treinta clubes habían enviado la firma correspondiente para que la Federación pudiera negociar sus derechos. Algunos dijeron que lo harían próximamente pero otros no lo harán.

Sobre todo, Real Madrid o Barça, que tienen sus propios canales y también tienen sus propios planes. Eso hace más complicado vender la competición al completo, que era el sueño húmedo de la Federación sin especificar quién iba a tener interés en adquirirlo. A pesar de que los filiales del Madrid y el Barça se escapan de esa negociación centralizada de los derechos, ellos fueron los que condicionaron la confección de los grupos en el día de ayer, ya que la Federación tenía la absoluta prioridad de que ambos estuvieran en el mismo porque entienden que así la competición tendría más interés mediático y obtendrían mejores beneficios. A día de hoy, es todo ciencia ficción. Otro punto de atención que mantuvo la reunión estaba en las fichas sub 23 o, en concreto, cuántas de mayores de dicha edad podría tener cada plantilla.

En el primer borrador de la competición dado a conocer el mes pasado se habló de quince pero ahora se ha elevado a 17 con la posibilidad de incrementarla a 18 para un tercer portero. Esto da un mayor margen de actuación a los directores deportivos, ya que la situación, en el fondo, es similar a la que ya se mantenía en Segunda B. Césped natural. Los cambios en esta nueva categoría se irán realizando de manera progresiva y, por ejemplo, para esta temporada no se exigirán campos de césped natural y graderío por los cuatro costados del estadio, pero lo primero sí que será de obligado cumplimiento con vistas al curso 2022- 23, lo que supondrá un problema para muchos.

Lo que sí se va a exigir para este mismo curso es que los recintos donde se disputen los partidos tengan una potencia lumínica de 600 lux. Cada uno de los clubes tendrá que depositar un aval de 100.000 euros al inicio de la competición mientras que está pendiente de aprobarse un salario mínimo. Descartada ya la profesionalización de la categoría, ayer se manejaron unas cifras que, de partida, no concuerdan con las aspiraciones del sindicato de jugadores.

Lo que se puso ayer encima de la mesa es la posibilidad de que fuera de 1.500 euros brutos al mes. Es algo que todavía está por cerrar, al igual que la instauración de un presupuesto mínimo para poder salir a competir. En la idea inicial de la competición se pensó en la posibilidad de poder llevarlo a cabo pero va a ser complicado alcanzar un acuerdo al respecto. Con todo, se seguirá trabajando en la confección y desarrollo de esta novedad que, en el fondo, es la Primera RFEF. Y, para ello, en la Federación se ha creado una comisión para la misma de la que tomará parte el Racing, lo que siempre resulta positivo para estar bien situado y en la mesa donde se toman decisiones. Junto al club cántabro estarán el Dux Internacional, Unionistas, Bilbao Athletic y Rayo Majadahonda en representación de los clubes.